PASAR EL RATO
Echa vino, cordobés
Estaba contenido en una urna funeraria de vidrio
Investigadores de la Universidad de Córdoba descubren en Sevilla el vino más antiguo del mundo: blanco y con 2.000 años de reposo
![Urna con el vino más antiguo del mundo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/25/vino-cordoba-montilla-ROE4p2C1HqBo6msgcpiV4NK-1200x840@diario_abc.jpg)
Ignora uno tantas cosas, para su provecho, que no sabía que los antiguos romanos sumergían a sus muertos en vino para darles alegre sepultura. Esa costumbre ha permitido descubrir el vino más antiguo del mundo, dos mil años en el escalafón. Lo cuenta en este ... periódico Davinia Delgado, una excelente periodista que nos mantiene al día de lo fundamental. El vino estaba contenido en una urna funeraria de vidrio, escrupulosamente sellada, junto con los restos de un romano de Carmona. Porque es en ese encantador pueblo de Sevilla donde se ha producido el hallazgo. «Diligencia de Carmona, / la que por la vega pasas / caminito de Sevilla / con siete mulas castañas». El gran Fernando Villalón añadiría hoy a su romance: «Y buen vino cordobés / en la urna funeraria». Porque lo fundamental del descubrimiento es que se trata de vino de Córdoba. Consultados los polifenoles y oído el parecer de las sales minerales, la conclusión fue inequívoca: Los afortunados huesos de Carmona esperaban la resurrección de la carne bañados en vino de Montilla-Moriles. De la gloria a la Gloria. La revelación se debe a investigadores de la Universidad de Córdoba, que está que se sale, entre descubrimientos y publicaciones. Además, sus estudiantes estudian y aprenden. ¿Qué más se puede pedir a una Universidad? Peor está la Complutense, a la que ha tenido que prestar una catedrática el presidente del Gobierno. Tengo para mí que esa gustosa querencia de nuestros antepasados pudo producir desconcierto en la eternidad, al presentarse el romano de Carmona con un olor excesivamente humano. No es difícil imaginar a san Pedro reprochándoselo:
—¿De dónde vienes, Cayo Salustio? Ni son horas, ni son maneras. Anda, pasa, y ve a bañarte dos veces en el distinto río celestial.
Al quedarse solo, el subdirector del Paraíso cerraría los ojos, recordando con una sonrisa los queridos buenos tiempos de las tabernas de pescadores. La Cata del vino Montilla-Moriles, que no pasa en Córdoba por su mejor momento, podría aprovechar publicitariamente el descubrimiento de los investigadores de su Universidad. No se trata de hacer de menos a ningún otro líquido, pero la historia acaba de demostrar que el fino de esta tierra es el único que reconforta por igual a vivos y a muertos. Y si a estos últimos no los resucita, les alegra el tránsito. También prueba que un buen vino dura más que un buen hígado, de manera que el peligro de la bebida está en el bebedor.
No parece exagerado concluir que, si no ahora mismo, hubo un tiempo en que el Paraíso olía a Montilla-Moriles. Montilla-Moriles, el olor del cielo. Beberlo es una experiencia religiosa. Un medio de buen Montilla / acompaña a la otra orilla. Andaluz, Montilla-Moriles sabe lo que conviene a tu alma pecadora, la absuelve por inmersión. Y cosas así, que coloquen por las nubes la cata del vino cordobés. Si lográsemos averiguar dónde está ahora mismo el oloroso romano de Carmona, de qué galas viste su alma y cuál es su prestigio en el más allá, la investigación quedaría completa. Echa vino, cordobés, que me entierran en Carmona.
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