Mirar y ver
Comprar sombra
Necesitamos sombra en Córdoba, la alargada sombra del ciprés que siempre es vencida por la esperanza, la del olmo viejo y su memoria, o la del viento
El Ayuntamiento de Córdoba inicia la redacción del plan director de la arboleda de la ciudad, según información de ABC, para el mantenimiento de parques y jardines, la planificación del tipo, número y lugar de los árboles, así como para la expansión del ... patrimonio natural. Esta iniciativa responde a la promesa del programa electoral, para esta legislatura, de lograr una ciudad más sostenible y habitable. De entre todas las propuestas, aumento de zonas verdes y parques o conseguir ser la localidad española con mayor número de metros cuadrados de parques por habitante, me quedo con el cambio del modelo urbano.
Creo que esta sería la transformación más básica y beneficiosa para la ciudad, repensarla para aminorar los efectos de las altas temperaturas. No vale rendirse ante los elementos, ni justificarnos con ellos, ni acostumbrarnos a aparecer en las noticias como el lugar de España donde, al menos durante dos meses al año, es agotador vivir. Esto no nos favorece.
Sería posible suplir tanto granito en pavimento y mobiliario urbano, -¡a quién se le ocurre!- y utilizar otras posibilidades más acordes a nuestra climatología y, también, a nuestra estética. Se podría recuperar la Córdoba del agua, tan histórica como bella, e inundar el espacio público de árboles, hacer de ella un 'hortus conclusus', un jardín cerrado, que abarque los límites de la ciudad, extensión de los patios y de los imaginados jardines de Azahara, agua y árboles, frescor y sombra.
Córdoba necesita invertir en sombra. Comprar sombra no es cualquier cosa. Uno de los días en que Peter Pan se coló en casa de los Darling para escuchar los cuentos de los niños, al ser descubierto, huyó rápidamente, cerró la ventana y a su sombra no le dio tiempo de escapar. Al encontrarla, el padre decidió llevarla al Museo Británico para tasarla, una sombra es muy valiosa. Peter Pan no puede vivir sin ella, así es que Wendy se la cosió de inmediato. Quien no proyecta su sombra es un fantasma, una etérea apariencia sin realidad. Una ciudad, como el ser humano, sin sombra, no existe. Necesitamos sombra, la alargada sombra del ciprés que siempre es vencida por la esperanza, la del olmo viejo y su memoria, o la del viento.
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