mirar y ver
¿De cristal?
Los jóvenes han roto los moldes de la fragilidad que se les ha atribuido y se han lanzado a ayudar en la tragedia
El cordobesismo no falta en la ayuda por la DANA
![Un joven en las labores de ayuda a los afectados por las inundaciones](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/14/dana-cordoba-joven-RcyrANFOm1EijM6N01jiXbJ-1200x840@diario_abc.jpg)
En sus aspectos formales, el artículo de opinión está mediatizado por el espacio asignado en el periódico. Hay que bregar con el número de líneas o de palabras y hacer que el mensaje se encuentre a sus anchas entre las cuatro paredes de la ... columna. Vivir en ellas es mirar la realidad, comprenderla o interpretarla, tener algo que decir, encontrar las palabras precisas, las conocedoras y estudiosas, las prudentes, las juiciosas, las incómodas, las no deseadas, las necesarias, las convincentes, las subversivas y las más dulces, y decirlo. No siempre el espacio es suficiente; entonces, a menudo, las ideas se resisten a ser deshechas, se obstinan en salir, sí o sí, al teclado que las libra del olvido. Pero la periodicidad semanal lo remedia y permite terminar lo que no fue posible en unas escasas frases.
Exceptuando el ámbito familiar, como es obvio, y el educativo, que le es propio, los jóvenes no suelen ser objeto de demasiado interés público, más atraído por temas políticos, económicos e ideológicos que por la juventud, el futuro, que, como un gerundio, expresión de una acción en curso y, por tanto, no finalizada, ahí están, creciendo, estudiando, aprendiendo, formándose, encontrando amistades y el amor, divirtiéndose, eligiendo futuro. Sin embargo, las situaciones extremas destapan la realidad oculta y despiertan, a quienes la miran, del hábito y la rutina. Y así, en redes, tertulias, periódicos, radio y televisión, los jóvenes han pasado a ser protagonistas por su admirable actitud solidaria con Valencia. Lo suyo ha sido una lección moral a tanta inoperancia y desvarío.
La Generación Z denomina a los nacidos con posterioridad a 1995. Son 100% nativos digitales y las Nuevas Tecnologías median en sus relaciones y actividades, han conocido una democracia consolidada, con conquistas que no han tenido que reivindicar, han crecido en un entorno familiar proteccionista que les ha proporcionado todo cuanto desean, por lo que su tolerancia a la frustración es baja, acrecentada por los logros rápidos y exitosos que muestran en las redes influencers tan jóvenes como ellos. Se preocupan de sí mismos, de su estética y bienestar. Abiertos a la experiencia y a vivir intensamente, saborean la vida, que ya los privó y probó en la pandemia inoportuna, como si no hubiese un mañana, son muy sensibles, empáticos y, algunos dicen, que frágiles.
Pues estos jóvenes, llamados de cristal, han roto los moldes de la fragilidad que se les ha atribuido y, siendo la generación de la inmediatez o, tal vez, en consecuencia, inmediatamente se han lanzado a ayudar en la tragedia y se han mostrado valientes, fuertes, autónomos y comprometidos ante un terrible desafío. Para ellos un deseo agradecido en palabras de Benedetti: «No te rindas que la vida es eso,/continuar el viaje,/perseguir tus sueños,/ destrabar el tiempo/,correr los escombros y destapar el cielo».
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