La Graílla
Que se giben las guapas
No sorprende la idea de IU en Fernán Núñez, sino que en 2022 siguiera aquello de las niñas monas vestidas de casi novias
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A buenas horas, querido Antonio Luna. Con nada que el Ayuntamiento de nuestro pueblo hubiera adelantado 28 añitos de nada la idea de sustituir la coronación de la Reina de las Fiestas por un homenaje a los mejores expedientes académicos del Bachillerato, habríamos tenido en agosto de 1994, cuando todavía pensábamos en la Universidad como un sitio al que se iba a aprender de profesores que tenían algo que decir, una noche de gloria presumiendo de matrículas de honor y quedando por una vez por encima de los y las que podían presumir de mejor palmito físico, que en mi caso tampoco es que fuera difícil. Que se giben las guapas, que diría Mortadelo.
Cuando parecía que Izquierda Unida era un partido destinado a diluirse como un terrón de azúcar en marcas publicitarias y confluencias tan indeterminadas que hay que hacerles tutoriales a los suyos para que encuentren la papeleta, en Fernán Núñez han dado el campanazo de la iniciativa con una idea tan obvia que no sorprende que la tomen, sino que todavía en 2022 se siguiera con aquello de las niñas monas, de una edad y de la otra, suban vestidas de casi novias a la mitad del Paseo de Santa Marina para que les admire la belleza todo el pueblo menos sus íntimas amigas, las que no consiguieron entrar en la selección y aquellas que no están porque en realidad no quisieron presentarse, que si no de qué iban a coronar a esa con la cara de pan.
No sé, querido Antonio, si querrán hacerlo retroactivo ni con cuántos años atrás, aunque me temo que si comparan las notas del instituto con lo que después pasó en las escuelas y facultades, y más aún con la ambición laboral de aquellos de los que se pensaba que pisarían un sendero de azulejos de oro por unos cuantos sobresalientes se darían cuenta de que más efímero puede ser un 10 en un examen que una cara recién lavada. Antes se puede malograr un buen estudiante por cambiar de sitio que unos ojos grandes y más fácil será conservar la sonrisa que la ilusión del que no es capaz de encontrar la forma de salirse de la carrera empedrada de suspensos.
En este tiempo en que sólo se leen los titulares, nadie va a reparar en la retórica gastada de las mujeres como objetos ni en la contradicción de que por un lado se critique la competitividad y por otro se rinda homenaje a los que sacan mejores notas que los demás. Mucho menos en que la izquierda distinga el mérito individual del que primero sospecha y al que luego pide más impuestos para los que se quedan atrás. IU aleja así el pánico de ver cómo el PP fue el partido más votado en las elecciones autonómicas, se apunta un tanto en noticias virales y en la tele y casi se asegura otros cuatro años en la Plaza Vieja, aunque haya que descontar los votos de las chicas que se miraban todos los días al espejo y se veían coronadas y los de sus familias. Ya sabes, querido amigo, que los premios siempre benefician más a quien los otorga que a quien los recibe.
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