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Campo

Olivar, almendro y cítricos, únicos cultivos que se salvarán esta campaña de riego en Córdoba

La situación extrema por la falta de agua provocará que haya cultivos que no se siembren, como es el caso del maíz o el algodón

Si no llueve, la dotación de riego de la CHG será tan solo de 700 m3 por hectárea

Almendros de una finca de Córdoba en una imagen de archivo ABC

Pablo Cruz

Córdoba

Muchos regantes recuerdan la grave sequía que azotó Córdoba a mediados de los años 90 del pasado siglo. Estos agricultores se enfrentan esta vez a la peor campaña estival y otoñal que se recuerda desde entonces debido a las reducidas dotaciones de agua que aprobó la semana pasada la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Los expertos consultados por ABC coinciden en afirmar que esto provocará que haya cultivos que no se siembren en esta ocasión por sus mayores necesidades hídricas, como es el caso del maíz o el algodón, mientras que lo poco que se podrá salvar se concentrará en la arboleda, es decir, olivar, almendro y cítricos.

El organismo regulador, escudándose en el menguante estado de los embases, aprobó unas aportaciones de 700 metros cúbicos por hectárea para las alrededor de 125.000 hectáreas de riego que hay en Córdoba. La reducción de estas dotaciones, que se llevará a cabo a través del desembalse de 385 hectómetros cúbicos, es la cuarta consecutiva que sufren las comunidades de regantes. En 2020 la CHG dio su visto bueno a la concesión de 4.850 metros cúbicos por hectárea, lo que representaba una bajada interanual del 10 por ciento. Al año siguiente el descenso fue del 42 por ciento, mientras que el pasado ejercicio la caída fue superior al 37 por ciento. Esto quiere decir que en el último cuatrienio la dotación de recursos hídricos al campo se ha quedado en una séptima parte.

Otra de las novedades de esta campaña es la decisión del organismo dependiente del Ministerio para la Transición para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de poner fin a las aportaciones de agua el 30 de septiembre cuando lo habitual era que la temporada se alargara hasta bien entrado el otoño. No obstante, su presidente, Joaquín Páez, se comprometió a elevar estas dotaciones si antes del 15 de mayo, fecha de comienzo de la siembra de muchos cultivos, cambia la situación pluviométrica de la cuenca, que se ha caracterizado hasta el momento por una merma del 35 por ciento de las lluvias con respecto a la media.

La propia Delegación Provincial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural indicó en su último informe de coyuntura que «la falta de lluvias ha adelantado la campaña de cereal un mes y la situación es muy preocupante, por lo que en la Campiña algunas parcelas se han segado para heno ante las malas expectativas de cosecha de grano», al mismo tiempo que, tras las autorizaciones de la CHG, «se han regado algunas parcelas de trigo, pero el agua, en general, llega tarde».

En cuanto al girasol, el texto apunta que «en pocas semanas se va a ver muy afectado si las temperaturas siguen tan altas y no llueve en abundancia».

El secretario general de la Asociación de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, señaló que la sensación reinante entre estos productores es la de «enorme preocupación». A su juicio, «con estas dotaciones de agua solo se podrán salvar la arboleda (olivar, almendro y cítricos)», mientras que «apenas se podrá regar hortalizas como el tomate o el girasol, lo que reducirá sensiblemente su cosecha».

Esta organización calcula unas pérdidas de unos 2.000 millones de euros en toda la cuenca, algo que también que tendrá repercusión, según alerto, en materia laboral con la aprobación de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) entre sus trabajadores.

Asimismo, este dirigente aseveró que «se nos presenta una campaña tremendamente dura que es consecuencia de que sufrimos el quinto año consecutivo de sequía». Eso sí, también puso un suspenso a las administraciones al no acometer una serie de inversiones en obras hidráulicas de regulación y de modernización de regadío.

A su juicio, «con estas mejoras se podrían afrontar mejor las restricciones de agua de este año, por lo que es imprescindible impulsar por una política hidráulica que apueste por las presas en su doble función de evitar las avenidas y aportar recursos hídricos en épocas de sequía».

Situación «dramática»

La comunidad de regantes del Genil-Cabra es una de las más importantes en Andalucía al contar con unos 2.400 socios que trabajan unas 24.000 hectáreas repartidas por los municipios de La Rambla, Santaella, Montalbán, Puente Genil y Montilla.

Su presidente, Julio Valcuende, calificó la situación de «dramática» y aseguró que, en el caso de cultivos como el maíz, el algodón o la remolacha, «ni siquiera nos planteamos sembrarlos este año de restricciones por sus elevadas necesidades hídricas, de modo que reservaremos la poca agua que nos llegue para el olivar, el almendro y los leñosos».

Valcuende coincidió con Parias en la necesidad de más infraestructuras hidráulicas. «Hemos solicitado un permiso para construir unas balsas que nos permitan paliar en parte estas situaciones tan extremas» resaltó este dirigente, que reclamó ayuda a las administraciones para su financiación, ya que, «si los poderes públicos no se ponen las pilas y autorizan nuevos sistemas de acopio de agua, el futuro de la agricultura andaluza y cordobesa es muy negro».

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