DESDE MI RINCÓN
Aún hay tiempo
En la actualidad española parece que no está bien vista la crítica
Ni tolerarlas ni olvidarlas
![Sesión de control en el Congreso](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/21/sesion-control-gobierno-RiI2f1PEtiIc6axYdRmi0VP-1200x840@diario_abc.jpg)
El historiador húngaro Víctor Sebestyen en su libro 'Lenin. Una biografía', nos cuenta que el revolucionario bolchevique decía que al electorado hay que darle «soluciones sencillas para problemas complejos». Mintiéndole lo que haga falta y señalando siempre a un chivo expiatorio para ... endosarle todas las miserias. Porque lo único que importa en política, decía, es ganar. Lenin lo resumía diciendo que en política solo hay una verdad: «Lo que beneficia a mi oponente me perjudica a mí, y viceversa». Para el comunista la verdad no es la adecuación con la realidad, sino aquello que interesa al partido. ¿No les suena esto a mis lectores? Esto me lleva a lo que quiero comentar.
En la actualidad española parece que no está bien vista la crítica. Ni siquiera la crítica constructiva, que no es otra cosa que la participación ciudadana en libertad. Los unos, los que gobiernan, tildan a los críticos poco menos que de delincuentes y enemigos de la democracia, llamándolos fachas o tachándolos de extremosos. Los otros, los que ejercen la oposición, descalifican a quienes critican sus omisiones o su inservible buenismo político, como desleales que hacen el caldo gordo a los contrarios, perjudicando a los que aparentemente pretenden ayudar. Esa manera de actuar de los partidos políticos ha arrastrado al ciudadano, para no molestar, a limitar su participación en la cosa pública sólo como elector y cuando toque. Parece que se ha aceptado permanecer en silencio el resto del tiempo como ovejas del rebaño y dispuestas a ser ordeñadas como el pastor considere necesario. Aunque hay rebaños minoritarios que tienen carneros que amenazan con embestir a quien se ponga por delante. Esos siempre consiguen pacer en los mejores pastizales. ¿Lo vamos a permitir? ¿Vamos a seguir callados?
Recordando las palabras de Santa Catalina de Siena, siempre en democracia y de forma pacífica, permítanme decir: ¡Basta de silencios! ¡Gritemos con cien mil lenguas porque por callar, la democracia y España se están pudriendo!
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