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Ignacio Osuna, el infatigable médico rural que va camino de la santidad en Córdoba

Una comisión promueve la causa por la beatificación y canonización de este laico ecijano que ejerció en Fuente Obejuna y Baena, y murió en 2006

El médico que puede ser santo

Participantes en la reunión con Miguel Varona, a la derecha, en el Obispado de Córdoba Diócesis de Córdoba

Quienes lo trataron aseguran que su amor por los demás no tuvo límites en el ejercicio de su profesión como médico rural. Por eso no dudan en pedir que sea reconocido como un santo.

El Obispado de Córdoba acogió recientemente una importante reunión en la que la comisión por la beatificación del laico Ignacio Osuna Gómez abordó sus obras con el Secretariado de las Causas de los Santos, que dirige el sacerdote Manuel Varona.

Como actor de la causa, figura Fernando Osuna, hermano del médico, y José Manuel López. Ignacio Osuna Crespo, hijo del médico, actúa como ecónomo de la causa de beatificación y canonización, con Rafael Benjumea Gómez como secretario.

La madre de Ignacio Osuna, Estela Gómez, estuvo también presente en esta primera visita, al igual que Fernando Flores Pistón, sacerdote que lo trató. Hay muchos testigos que han declarado por escrito la categoría humana y espiritual de este ecijano afincado en Córdoba que murió con menos de 50 años de edad.

El médico Ignacio Osuna Gómez, que dejó huella por su infatigable servicio médico y cristiano ABC

Además, se están recogiendo más pruebas que formen parte de los trámites para conseguir este objetivo. Junto a su bondad en vida, que quedó patente en Fuente Obejuna y Baena, uno de los argumentos que sostienen sus allegados es que «en estos tiempos donde la inmensa mayoría de las canonizaciones recaen en religiosos, sería necesario que un laico comprometido con la Iglesia y con los más pobres debería subir a los altares para servir como ejemplo».

Por ello entregaron testimonios que avalan su fama de santidad y signos, que serán estudiados como pide la Iglesia en los pasos previos a la apertura de una casusa de santidad, según la normativa vigente.

Ignacio Osuna Gómez fue el cuarto de diez hermanos, nació en Écija, en 1957. Estudió en los jesuitas de Portaceli, en Sevilla. Cuando estaba estudiando Medicina, recibió la llamada de Dios.

Entró en el Seminario de Toledo, pero allí descubrió que su vocación no era ésa, sino la Medicina. Entre las vivencias que emocionan y sobrecogen por su calidad humana y su generosidad figuran que los ancianos del hospital lo adoraban. Sabía aliviarlos con palabras de consuelo. Como padre y esposo también fue ejemplar.

A su entierro en Baena, multitudinario, no faltaron los «suyos: los inmigrantes, los ancianos, los pobres». Apadrinó a muchos niños con problemas, su poco tiempo libre lo empleaba en estar con las personas mayores, los drogadictos, monjas que estaban enfermas y a hacer el bien. Formó una pandilla de jóvenes con discapacidad para que pudieran salir juntos y divertirse para hacerles más llevaderas sus dificultades.

Un instante de la reunión DIÓCESIS DE cÓRDOBA

Una grave y veloz enfermedad, que llevó con resignación y ejemplo de amor a Dios, truncó su vida con 49 años de edad. El centro de salud de Baena lleva su nombre, una decisión que el personal sanitario y las autoridades tomaron por unanimidad para honrar su labor. Y en Écija, su ciudad natal, tiene una calle con su nombre.

Relata su hermano Fernando Osuna que «cuando trataba en consulta médica a inmigrantes no se ponía guantes para la exploración, así sentían cercanía y cariño y no se veían inferiores ni menospreciados». Su bondad y sonrisa irradiaban confianza y tranquilidad.

En verano organizaba campamentos durante una semana para llevar a la playa a niños sin recursos, y él nunca cogía vacaciones.

Desde su infancia ya se dejaba entrever su inclinación por ayudar a los demás y su deseo de sanar almas y cuerpos. Escribió dos libros sobre espiritualidad que han tenido mucha aceptación y en uno de ellos viaja constantemente desde la Medicina a la fe, desde los tormentos físicos que sufrió Jesús de Nazaret en su Pasión y muerte, hasta la Resurrección. Murió en el año 2006 y diez años después de esa fecha comenzó el proceso para lograr que suba a los altares.

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