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Contramiradas

Manuel Torralbo: «Vengo a gobernar para toda la Universidad»

rector de la uco

Su larga trayectoria le avala. El martes se convirtió en el noveno rector de una UCO que cumple 50 años

Aristóteles Moreno

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No imaginaba aquel hijo de tenderos, que iba desde Cardeña hasta Granada en camiones de leche Covap para estudiar Matemáticas, que un día llegaría a ocupar el noble despacho donde hoy estamos sentados. «Ni en los mejores sueños», admite recostado en una silla, cordial y sin corbata, dos días después de su solemne toma de posesión ante el presidente de la Junta de Andalucía. Aquel chaval, huérfano de padre desde los siete años, engrasó sus habilidades aritméticas ayudando a su madre a hacer las cuentas sobre papel de estraza mucho antes de que la calculadora entrara en nuestras vidas como un huracán.

Hasta llegar aquí, ha dibujado un largo camino. A los 29 años, ya era secretario de Magisterio. Desde entonces, ha ido encadenando puestos de gestión de forma casi ininterrumpida. Secretario general de la UCO, dos vicerrectorados y alto cargo de la Junta en materia universitaria entre 2012 y 2019, antes de un breve tránsito por el Ayuntamiento como concejal socialista. Diríamos que el birrete de rector cae en sus manos 32 años después como fruta madura. Son las 12.25 horas del pasado jueves bajo el ataque despiadado del sol de julio.

—¿La universidad pública sigue siendo un ascensor social?

—Yo creo que sí. Y tenemos que luchar para que lo siga siendo.

—¿Peligra?

—No. La pública está muy consolidada en Andalucía y España. Pero hay que afianzar las oportunidades, no solo por la formación. Hoy ya se necesitan otras competencias: idiomas, salir a Europa, conocer otras universidades.

—Usted es hijo del ascensor social.

—No tengo la menor duda. Tuve beca durante todos los estudios y, si no hubiera estudiado en la pública, no hubiera podido. Todos los objetivos de mi casa eran que el niño estudiara. Mi hermana no estudió. Lo propio de entonces en los pueblos: la niña se queda en casa.

—¿La universidad se está adaptando a las exigencias de hoy?

—Creo que sí. Erasmus ha dado a los jóvenes enormes posibilidades de salir. Es fundamental que tengan un nivel de idiomas superior y competencias digitales. Hoy nuestra casa no es Andalucía ni España. Es Europa.

—¿Cuál es la primera ecuación que quiere despejar en la UCO?

—Darle la máxima estabilidad a las personas. Europa nos manda el mensaje de que tenemos demasiados interinos. Es cierto que nuestro mercado laboral es distinto, pero en nuestra cultura la estabilidad es una parte muy importante. En el PDI [Personal Docente e Investigador] hay bastantes signos de consolidación, pero en el PAS [Personal de Administración y Servicios] ha habido menos atención.

—¿Y está en su mano arreglarlo?

—Muchas cosas sí. El lunes se terminaron los procesos selectivos de laboratorio y firmé los puestos. No nos podemos salir del real decreto, pero dentro de esas normas se pueden hacer cosas.

—Ha llegado aquí con la bandera de la participación, la transparencia y la cercanía. Como todos los rectores, ¿no?

—En campaña hay muy bonitas palabras, efectivamente. Y eso se tiene que llevar después a la práctica. Yo soy una persona cercana, practicaré la transparencia desde el primer día y la participación, que nos llena siempre la boca, hace falta llevarla a las normas. Por ejemplo, mi compromiso es que los claustrales puedan hacer preguntas sobre la marcha en el debate anual del Claustro. Y que el informe del rector sea votado. Eso cambiará radicalmente la posición mental del equipo del gobierno.

—Y usted se compromete.

—Eso está en el programa electoral, que estará en la web de la UCO.

"Voy a ser leal a la Junta de Andalucía"

—El programa es su contrato.

—Por supuesto. Mío y del equipo rectoral, que ha participado en su redacción.

—Dijo usted en la campaña: «La Universidad es mucho más que ir a clase». ¿Cómo va a reactivar el compromiso universitario de los estudiantes?

—Ese es un reto muy importante. El objetivo del vicerrector de Estudiantes tiene que ser estar cercano a ellos. Hay aulas como las de Software Libre que movilizan a los estudiantes. O la de Teatro. Hay que montar cosas atractivas.

—También declaró: «La organización docente es un absoluto caos». ¿Qué tiene preparado para septiembre?

—El problema es la resolución de las plazas de ayudante doctor y su incorporación. Se tarda excesivo tiempo y se incorporan tarde. Esto no se va a cambiar de un día para otro. Pero hay que tomar medidas. Por ejemplo: cuando en una baremación una persona se va, que puedas tirar del siguiente y no poner otra convocatoria en marcha.

—Y la financiación es la madre del cordero.

—Es muy importante. No quiere decir que no haya medidas organizativas que mejoren la eficiencia. Si yo quiero que los currículos se evalúen en un mes, por ejemplo, se necesita dinero.

—¿Y por qué España está a la cola de Europa en financiación?

—Venimos de una tradición donde la universidad no era accesible a la mayor parte de la población. En 40 años hemos pasado de tener un número reducido de estudiantes a otro importantísimo. En Andalucía, la inversión en proporción al PIB es más alta que en otras comunidades; pero, como tenemos menos PIB, tenemos menos financiación.

—¿A qué infraestructura destinará el primer euro?

—A la primera que tengamos licencia de obras y adjudicación. Guardar el dinero para las inversiones que me gustarían sería muy torpe. Podría acabar los cuatro años sin haber ejecutado ningún euro. Ahora está licitada una parte de Rabanales. Si es la que está más avanzada, será la primera que hagamos.

—¿Y qué inversiones le gustarían?

—Hacer algo de la Zona [Militar] para Filosofía. Si piensas en los plazos, te das cuenta de que en este mandato…

—No veremos allí nada.

—Se hizo una oferta a Defensa por 2,4 millones y el rector me pidió opinión. Le dije: «Tira adelante». El siguiente paso es desafectar el uso. Luego, el contrato y ponerlo en presupuestos. Y, después, negociar con Urbanismo para ver qué se puede hacer allí y cuál es el plan de necesidades de Filosofía.

—¿Qué debe de ir en la Zona Militar?

—Primero: responder a las necesidades de Filosofía. Y, si queda sitio, la UCO se planteará otras cosas para el edificio.

—¿Y la Biblioteca Provincial?

—Hay un protocolo firmado y estudiaremos si puede ir algo allí. Yo no la veo como solución de futuro para Filosofía.

—Usted apuesta por la desburocratización. ¿Por ejemplo?

—Delegar competencias para que no llegue todo a los órganos centrales. Que cada centro tenga autonomía para hacer los trámites del tribunal de convalidaciones. O que tengan capacidad para firmar prácticas de empresas.

—¿Es partidario del teletrabajo?

—Hay que analizar bien qué funciones pueden ser teletrabajo. Si un conserje tiene que abrir este edificio, salvo que tenga un mando a distancia, no podrá teletrabajar.

—¿Y las clases?

—Los estudiantes están encantados de que sean presenciales y no debemos renunciar en ningún caso. ¿Que hay tareas que se pueden hacer virtuales? Sí.

—¿Los rankings le quitan el sueño?

—Los miramos de reojo porque nos gusta salir bien en la foto. Pero tampoco nos tienen que obsesionar. Muchas veces comparamos universidades con gran presupuesto y nosotros no estamos en esa liga. A pesar de ello, estamos muy bien situados. Tenemos que estar orgullosos del sistema público.

—¿A qué universidad le gustaría parecerse?

—Escogería lo mejor de cada casa. Granada tiene una capacidad de internacionalización extraordinaria.

—¿Y fuera de España?

—En Holanda hay universidades buenísimas. En agroalimentación, Wageningen es extraordinaria. Y Leiden también. Las inglesas son un modelo diferente. Se parecen más a las americanas en su gestión y financiación. Las alemanas son muy buenas. En las partes que somos menos fuertes, nos tienen que servir de ejemplo.

—¿Y dónde somos fuertes?

—En biomedicina somos fortísimos. Muchas áreas de Psicología se están acercando al Imibic. ¿Por qué? Porque entran a jugar en una liga muy interesante. Otro ejemplo que tenemos es el María de Maeztu en Agronomía. Ahí hemos recogido todo el fruto del trabajo de 50 años con una trayectoria de investigación en agroalimentación importantísima.

—¿La UCO es una universidad excelente o menos lobos?

—Es una universidad muy buena. ¿Somos excelentes en todo? Seguramente no. Cuando se le aplica cualquier estudio cienciométrico de productividad salimos bien. ¿Que tenemos que mejorar? Es evidente.

—Villamandos declaró: «Me encontré una universidad crispada». ¿Qué universidad se ha encontrado usted?

—Yo no tengo sensación de estar en una universidad crispada y no miro quién ha votado en una dirección o en otra. Vengo a gobernar para toda la Universidad.

—¿Es usted el rector del PSOE?

—En absoluto. Todos tenemos nuestras ideas. Yo las tengo. He participado en gobiernos del Partido Socialista pero no soy el rector del PSOE. Voy a defender los intereses de la UCO, seguro que con el mismo interés que José Carlos o Julieta.

—Moreno Bonilla le pidió empatía, lealtad y colaboración. ¿Qué le pide usted a él?

—Esas tres cosas se las pido igual, porque yo se las voy a dar. No tengo dudas. Voy a ser leal con la Junta. En campaña lo he felicitado por dos cosas que me han parecido muy buenas: los acuerdos para la carrera profesional de los médicos y el acuerdo educativo para acercar sus retribuciones a la media estatal. Sigan esa vía y llévenlo a los acuerdos para el sistema universitario. Algunas cosas las tiene el presidente en su programa.

—Y se las va a recordar.

—Por supuesto. Me he leído su programa electoral.

—Será usted de los pocos.

—Las medidas que hay están bien y son buenas para el sistema.

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