Patrimonio cultural
Operación Leona: así se 'blanquea' una obra de arte de 2.600 años
Crónica de una investigación exitosa
La Policía Nacional recuperó tras años de investigación cuatro magníficas esculturas íberas que fueron expoliadas de una finca en Córdoba en el verano de 2016
![Una de las leonas íberas halladas por la Policía, ya restaurada por los expoliadores](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/11/10/leona-ibera-cordoba-Rvd558tdKLNpQurwgZQluPM-1240x768@abc.jpg)
Esta historia aún no ha concluido, pero ya se puede decir que tiene un final feliz. Habla de policías y ladrones; del robo de un tesoro artístico hallado en Córdoba con un valor histórico incalculable pero un precio fijado por estafadores sin escrúpulos; de cómo los delincuentes se las ingenian para falsificar documentos que hagan pasar por legal una mercancía expoliada; y de agentes que luchan con todo lo que tienen para detenerlos. Hay buenos y malos, arqueólogos, intermediarios, expoliadores, marchantes de arte, anticuarios, empresarios, millonarios y agricultores. Tiene todos los ingredientes del guion de un thriller.
La reconstrucción de esta intriga se ha efectuado partiendo de fuentes judiciales y policiales, especialmente el relato de la jefa de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, Montserrat De Pedro. Como todas las historias, debe empezar por el principio.
Verano de 2016
Un hallazgo casual en una finca agrícola de Córdoba
En algún momento del verano de 2016, un agricultor contrata a dos hombres para realizar unos movimientos de tierras en su finca. El sitio exacto se desconoce, ya que la Policía ha tenido siempre la precaución de no desvelar la ubicación de un yacimiento arqueológico, pero se sabe que los operarios son de Adamuz y que la finca está situada en el término de Montoro. Uno maneja un bulldozer y el otro se encarga de transportar los materiales. De repente, entre los terrones aparece una maravilla: una leona íbera de piedra. El trabajador que mueve la maquinaria pesada se da cuenta enseguida de lo que tiene entre manos. Y no lo duda.
Hasta aquí, el relato es idéntido al del hallazgo de la leona íbera de La Rambla, una escultura en perfecto estado de conservación encontrada en una finca agrícola de la localidad cordobesa en octubre de 2020. Pero ya no hay más paralelismos. Mientras que el agricultor rambleño dio parte enseguida a la Guardia Civil -lo que permitió recuperar la pieza para su posterior estudio-, en el caso que nos ocupa el trabajador urdió un plan para vender por su cuenta una escultura que, como después se supo, tiene 2.600 años de antigüedad. Un auténtico tesoro.
![Primera imagen de una de las leonas íberas difundida por la Policía Nacional cuando se dio a conocer el caso](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/11/10/leona-policia-nacional-U30828247426DxL-624x350@abc.jpg)
Tras el descubrimiento, uno de los trabajadores contratados sigue excavando en busca de más piezas. Halla una segunda leona y ese mismo día las saca de la finca sin conocimiento del propietario ni dar aviso a las autoridades. En los días sucesivos trabajará en la misma zona remozando las tierras con la esperanza de hallar aún más tesoros. Es entonces cuando discute con el segundo trabajador, que se da cuenta de que la faena por la que están cobrando no avanza: el conductor del bulldozer no se mueve del sitio donde aparecieron los restos. Cree que allí hay un rico yacimiento.
![Imagen principal - En la provincia hay numerosos testimonios de la presencia íbera. Uno de los más llamativos fue el descubrimiento de parte de un carro en el término de Montemayor, en plena campiña (imagen principal). Cerca se halló en octubre de 2020 la leona íbera de La Rambla (a la izquierda), muy parecida a las descubiertas en la Operación Leona. Y hay yacimientos importantes como el del Cerro de la Merced de Cabra (derecha), Torreparedones o Almedinilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/09/22/carro-ibero-cordoba-U65124574525RET-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - En la provincia hay numerosos testimonios de la presencia íbera. Uno de los más llamativos fue el descubrimiento de parte de un carro en el término de Montemayor, en plena campiña (imagen principal). Cerca se halló en octubre de 2020 la leona íbera de La Rambla (a la izquierda), muy parecida a las descubiertas en la Operación Leona. Y hay yacimientos importantes como el del Cerro de la Merced de Cabra (derecha), Torreparedones o Almedinilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/09/22/leona-ibera-rambla-U48185877462Lov-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - En la provincia hay numerosos testimonios de la presencia íbera. Uno de los más llamativos fue el descubrimiento de parte de un carro en el término de Montemayor, en plena campiña (imagen principal). Cerca se halló en octubre de 2020 la leona íbera de La Rambla (a la izquierda), muy parecida a las descubiertas en la Operación Leona. Y hay yacimientos importantes como el del Cerro de la Merced de Cabra (derecha), Torreparedones o Almedinilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/09/22/cerro-merced-cordoba-U63255858301lSn-278x329@abc.jpg)
Para continuar con las excavaciones ilícitas, el primer empleado urde una artimaña: le cuenta al patrón que la maquinaria se calienta demasiado durante el día -recordemos que el relato discurre en el verano cordobés de los 40 grados a la sombra- y que es mejor seguir la contrata por la noche. Lo que en realidad quiere el cazatesoros es mantener su búsqueda sin ningún estorbo. El agricultor accede, pero el vigilante de la finca sorprende una noche al operario con un detector de metales. Las cosas se le complican.
![Uno de los toros de factura íbera rescatados por la Policía](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/11/10/toro-primero-cordoba-U86463621385pGn-624x350@abc.jpg)
El empleado dejó de trabajar en la finca por motivos que la Policía no ha determinado. Puede que terminara la tarea o que el propietario sospechara acerca de sus acividades ilícitas. La codicia le puede, por lo que decide contarle la verdad, o parte de ella, al dueño de las tierras, quizás con la promesa de compartir el botín. Debió de recibir una respuesta negativa, porque el relato de la Policía -elaborado mucho tiempo después- revela cómo la mujer y la hija del supuesto expoliador coaccionaron al agricultor para que aceptara el negocio ilícito. No lo consiguieron, pero para entonces ya habían sacado de la tierra objetos muy valiosos: que se sepa, al menos tres esculturas íberas de animales, una leona y dos toros.
Primavera de 2017
Vender en el mercado legal es «lo más rentable»
Entre ese verano y la primavera siguiente el expoliador movió sus hilos y contactos para poder vender las esculturas íberas robadas. «El mercado legal es el más rentable» para los hallazgos arqueológicos, asegura la jefa de la Brigada de Patrimonio, pero para eso primero hay que «blanquear la pieza». Como ocurre con el dinero, también es posible aparentar que una obra de arte sustraída tiene un origen legal. El proceso es complejo pero factible, y a ello se dedicó el trabajador de Adamuz durante estos meses con la ayuda de varios compinches que extendieron la trama por todo el país. Su problema es que para entonces la Policía ya estaba detrás de la pista del expolio, y los ladrones siempre dejan algún rastro.
A comienzos de 2017 la Policía Nacional recibió los primeros avisos de un expolio en algún punto de las provincias de Córdoba o Jaén, sin más datos. El principal sospechoso era precisamente el trabajador de Adamuz, que había tenido un incremento de patrimonio sin explicación. Le había comprado un negocio a su mujer y nadie sabía de dónde había salido el dinero. Pero los agentes no podían relacionar los hechos.
Poco después, la Policía supo por otros canales que la venta de las piezas ya se había producido. Los ladrones habían tardado apenas unos meses en terminar toda la operación. «Debido a la rapidez en la venta tuvimos que cerrar la investigación porque las piezas expoliadas habían sido adquiridas y ya no estaban en la zona. No se movía nada, se nos acabó el hilo de la investigación», alega De Pedro. Estamos en la primavera de 2017, y la Policía había perdido la pista de las leonas.
![Imagen - «No se movía nada, se nos acabó el hilo de la investigación»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/09/22/jefa-brigada-cordoba-U64321674856Cxx-170x170@abc.jpeg)
Comienzo de la investigación
«No se movía nada, se nos acabó el hilo de la investigación»
Montserrat de Pedro
Jefa de la Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional
Para entender la actuación de la Policía hay que conocer cómo funciona la Brigada de Patrimonio Histórico. Para los agentes que la forman (una treintena, todos especializados) es igual de importante detener a los malos como encontrar los tesoros robados. De nada le sirve a la sociedad tener en la cárcel a un expoliador si antes no se han recuperado las mercancías sustraídas, que suelen tener un alto valor histórico. Por eso, antes de detener a nadie, por muchas sospechas o certezas que hubiera, primero había que localizar las esculturas.
Mayo de 2017
Comienza el expolio: de Córdoba a Barcelona pasando por Extremadura
Aunque la Policía no lo sabía aún, el trabajador de Adamuz había contactado con un intermediario extremeño del mercado de obras de arte, que se desplazó a Córdoba para ver las excelentes obras íberas. Actuaba por encargo de unos empresarios catalanes que se habían mostrado interesados en comprarlas. Ese primer contacto se produjo a finales de abril de 2017, y el 3 de mayo el mediador regresó a la provincia con el dinero, que la Policía Nacional estimó en 100.000 euros. Unos días después las piezas íberas ya estaban en Barcelona sin que la Policía supiera nada aún.
Un hecho inesperado sirvió para activar la búsqueda. En mayo de 2017, cuando ya las leonas estaban en Cataluña, una comisaría de Jaén recibió un sobre anónimo en cuyo interior aparecían las fotografías de un expolio: una leona y un león completos y la cabeza de un toro, todos ellos de evidente factura íbera. Los detalles coincidían con lo poco que hasta entonces sabía la Policía sobre el caso. Ahora había que localizar el lugar del yacimiento y conocer la identidad de los expoliadores. Aún hará falta otro giro del azar para conseguirlo.
Verano y otoño de 2017
Así se 'blanquea' una obra de arte robada
Tras sacar las piezas de Córdoba, los primeros compradores habían empezado a mover las piezas para su reventa. Eran anticuarios de Barcelona, que contactaron en junio de 2017 con una conocida empresaria española (que quedó completamente exonerada en este caso en enero de 2022) para ofrecerle estas figuras animales hechas hace 26 siglos.
La primera visita no se concretó hasta octubre de ese año y fue suficiente para convencer a la compradora. Buena conocedora del mercado de arte, la empresaria y millonaria exigió toda la documentación legal que requiere una operación de estas características. Por supuesto, los ladrones no tenían ni un solo papel que demostrara la procedencia lícita de las obras íberas. Tenían que fabricarla.
Los papeles falsificados incluían una factura de compra de la pieza del año 1974. La fecha es importante para vender una obra arqueológica ya que todo lo encontrado bajo tierra después de 1985 pertenece al Estado merced a la Ley de Patrimonio Histórico aprobada ese año. En el recibo los estafadores cometieron un grave error: tasaron la compra en 19 millones de pesetas, una cifra desorbitada para entonces equivalente a dos millones de euros de hoy. «Con eso te comprabas un pueblo. Se ve que hicieron mal los cálculos", asegura la jefa de la Brigada de Patrimonio.
También se elaboró un análisis de la pátina (fina capa de tierra u otro material que con el tiempo termina adhiriéndose a una pieza arqueológica), para lo que la red contrató a un laboratorio francés a cuyos técnicos indicaron dónde había que raspar para obtener las muestras. Los expoliadores ya habían limpiado las esculturas de forma grosera para aumentar su valor en el mercado -una operación que jamás realiza un arqueólogo-, pero puede que dejaran algunos paños intactos para los análisis técnicos.
A todo eso añadieron un informe judicial que confirmaba supuestamente la legalidad de la venta y hasta el análisis de un prestigioso arqueólogo que avalaba la importancia y veracidad de las leonas íberas, aunque para ello tuvo que obviar el proceso extremo de restauración al que habían sido sometidas las piezas. Eran de los mejores ejemplos de arte íbero jamás hallados, decía el experto.
Marzo de 2018
Hay que estar en el sitio para tener suerte
Con toda esa documentación, el 21 de marzo de 2018 la red de estafadores se reúne con la compradora para entregarle la documentación solicitada y confirmar la venta ante notario. Toda la operación tenía la apariencia de legalidad. El acuerdo, por el que la empresaria se hizo con una de las leonas por un precio que no se ha hecho público, se cierra esa misma noche sin que la Policía tuviera aún conocimiento del mismo.
Tres días después ocurre una feliz coincidencia que permitió a los agentes unir todas las piezas del puzle y detener a los implicados. El 24 de marzo de 2018 se desarrolla la operación Harmakhis -un dios del panteón egipcio-, en la que fueron detenidos varios anticuarios de Barcelona por blanqueo de capitales y por financiar al Estado Islámico mediante operaciones de expolio. Esa investigación «nada tenía que ver», en palabras de Montserrat de Pedro, con la Operación Leona, pero en los registros apareció numerosa documentación relacionada. Los anticuarios detenidos eran también quienes habían vendido la estatua íbera de Córdoba.
Los agentes encontraron una hoja manuscrita con un listado de todo el proceso para blanquear las esculturas, así como contactos y fotografías de cuatro piezas íberas. Eran las mismas que vieron los agentes de Jaén en el anónimo recibido un año antes, pero con un evidente proceso de manipulación de las piezas. En las primeras fotografías aún tenían la pátina y restos de tierra; en las segundas ya se veían muy limpias, demasiado para este tipo de restos arqueológicos. Eso no se podrá arreglar jamás.
Diciembre de 2018
Un yacimiento revelado y más preguntas
Ya sólo quedaba identificar el yacimiento y a los expoliadores. Hasta diciembre de 2018, la Policía Nacional estuvo analizando la documentación intervenida en Cataluña como parte de la Operación Harmakhis, que les llevó hasta Córdoba, el origen de todo el caso. Interrogaron al dueño de la finca, al trabajador contratado que sacó las leonas sin permiso, su mujer y su hija, así como al primer testigo del hallazgo que nunca quiso participar en los hechos delictivos. Y así pudieron cerrar una operación que concluyó con ocho detenidos o investigados y la recuperación de tres esculturas de hace 2.600 años -la leona en Madrid y dos toros en Barcelona- que reposan donde tienen que estar, en el Instituto de Patrimonio Cultural de España hasta que las autoridades decidan qué hacer con ellas. Hay voces en Jaén que ya las reclaman puesto que fue la Policía Nacional de esa provincia quien llevó las primeras investigaciones, cuando aún se desconocía el lugar exacto del yacimiento, que sigue oculto por cuestiones lógicas de seguridad pero se sabe a ciencia cierta que está en Córdoba.
Ahora bien, en la documentación encontrada en Barcelona las fotografías mostraban cuatro esculturas de animales, en lugar de las tres que se veían en el anónimo enviado a la Comisaría de Jaén.¿Dónde estaba la cuarta?
Nada se supo sobre esta obra hasta que el 26 de septiembre de 2019 personas cercanas a uno de los anticuarios detenidos con anterioridad avisó de que intentaba moverla desde un trastero donde la tenía escondida. La rápida intervención de la Policía permitió intervenir la cuarta pieza expoliada, si bien se desconoce si tiene el mismo origen que las anteriores. El detenido alegó, según manifestó la jefa de la Brigada de Patrimonio, que «era de su padre».
Queda una última pregunta por responder: ¿Qué más hay en el lugar donde aparecieron estas excelentes muestras de arte íbero? La Policía Nacional visitó el yacimiento el año pasado junto a técnicos de la Universidad de Córdoba, que rastrearon la zona con un georradar. Detectaron algunas anomalías en el subsuelo que podrían indicar que allí debajo hay algo. Si es importante o no, solo lo podrá determinar una excavación que, esta vez, deberán hacer arqueólogos de verdad. Por eso esta historia aún no ha terminado.
El presente
Epílogo: Un juicio pendiente
La compleja 'Operación Leona' se extendió durante más de tres años. La Policía Nacional ya ha cerrado la investigación tras completar las detenciones de ocho personas en diferentes puntos del país. Ahora el caso sigue su recorrido en el ámbito judicial.
Las fuentes judiciales consultadas por ABC indican que el procedimiento aún está en fase de instrucción, con varias piezas separadas en juzgados de Barcelona y Montoro. Los cordobeses investigados son las cuatro personas que participaron de un modo u otro en la excavación ilegal en la finca cordobesa. Aún habrá que esperar para conocer las sentencia de todos los implicados.
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