PASAR EL RATO
Alabanza del delito
Una educación ética deja al hombre indefenso, a merced de los más fuertes y de los más inicuos
Tres encapuchados asaltan y amenazan a los moradores de un chalé en El Brillante en Córdoba
![El Brillante a oscuras](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/09/17/robos-brillante-cordoba-RZmARLBffcLZXUCSYpVh3pI-1200x840@diario_abc.jpg)
Llevar una vida virtuosa es una pérdida de tiempo y de oportunidades. Una educación ética deja al hombre indefenso, a merced de los más fuertes y de los más inicuos. Después de enterarme del penúltimo robo con fuerza en una casa del Brillante, en ... Córdoba, y de la penúltima aberración de Sánchez, en Madrid, me arrepiento de tener una conciencia moral, que en la sociedad sanchista sólo sirve para amenizar el martirio con himnos litúrgicos.
El dinero y la propiedad —ajenos, preferentemente—, el triunfo social, el poder político y la gloria analfabeta del pesebre intelectual no se merecen, se conquistan a puñetazos. Y siempre a costa de los más prudentes o de los más honrados, que viene a ser la misma cualidad innecesaria. Sólo el delito es grande, todo lo demás es debilidad. Sólo el pecado sacia, la virtud conduce a la anorexia. No hay día sin asalto a mano armada o sin armar en los chalés del Brillante. Los vecinos denuncian y protestan, ¿qué otra cosa pueden hacer los vecinos sin que caiga sobre ellos todo el peso de la ley, tan liviana para sus asaltantes? Denuncian y protestan en la inseguridad de que eso no sirve para nada. Y eso no sirve para nada. Es lo mismo que hace Núñez Feijóo con Sánchez Pérez, y lo llama oposición política. Pero Núñez Feijóo, ese gallego proteico, trata de parecerse sin disimulo al PSOE, mientras los vecinos del Brillante cordobés están en las antípodas morales de los ladrones que vienen del frío. La verdadera igualdad entre los hombres y las tierras de España —incluyendo a los inocentes del Este que vienen a Córdoba en sus Lamborghinis para expoliarnos— llegará el día en que todos seamos delincuentes. A la igualdad por la maldad. Entre ladrones se facilitan la fuga; entre terroristas no se mojan la dinamita; entre sediciosos no se pisan la estelada, a no ser que se trate de Junts y ERC. Cuando todos seamos malos, Sánchez perderá prestigio. Uno más. Y ni siquiera el más inteligente.
Un poder legislativo, un poder ejecutivo y un poder judicial demasiado condescendientes con las flaquezas humanas, eso que en Derecho se conoce como delitos, lleva a reservar el rigor para los perjudicados. Alguien tiene que pagar, y es más fácil y más cómodo condenar al dueño de la casa ocupada que al okupa, al saqueado que al saqueador, al juez Peinado que a Pedro Sánchez. En una sociedad de miserables como la que uno propugna, porque uno ha cambiado de perspectiva moral, el malo atacado tendrá derecho a defenderse del malo atacante dándole en la barriga con un bate de beisbol.
Que resulta más proporcionado y es más compasivo que la propuesta progresista de Azaña en Casas Viejas: tiros a la barriga. Y el juez que declare la inocencia del bateador, la apoyará en que el bateado sufrió un ataque repentino de gastritis por sus excesos con el alcohol. Justo es el que encuentra argumentos para justificar la injusticia. Podría haberlo dicho Conde-Pumpido, pero lo digo yo, que no pasaré a la historia nacional de la infamia. Y cada malvado en su casa, pudiendo defender lo suyo «a dentelladas secas y calientes». También en el mal hay poesía.
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