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De Pavía a Breda (1525-1625)
Hace 500 años, el 24 de febrero de 1525, las tropas españolas vencían a las francesas en disputa por el ducado de Milán, que a partir de entonces pasó a la Monarquía hispánica durante dos siglos
Historia en dos ciudades
Con el nombre «De Pavía a Breda (1525-1625) 100 Años de preeminencia de los Tercios Españoles en Europa», el Ejército español ha escogido esta efeméride para celebrarla en 2025. Hace 500 años, el 24 de febrero de 1525, las tropas españolas obtenían una resonante ... victoria sobre las francesas en disputa por el ducado de Milán, que a partir de entonces pasó a pertenecer a la Monarquía hispánica durante los siguientes dos siglos. Y el 5 de junio de 1625, hace 400 años, la ciudad rebelde holandesa de Breda, tenida por inexpugnable, se rendía a los españoles tras diez meses de asedio, en el marco de las guerras de Flandes.
Entre medias, numerosas batallas, la mayoría victoriosas para las fuerzas españolas, consagraron la fama de invencibilidad de nuestros tercios y sostuvieron la política exterior de España, que asumió también ser la principal defensa de Europa frente a la amenaza otomana.
El antecedente de esa centuria donde no se puso el sol para España tiene un nombre propio, el militar montillano Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. Él puso en las campañas italianas las bases de un ejército moderno, profesional, leal a sus Reyes, donde el fuego de la infantería superó a la caballería pesada, la caballería ligera se empleó en labores de reconocimiento, la artillería se coordinó con ambas y los ingenieros militares desarrollarían excelentes fortificaciones y grandes rutas, como el Camino Español.
En Ceriñola y Garellano las unidades aún no se llamaban tercios, denominación que surge veinte años después. Pero las bases para las victorias de Pavía, Túnez, Mühlberg, San Quintín, Lepanto, Gembloux, Amberes y Breda estaban puestas. Como el Gran Capitán fue el primero de una lista de grandes líderes militares: el duque de Alba, Juan de Austria, Alejandro Farnesio o Ambrosio Spínola.
Aquellos soldados representaban a toda España, por eso la conmemoración de esta efeméride nos incumbe a todos. No en vano, en Pavía, el rey de Francia fue capturado por cuatro sencillos y bravos soldados españoles: un vasco, un granadino, un catalán y un gallego. Pero aquellos tiempos de gloria no solo pasaron, porque todos las civilizaciones tienen sus cénits y sus ocasos, sino que pareciera que España es el único país que abjurase de sus grandezas. El cine español no le ha dedicado ni una película y nuestros colegios e institutos no los enseñan, incluso hay quienes exigen que nos avergoncemos de ellos y pidamos perdón.
Ahora que ya no quedan Velázquez que inmortalicen en cuadros para la eternidad victorias como la de Breda, el Ejército hace bien en recordar aquellos días en que España «marcaba tendencia», no solo en los campos de batalla, sino también en el arte, la literatura, la moda, la religión, los mares y océanos.
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