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pATRIMONIO

Planos antiguos, datos parcos y 'fake news': un día en la piel de un turista por Córdoba

ABC comprueba cómo es la información que se ofrece a los visitantes sobre la ciudad

Los puntos de información no hablan del espectáculo del Alcázar, Medina Azahara o el Palacio de Viana

El 28-F eleva el turismo al frenesí en Córdoba

Las obras del Alcázar confirman que está sobre un palacio almohade del siglo XII

Información a turistas en la oficina del Ayuntamiento en Las Tendillas Valerio Merino
Luis Miranda

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El turismo es la gran fuente de ingresos para Córdoba, pero, ¿cómo se atiende a quienes llegan atraídos por la fama de hermosa de una ciudad y necesitan conocerla a fondo? ABC ha querido ponerse en su pellejo, ver lo que ven y escuchar lo que escuchan.

Como en cualquier ciudad, se empieza por los lugares marcados con la letra i minúscula sobre fondo azul, los puntos de información turística. Hay uno municipal en Las Tendillas.

-Buenos días. Quiero visitar Córdoba. ¿Me podría proporcionar un plano e información?

-Buenos días. Aquí tiene el plano.

Es común en otras ciudades que el personal de estas oficinas muestre el plano al visitante y le indique dónde está en ese momento y cuáles son los lugares que no se puede perder. Pero el plano permanece doblado. Hay que insistir un poco.

-¿Por dónde empiezo entonces? ¿Qué puedo visitar?

-Aquí, aquí lo tiene todo. ¿Quiere horarios de museos y monumentos?

-Sí, me vendría bien, claro.

-Aquí los tiene.

El visitante dispone ya de un plano editado por el Ayuntamiento de Córdoba y de un folio con los horarios y precios de los monumentos y de los museos de la ciudad, pero todavía no se ha mencionado la palabra Mezquita. Ni ningún monumento.

-¿Entonces la Mezquita está cerca de aquí?

-Sí, muy cerca, mire. Al salir de aquí tome la calle que sale a la izquierda, baje y la encuentra. ¿De dónde viene?

-De Sevilla.

El que salga de la oficina tiene que buscar por sí mismo la calle Jesús y María y no sabrá si existen la Judería, la Sinagoga o Medina Azahara. Sólo tiene en su poder un plano de la ciudad con 80 puntos marcados con un número y cada uno remite a una pequeña descripción. Empieza por el Alcázar de los Reyes Cristianos y el llamado conjunto monumental Mezquita-Catedral está en el 46.

Guía oficial en la MEzquita-Catedral de Córdoba Valerio Merino

Antes hay monumentos visitados, como la Singoga, y museos, pero también lugares como la Galería de la Inquisición, un museo en que se asocian los métodos de tortura, empleados por todos los poderes durante siglos, a la Iglesia. El visitante deberá elegir por intuición.

En el plano el Alcázar de los Reyes Cristianos es el único que tiene algo destacado: un pequeño bocadillo habla de las 'Noches Mágicas del Alcázar'. Era el antiguo espectáculo nocturno que se ofrecía en los jardines, y que se suspendió provisionalmente en 2015 y definitivamente en 2017.

El actual lleva el nombre de 'Naturaleza encendida' y no figura en el plano, pero sí en una hoja en blanco y negro con los horarios y precios de los monumentos. También se habla de la visita a las iglesias fernandinas, pero desde ahí la persona que llegue a la ciudad no tiene forma de saber cuáles son ni dónde están. Están señaladas en la mapa, pero no como parte de una ruta. Aparece el Centro de Interpretación de los Patios, en Trueque, 4, que desde hace años no cumple esta función. Es la única mención a la fiesta de mayo.

¿Habrá más suerte en el otro punto de información? Deanes, Céspedes, Cardenal Herrero y Torrijos ya están llenas de grupos de turistas que miran asombrados lo que tienen ante sí o que siguen a sus guías. Junto a la Puerta del Puente está el Centro de Recepción de Visitantes, que gestiona la Junta de Andalucía. Hay cajeros para adquirir entradas para algunos monumentos y en el mostrador, tres personas atienden a los visitantes.

Una de ellas sí toma el mapa y señala la Mezquita-Catedral, el Puente Romano, la Calahorra y «el barrio judío». Incluso se extiende por el Alcázar de los Reyes Cristianos, Caballerizas Reales y los patios de San Basilio. ¿Y cómo se va a Medina Azahara? Tampoco ha hablado de la ciudad califal de Abderramán III y se limita a contestar que «está fuera de la ciudad, por el oeste, y hay que ir en coche».

Algunos guías del paraguas naranja bromean con la denominación de la Mezquita-Catedral y los obispos

No precisa información de los autobuses que llevan hasta allí, y que cuestan 10 euros con dos viajes al día. En taxi son 14,95. Delimita el interés a la zona Patrimonio de la Humanidad y en ningún lado se habla del Palacio de Viana, que ha llegado a rozar los 200.000 visitantes en un año.

Y si se le pregunta por lugares para comer recuerda que no puede recomendar ninguno, pero sí explica que hay restaurantes por toda la zona monumental y señala la Victoria: «Aquí hay un mercado gastronómico». Proporciona un papel parecido con los horarios de los monumentos y espectáculos nocturnos, que el visitante tendrá que descubrir por sí mismo.

Una opción podría ser una visita panorámica de la ciudad en coche de caballos. La oferta es «recorrer todos los monumentos, el Centro, la Facultad de Derecho, palacios barrocos, todos los lugares de interés». Para cuatro personas serían 45 euros para un recorrido de tres cuartos de hora.

La opción para muchos es un guía turístico, pero hay de varias clases y muchos se pegan a los que llevan un paraguas naranja y explican los monumentos desde fuera. Una joven lleva a una veintena de personas y les habla del Alcázar de los Reyes Cristianos y de la vieja historia de que Isabel la Católica ordenó detener la noria de la Albolafia porque el ruido le molestaba.

Luego los lleva junto al gran monumento y ahí les habla primero sobre el nombre: «Hay un pique entre los que le dicen Mezquita y los que le dicen Mezquita-Catedral, porque el obispo, que dice que es suyo, se enfada si no se le pone lo de Catedral», dice y logra provocar la risa del auditorio. «Yo prefiero Mezquita, lo que dicen más cordobeses, pero hay muchos hilos por Twitter diciendo una cosa y otra», asegura. No contradice el carácter católico del templo, pero sí ironiza con él.

Guía en la calle Torrijos Valerio Merino

Les cuenta la historia de que no está orientada a La Meca y revela algo inexacto: un obispo quiso derribar todo el templo musulmán para levantar una Catedral sobre sus ruidos. «Intervino Carlos V, que pasó por Córdoba en su luna de miel, y dijo que no se podía tirar lo que era único para hacer lo que había en otros lugares».

La frase es apócrifa y no se refería al conjunto sino al crucero y el coro, que se empezaban a construir en su época. Les habla también de San Rafael, que se apareció al padre Roelas para conseguir que se detuviese una epidemia de peste negra sin mencionar que aclaró que las reliquias eran de los Mártires. No entra al gran monumento, porque allí los guías están autorizados y cuentan la historia más fiel y rigurosa.

Medina Azahara aparece en sus palabras y alimenta como cierta la leyenda de que Abderramán III la construyó para su amante favorita. Nunca mejor dicho lo de Córdoba de leyenda.

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