Religión
El Papa Francisco decreta la canonización del aguilarense beato Nicolás María Alberca
El mártir cordobés fue solemnemente beatificado junto a siete compañeros por el Papa Pío XI el 10 de octubre de 1926
Mártires cristianos, la fuerza de la fe
![Procesión del año 2022 pasando por la puerta de la casa en la que vivió el futuro santo en Aguilar](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/23/beato-nicolas-procesion-kwGI-U602530889871yDD-1200x840@diario_abc.jpg)
El papa Francisco ha firmado este mediodía el decreto que permitirá la canonización del beato Nicolás María Alberca que nació en Aguilar el 10 de septiembre de 1830. El Santo Padre ha recibido en audiencia al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos y lo ha autorizado a promulgar este decreto en el que también se plantea la canonización de los siete compañeros frailes franciscanos que fueron asesinados junto al beato aguilarense en Damasco en el año 1860.
Ahora sólo falta que se decida la fecha en que se llevará a cabo esta importante ceremonia en Roma.
Nicolás María Alberca fue beatificado por el papa Pio XI el 10 de octubre de 1926 dentro del calendario de actos programado por el séptimo centenario de la muerte de san Francisco de Asís.
El beato Nicolás cuenta con una devoción bastante implantada en Aguilar. En la localidad se conserva la casa en la que vivió y que está ubicada en la calle que ahora lleva su nombre. No obstante nació en otra casa situada en la actual calle Mercaderes. Cada año se celebra su festividad el 10 de julio con cultos y una procesión que pasa por la casa en que vivió.
La noche del 9 al 10 de julio de 1860 un grupo de milicianos drusos llegó desde el Líbano hasta Siria devastando la ciudad de Damasco y entre sus víctimas se encontraron numerosos componentes de la comunidad cristiana. En esa madrugada se encontraban en la iglesia franciscana tanto el aguilarense como siete compañeros más, todos españoles menos uno de nacionalidad austriaca. Allí fueron acorralados y les exigieron que renunciaran a su fe cristiana. Algo que no hicieron y, por este motivo, fueron asesinados.
Los primeros años de la vida del próximo santo Nicolás María Alberca transcurrieron en Aguilar. Allí asistió a la escuela y trabajó en una tienda. Este oficio lo abandonó porque no era compatible con la vida de piedad y oración que él quería llevar. Comenzó a trabajar en el campo con su padre y su tío.
Su confesor le orientó a ingresar en el noviciado de los hermanos del hospital de Jesús Nazareno en Córdoba y, de allí, pasó a Madrid. Se ordenó sacerdote en 1858 en la orden franciscana en la localidad de Priego de Cuenca. Poco después inició su labor de misionero en Tierra Santa dónde encontró la muerte con menos de 30 años.
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