Gracias, Jaime

Un Plan Estratégico sólo es una herramienta que sirve para definir hacia donde queremos ir y qué acciones tomar para alcanzar un objetivo. Ante una determinada situación económica, el Club Hípico elaboró un sencillo Plan Estratégico. Para conseguir el objetivo deseado era imprescindible que la masa social confiara razonadamente en un líder, al tiempo que participara en el proyecto. Como en toda empresa o entidad, la confianza es lo que moviliza y une al cuerpo social para caminar en una misma dirección. Y nada fue más acertado que la elección de Jaime Lobo para garantizar el éxito.

Persona ordenada; seria, pero no triste; profundamente honrada; austera en el cargo; dialogante y trabajadora como el que más, presidió una Junta Directiva a la que tuve la suerte de pertenecer. La eficacia en la gestión y la unión de todos los socios llevó al Club a uno de los mejores momentos de su historia. Quienes queremos a Córdoba sabemos que de nada sirve invertir en prestigiosos profesionales que elaboren voluminosos y detallados planes estratégicos, si previamente no disponemos de un líder que genere confianza e ilusión en todos sin dejar a nadie fuera. Es la única manera de alcanzar las metas deseadas.

Jaime es, aparte de buen hijo, esposo, padre y abuelo, es un buen militar, buen amigo y muy buena persona. Nos ha enseñado que las cosas son fáciles de conseguir si hay un líder que por su ejemplo de vida genere confianza e ilusión, que una y no disgregue, e implique a todos en alcanzar el mejor futuro para Córdoba. ¡Gracias, Jaime!