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cultura

El misterio de Cercadilla: tres décadas de hipótesis

El estudio de este sitio no arroja aún hoy unanimidad ni sobre su fecha de construcción ni sobre su uso original

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Vista aérea del yacimiento de Cercadillas ABC

Félix Ruiz Cardador

Córdoba

El yacimiento de Cercadilla es quizá el que más frustración despierta entre los amantes de la historia cordobesa. En buena parte, por la destrucción que sufrió durante el proceso constructivo de la estación y el tendido férreo de la Alta Velocidad a inicios de los 90, cuando el furor de modernidad asociado a la Expo de Sevilla propició decisiones que todavía resultan controvertidas. Por otra, porque, aunque existe una interpretación primera sobre su origen vinculada al emperador Maximiano Hercúleo y al periodo que va desde el año 293 al 305, no han dejado de aparecer en lo que va de siglo XXI nuevas teorías de historiadores de prestigio que cuestionan esa hipótesis y plantean alternativas.

De hecho, en este tema se han implicado a lo largo de los años varios de los mejores arqueólogos que trabajan en Córdoba, sin que por ahora exista un acuerdo posible debido a que los restos materiales encontrados no son definitivos. El enigma, la neblina del ayer, continúa por tanto y cada cierto tiempo aparecen artículos especializados que respaldan una de las teorías, la refutan o plantean una nueva. Cercadilla, un siglo después de la aparición de los primeros vestigios en la zona, sigue siendo no sólo un borrón en la historia arqueológica de la ciudad, sino uno de los grandes misterios de la arqueología cordobesa.

Maqueta con una recreación de lo que pudo ser Cercadilla ABC

Los primeros restos datados del yacimiento aparecieron en 1922, cuando se descubrió lo que hoy conocemos como la bóveda del criptopórtico durante las obras del tren. De ello escribió el por entonces joven director del Arqueológico, el aragonés Joaquín María Navascués, que anduvo por Córdoba en la primera mitad de esa década. 'Interesantísimo hallazgo de una bóveda romana en la línea Sevilla' fue el titular con el que encabezó un artículo pionero que apareció al poco tiempo en el boletín de la Real Academia y en el que relataba el fortuito hallazgo y los resultados de la primera excavación que se practicó en la zona, en el que algo intuyeron de lo que allí había pero sin llegar a comprender su magnitud.

El paso del tiempo, y la ausencia de nuevos estudios en Cercadilla, fue sumiendo en el olvido este descubrimiento, de tal modo que casi nadie recordaba tal hecho en los 90, cuando se decidió instalar en la zona la estación de trenes, las nuevas líneas férreas del AVE y el actual parking.

Primera teoría

El arqueólogo Rafael Hidalgo vincula su origen a un palacio-fortaleza del gobernador

Dichos trabajos tuvieron asociado su estudio arqueológico, que siempre ha sido ponderado como un buen trabajo a pesar de las dificultades, limitaciones y presiones que existían en aquel momento. De allí surgió la primera teoría, que venía a explicar y a fechar la historia de este edificio, que sí en algo hay coincidencia es en que se trata de algo único, apenas comparable con nada en el mundo.

Bajo la dirección del arqueólogo Rafael Hidalgo, lo que se planteó como hipótesis —y que hoy aparece como interpretación oficial de la Junta de Andalucía— es que el origen de este edificio estuvo vinculado al emperador Maximiano Hercúleo, responsable de las provincias occidentales del imperio en la tetrarquía que instauró Diocleciano a finales del siglo III con el fin de poner fin a la larga crisis política que padecían desde la muerte de Alejandro Severo.

Esta interpretación de Cercadilla, que el profesor Hidalgo defiende en un extenso artículo del catálogo de la actual exposición 'Cambio de era', se basaba en la traducción de una epigrafía encontrada en el yacimiento y en el hecho de que es conocido que Maximiano anduvo por Hispania en el periodo debido a sus responsabilidades en el apaciguamiento de las provincias africanas, en las que existían grandes tensiones.

Teorías

La teoría planteada alude a un uso posterior, a partir del año 306, como palacio-fortaleza del gobernador y a un tercer uso como centro de culto cristiano dedicado al mártir San Acisclo, con lo que encontraba sentido el hecho de que en Cercadillas apareciesen numerosos enterramientos y restos cristianos, entre ellos varios sarcófagos con escenas bíblicas. Tales vestigios van desde la época de la llegada del cristianismo a Córdoba e incluso hasta el periodo de los emiratos musulmanes y vinculado a los mozárabes.

Aunque esta fuese la primera teoría, luego comenzaron a aparecer nuevas interpretaciones. Los arqueólogos Rafael Corzo y Pedro Marfil defendieron por ejemplo una construcción más tardía, entre 325 y 343, y con un origen distinto: vinculado a la Iglesia como edificio episcopal del obispo cordobés Osio.

Otra opción la planteó el arqueólogo Jerónimo Sánchez, que atribuyó su origen también a la Iglesia como conjunto episcopal construido entre la antigüedad tardía y la temprana Edad Media. Historiadores como Javier Arce y El Housin Helal relacionaron su origen con el espectro civil. El primero con una villa residencial y el segundo con una mansión aristocrática que con el tiempo fue abandonada para finalmente ser reconvertida en basílica.

Más hipótesis

Vinculan sus inicios a la Iglesia como edificio episcopal en diferentes épocas

Las hipótesis sobre Cercadillas no quedan sin embargo ahí, pues otros dos arqueólogos emblemáticos de Córdoba, Juan Murillo y Desiderio Vaquerizo, defendieron una nueva tesis tras la aparición del anfiteatro romano del Rectorado a inicios de este siglo, en cuyo yacimiento ambos trabajaron. En sus estudios observaron que materiales de este edificio fueron reutilizados en Cercadilla y plantearon la teoría de que el origen de este enorme edificio tuviese lugar a inicios del siglo IV, como palacio del gobernador o 'praetorium' bajo el reinado del emperador Constantino, que también tuvo necesidad de fortalecer militarmente el sur de Hispania debido al conflicto que sostuvo con Majencio en ese periodo y hasta que consiguió unificar el imperio. Murillo y Vaquerizo interpretan que tras el Concilio de Nicea en 325 el emperador cedió este recinto a Osio como sede episcopal.

El amplio abanico de hipótesis sobre el yacimiento de Cercadilla y su origen plantea por tanto más dudas que certezas a pesar de las décadas de investigaciones. Y aunque pueda verse como algo negativo, y que ha creado tensión entre los arqueólogos implicados por las refutaciones y contrargumentaciones de unos y otros, lo que viene a demostrar es la singularidad de este enorme edificio situado fuera de los muros de la ciudad antigua y que no se puede comparar con ningún otro que exista en el mundo, pues fue algo único en el imperio romano. Eso es precisamente lo que propicia que no existan certezas absolutas. También que cunda este debate que por ahora no ofrece síntomas de que se vaya a cerrar.

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