mirar y ver
24 horas de nuevo año
Lo novedoso nos atrae porque proporciona el placer de conocer, sentir o vivir algo por primera vez
Córdoba da la bienvenida a 2025 bajo un gran ambiente en Las Tendillas

Lllevamos veinticuatro horas en 2025. «Tu materia es el tiempo, el incesante/tiempo» -recuerda Borges-, pero al llegar estas fechas, se nos regalan 365 días de estreno vital. Empieza el nuevo año. La novedad nos cautiva, amamos comenzar. Nos gusta lo nuevo, nuevos ... lugares, nuevas personas, nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevos aprendizajes, nuevo libro, nueva receta, recién hecho, recién nacido... ¿Qué tiene la novedad que tanto nos atrae? Nos fascina porque tiene el encanto de las primeras veces. La primera palabra, el primer amor, la primera tristeza, la primera lluvia, el primer mar. Es alegre, motivadora, dinámica, sorpresiva y responde a nuestra mente curiosa. Lo novedoso nos atrae porque proporciona el placer de conocer, sentir o vivir algo por vez primera. Por ello, es intrigante, sabemos cómo empieza, pero ignoramos, la mayoría de las veces, cómo acaba; igual que en las buenas novelas, no tenemos ni idea del final. Es un estado de descubrimiento y asombro, un arrebato de emociones positivas, de deseos que se cumplirán o, al menos, eso se espera. Las experiencias novedosas nos emocionan y nos capacitan para disfrutar; incluso antes de vivirlas las imaginamos, la recreamos y, cuanto acaban, las recordamos con intensidad extraordinaria. El arte está en que nunca las dejemos convertirse en rutina, «tras tanto camino -enseña Machado- es la primera/vez que miro brotar la primavera», hay que agudizar los sentidos y el corazón.
El inicio de año es tiempo de novedades, de propósitos, de deseos y sueños. Para Córdoba: ser referente contemporáneo de pensamiento y cultura, el fin de los problemas de los barrios más vulnerables, la lluvia generosa que impulse el trabajo de nuestros agricultores, el fortalecimiento de las empresas locales, la base logística militar como motor para la atracción de empresas, la consolidación del turismo de congresos, la apuesta pública por incrementar las viviendas sociales, el cuidado de los más jóvenes en el acceso al trabajo y a lo necesario para su autonomía, el esfuerzo por retener nuestros mejores talentos, la colaboración entre las fuerzas políticas en los temas esenciales de la capital y de la provincia, hacer de Córdoba una ciudad solidaria, abierta y acogedora y que los cordobeses creamos en la grandeza de nuestras posibilidades. Y para cada uno, la porción de felicidad deseada y debida.
Somos seres deseantes, habitantes de deseos, incapaces de vivir sin expectativas ni esperanzas. Los deseos son valiosos por sí mismos más allá de que se cumplan o no, porque son proyección de futuro, un mundo imaginado que construye la realidad o la encamina hacia aquello que anhelamos. El deseo ofrece sentido y propósito a la existencia, porque es una promesa. Y las promesas requieren su cumplimiento. «La vida es eso -canta Benedetti- correr los escombros y destapar el cielo/porque esta es la hora y el mejor momento». Feliz 2025.
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