Contramiradas
Juan Carlos Villanueva, actor de Córdoba: «Ahora me pongo en carne viva delante de la cámara»
Entrevista
El intérprete, que reivindica la vida de provincias, pisa fuerte en la industria del celuloide tras 45 años de carrera
Macarena Gómez recibe el galardón de «Embajadora Cinematográfica de Córdoba»
![Juan Carlos Villanueva posa en el Gran Teatro](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/10/02/patio-butacas-cordoba-RqWXptCF65JrRtvXOGFLcTP-1240x768@abc.jpg)
Este actorazo que lleva una década prodigiosa en el cine vive en su barrio de Fátima de toda la vida. Después de 45 años batiéndose el cobre en los escenarios, resurge como el Ave Fénix rodando con los directores del momento: Manuel Martín Cuenca, Enrique Urbizu, Alberto Rodríguez. Y ahora acaba de estrenar una miniserie del aclamado director Rodrigo Sorogoyen. Ahí es nada.
-Perdone la impertinencia: es usted un viejo actor revelación.
-Eso en este país le pasa al 95% de mis compañeros. En el pase de 'La hija' en Madrid, Mariano Barroso se acercó a Manolo [Martín Cuenca] y le dijo señalándome: «¿De dónde has sacado a este hombre?».
-¿Y de dónde lo ha sacado?
-Yo he estado siempre trabajando pero no vivo en Madrid, ni tampoco voy a fiestas ni saraos. Y me riñen porque no estoy muchas veces donde debo estar.
-O quizás sí.
-Yo qué sé. A lo mejor sí. Sigo siendo muy feliz. Me conocen mis vecinos y no voy por la calle diciendo a ver si me miran.
-Le ha llegado el éxito maduro y lo maneja mejor.
-No es éxito. Es trabajo.
Y tanto. Juan Carlos Villanueva (Córdoba, 1959) se crió en una casa de vecinos del popular barrio de las Costanillas. Su padre fue piconero antes de hacerse cargo del bar Pancho, en la cordobesa calle Montero, y la Chiquita, ya en el barrio de Sagunto, después. Se subió a un escenario con 17 años y desde entonces no se ha bajado. Primero en el grupo Trápala y la Buhardilla, su verdadera escuela de interpretación, y más tarde en escenarios de media España y un puñado de series de televisión. Son las 10 de la mañana y para someterse a la sesión gráfica entra en el Gran Teatro como si fuera su casa.
-¿La de Juan Carlos Villanueva es la historia de un hijo de piconero que soñaba con triunfar en Hollywood?
-Ese sueño lo tuve después. Pero este mundo es algo que sientes dentro.
-'La peste', 'El Ministerio del Tiempo', 'Hospital Central', 'Águila Roja', 'Cuéntame', 'El internado'. ¿Cuántos conejos tenía guardados en la chistera?
-Muchos de ellos eran personajes episódicos. Pero mire: a mí no me hacen tilín las redes sociales ni exponerme públicamente. Confieso que puede ser un defecto. Llevo ocho meses sin poner un post en Instagram. Yo no puedo levantarme todas las mañanas pensando qué foto voy a subir ni qué voy a poner que resulte inteligente.
-Parece que se lo reprocha usted mismo.
-No. Me lo reprochan. Tengo muy claro para qué quiero las redes sociales. Verá muy pocas fotos personales mías allí.
El descubrimiento
-¿Qué han descubierto en Juan Carlos Villanueva los productores de televisión?
-Eso es una cosa que tiene su proceso. Uno tiene un currículo y un «vídeobook». Y todavía tengo que hacer pruebas. A los directores no les vale la solidez que pueda tener o no mi carrera.
-Le irrita someterse a examen.
-A veces sí. Pero ya me he concienciado de que nos tenemos que estar examinando constantemente. Yo normalmente suelo hacer personas de orden. Ahora, por ejemplo, con Rodrigo Sorogoyen.
-Está usted rodando con todos los grandes.
-Eso es lo que me gusta. Llegué muy tarde al cine. O en su momento. Nunca se sabe. Empecé con Urbizu. Cuatro o cinco Goyas. Luego vinieron «La isla mínima», «El autor» y «La hija». Y también muchas más.
![Juan Carlos Villanueva durante la entrevista con ABC](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/10/02/juan-carlos-espejo-U31360874745VxE-624x350@abc.jpg)
-¿Y qué ha descubierto usted en esta década prodigiosa?
-Que como me han dicho que no tantas veces, te planteas: «¿Serviré para esto realmente?».
-¿Le han dicho no muchas veces?
-Muchísimas. Muchas más de las que he trabajado. Por muy seguro que esté de sí mismo, hay un momento en que te lo planteas. Y quiero avisar a los jóvenes de que, si realmente creen que tienen talento, no se lo planteen nunca.
-Usted ha tenido fe.
-Siempre. También me han ayudado a tenerla. Gente que me aprecia de verdad y que me ha dicho «esto no está bien» cuando han tenido que decírmelo. Afortunadamente, no he tenido malas críticas.
«Afortunadamente, no he tenido malas críticas»
Juan Carlos Villanueva
Actor
-¿Qué le debe a Martín Cuenca?
-Haberme movido de mi zona de seguridad y estar delante de la cámara en carne viva. Y ser más yo que nunca. Se lo agradezco mientras viva.
-¿Y cuál era su zona de seguridad?
-Tú te sientes cómodo haciendo según qué cosas porque no hay enfrente una persona que vea que puedes crecer más. Una persona como Martín Cuenca, que te haga plantearte todas las cosas y te dé un montón de oportunidades. Que te quite todas las cáscaras y las armaduras que uno se pone inconscientemente en la vida. Yo siento que puedo crecer más.
-¿Y a Alberto Rodríguez?
-Mi carrera es un antes y un después de 'La isla mínima'.
-Usted ha dicho: «He llegado tarde al cine». ¿Por voluntad o por accidente?
-Por accidente. A mí se me ha llamado para hacer cosas de cine a escala menor. Quizás porque he empezado desde abajo. Yo sé que ya se me reconoce. Antes no.
![Juan Carlos Villanueva durante la enteveista](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/10/01/entrevsita-segunda-cordoba-U56717784812TGl-624x350@abc.jpg)
-¿Le ha salvado el doblaje?
-Muchas veces. Y la ópera. He estado mucho tiempo haciendo ayudantías de dirección.
-Y se siente actor de teatro.
-Esa es mi raíz.
-¿Qué es el cine español?
-Para mí, uno de los mejores del mundo. Y se lo digo con datos. Está considerado a nivel mundial como la tercera o cuarta potencia. Lo que pasa es que en este país hemos tenido una coletilla: «El cine español no me gusta. Es un cine subvencionado y no hablan nada más que de la guerra». Mentira cochina. EE.UU., Francia o Italia tienen más películas sobre sus guerras. Y los concesionarios de coches tienen más subvenciones que el cine español. Afortunadamente es un tic que está empezando a cambiar.
-¿Existe el cine andaluz?
-Afortunadamente. Hay gente como Alberto Rodríguez, Paco Baños, Juanmi del Castillo, Gerardo Olivares. Y se hacen cosas maravillosas. Te vas a cualquier sitio de España y hay operadores andaluces, técnicos andaluces, vestuaristas andaluces.
-Marisol Membrillo declaró en una entrevista a ABC: «El éxito es tener dos guiones encima de la mesa». ¿Usted es un actor de éxito?
-Yo soy un actor que trabaja. Desafortunadamente, todavía no tengo dos guiones encima de la mesa para poder elegir.
-¿Su cara y su voz lo aprisionan?
-A todos nos condiciona el físico. Está claro. El cine es imagen. La mayoría de los directores no quieren ir más allá y les vale con lo que ofrece tu físico. No se arriesgan.
-¿Por qué papel daría su mano derecha?
-Por edad, me apetecería mucho hacer personajes con chicha. Con algo que contar.
-¿Por ejemplo?
-Cuando era joven, interpreté 'El rey se muere', de Ionesco. Era el ser humano enfrentado a la muerte. Ese personaje, con la edad que tengo ahora, no me importaría volver a retomarlo con más cuerpo. Por edad y por sapiencia. Y me encanta 'Macbeth', 'El rey Lear' y el Siglo de Oro español.
La vida de provincias
Juan Carlos Villanueva reivindica la apacible vida de provincias. Y reivindica el barrio. Toda su larga y fecunda carrera profesional la ha construido aferrado a Córdoba. Incluso en estos últimos años en que su nombre ha figurado en las credenciales de algunos de los filmes más aclamados. Es consciente de su momento. «Han sido diez años buenos, sí. Pero también porque no he dejado nada. No me lo puedo permitir. Ya sabe cómo es esta profesión. Luego vienen las vacas flacas y lo que has ahorrado te lo comes», dice delante de un café cortado en el Bulevar. «Ni mi mujer ni yo tenemos deseos de posesión. Vivimos bien. No necesitamos más».
-¿Usted no conoce el miedo escénico?
-El miedo escénico llevado a la patología no. Pero, si algún día pierdo esas mariposas en el estómago antes de empezar a actuar, me retiro.
-¿Qué aprendió en el grupo de teatro Trápala?
-A estar. A ser. A querer. A amar esta profesión con todo lo que conlleva: cargas, descargas, montajes, actuaciones en sitios asquerosos, actuaciones maravillosas, divertidas. Trápala ha sido la base.
-¿Vivir en Córdoba es una declaración de principios?
-Al principio pensé que no me había ido a Madrid por falta de valentía. Quería hacer compatible una vida normal y tener familia con mi carrera. Y, si me iba a Madrid, eso iba a cambiar mucho. Es verdad que he vivido la época en que éramos andaluces y éramos apestados que solo nos buscaban para hacer el señorito, el criado y el gracioso.
-Y eso se ha roto.
-Eso se ha roto. Yo estoy haciendo ahora 'Un hombre de paso' [junto a Antonio de la Torre y María Morales] con mi acento. No lo estoy haciendo en castellano.
-Usted reivindica el andaluz.
-Lo he reivindicado siempre. Y me machacaba mucho que me obligaran a hacerlo en castellano. Cuando empecé, o hablabas un castellano neutro o no te comías un colín. Los andaluces hemos currado mucho ese tema. Es muy triste que llegue un momento en que tengas que cambiar el chip para hablar en tu propio acento. Y yo intento expresarme como siento, que es la mayor verdad que tiene uno.
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