Pasar el rato
El bien como noticia
La vida de los voluntarios de los Bancos de Alimentos tiene más sentido que la de los famosos que no hacen nada por nadie
Los cordobeses ya llenan de solidaridad la Gran Recogida de Alimentos
Los periódicos no traen nada nuevo, salvo el estilo. Todas las noticias son las mismas noticias de un día para otro, porque el hombre es un ser monótono. Su previsible comportamiento no ha cambiado desde el Paleolítico, limitándose a sustituir el hacha de sílex por los misiles. Si alguien publicara como una exclusiva que el gran Sánchez le ha quitado la merienda a un niño, no sería una exclusiva. Porque hacer eso está en la naturaleza moral del autor, un hombre puro en el mal.
La exclusiva estaría en el modo de narrar el acontecimiento, en los matices, en la sintaxis, en las metáforas. Leemos a los que nos importan por el modo en que nos cuentan lo que no nos importa. Por si nos proporcionan pensamiento, sentimiento, amenidad. Sobre todo, amenidad. Este mismo artículo es el mismo artículo de todas las semanas, sin ninguna novedad en su contenido.
Aunque la pretensión de uno es que parezca distinto al anterior. No es fácil. Pero como casi nadie lee, el riesgo que se corre plagiándose a uno mismo es muy pequeño. Por eso, el lector de siempre, si lo hubiere, puede hacer lo de siempre, no leerlo, y pasar directamente a los triunfos del Córdoba CF, que ahí sí hay últimamente una veta de originalidad. Ya llegará el día en que le meta siete a cero al Real Madrid. Y en que deje la presidencia el gran Sánchez. El día glorioso de la resurrección de la carne. Todavía no ha empezado el artículo y ya está terminando. Y sin haber dicho nada de provecho. En eso consiste el oficio.
Mientras los diputados predican con discursos vulgares y mentirosos, los voluntarios del Banco de Alimentos de Córdoba dan trigo, con todo el corazón en el empeño. Ahí está la diferencia entre ser prójimo y ser político. El oficio de prójimo es gratuito, incluso puede resultar costoso. Ser prójimo se paga o se niega. Como la inteligencia y la libertad. Pero no hay política gratuita, desinteresada.
El precio de la política, que es alto, lo pagan los propios perjudicados por la política. Además de hurgamandera, tiene una que poner también la cama y los impuestos. Pues haber estudiado. Pero si su señoría no tiene estudios. Pero tengo sentido de la oportunidad, que es una forma de conocimiento. A mí me parece que la diferencia entre usted y yo, señoría, es que usted cobra mucho más por hacer lo mismo.
El Banco de Alimentos Medina Azahara vive para ayudar a quienes más lo necesitan. Hasta el seis de diciembre se realiza en 125 supermercados cordobeses la Gran Recogida, que permitirá acumular comida para repartir luego entre 30.000 personas con hambre atrasada. Se trata de evitar que muchos niños cordobeses crezcan teniendo más familiaridad con el ruido de las tripas que con el ruido de la calle. Hacer el bien resulta tan original que, de vez en cuando, sale en los periódicos como noticia.
La vida de los voluntarios del Banco de Alimentos Medina Azahara tiene más sentido que la de tantos inútiles famosos que no hacen nada por los demás. Aquí no dejaremos más rastro que el bien que hayamos hecho. Esa noticia.
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