Religión
La Iglesia de Córdoba vuelve a mirar a Osio 1.700 años después de Nicea con la santidad en el horizonte
Un congreso y una exposición hablarán del legado del primer obispo conocido de la diócesis
El obispo de Córdoba: «Sería bueno extender el culto a Osio a la Iglesia universal»
Estatua del obispo Osio en la plaza de Capuchinas
Los Santos Mártires, San Juan de Ávila y ahora Osio. En la historia del cristianismo el papel de Córdoba nunca fue secundario. Hoy San Juan de Ávila forma parte de la no muy amplia lista de doctores de la Iglesia y los Santos Mártires ... vuelven a estar en un lugar preeminente y en eso tiene que ver la insistencia del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en ensalzar las glorias del catolicismo en Córdoba y las figuras fundamentales.
El que está a punto de comenzar, 2025, tiene que ser el año de Osio de Córdoba, una figura de tanta trascendencia que a él se atribuye la conversión del emperador Constantino y el que promulgase el Edicto de Milán, que en el año 313 terminó con la persecución del cristianismo y potenció su difusión por todo el Mediterráneo.
Llega con motivo de los 1.700 años de la celebración del Concilio de Nicea, en el que Osio, primer obispo de Córdoba del que hay constancia escrita, tuvo un papel muy destacado al definir la doctrina sobre la naturaleza de Cristo y su papel en el Credo largo. La frase «engendrado, no creado», que se oponía a las tesis de Arrio, se debe a este gran acontecimiento. Esa formulación de la fe, que todos los católicos han repetido desde entonces, es crucial en la historia.
Por eso Osio será el gran protagonista de este año y lo será sobre todo entre abril y junio. El día 5, en plena Cuaresma, se inaugurará en la Mezquita-Catedral la gran exposición sobre Osio, el Concilio de Nicea y lo que ha quedado de aquellos años, y que ha trascendido tanto a la teología y a la doctrina del cristianismo como a la propia filosofía. Todo se hace bajo el nombre de 'Símbolo. Luz de Nicea'.
De la exposición se sabe que tendrá carácter ecuménico y mucho diálogo con el cristianismo ortodoxo. En aquel momento el cisma con la Iglesia oriental todavía no se había producido y son precisamente los creyentes de aquella rama quienes más han conservado la veneración a Osio de Córdoba.
De allí quedará una huella visible: un icono reverencial que tendrá precisamente un espíritu ecuménico y que podrán venerar tanto los cristianos como los ortodoxos. Es más, durante los días en que se celebren los grandes actos en torno a Osio se celebrarán vigilias de oración y rezos conjuntos.
Los actos se han confiado a Patricio de Navascués, catedrático de Patrología en la Facultad de San Dámaso y por lo tanto experto en esta época histórica en la que el cristianismo había empezado a extenderse por muchos lugares del Mediterráneo, entonces todavía dominado por el Imperio Romano. «El legado de Nicea todavía se está asumiendo y recibiendo», dijo entonces el organizador.
La exposición durará hasta el 5 de julio del ya inminente año 2025 y antes se habrá celebrado el congreso internacional que tendrá a grandes voces. Por ejemplo, Franco Ferrari, que tiene que hacer un ejercicio de viaje en el tiempo para mostrar cómo era la mentalidad en el siglo IV, en la época de Osio.
Un icono reverencial de carácter ecuménico quedará como legado de la celebración
Franco Ferrari es especialista en la filosofía de ese momento de la historia en que las viejas religiones mitológicas para que el cristianismo fuese mayoritario, y hará el papel de un pagano que en la época de Osio hace preguntas a los cristianos sobre su fe y sobre Jesús.
Osio, obispo de Córdoba hasta su muerte en el año 357, en fue consejero del emperador Constantino y los ponentes hablarán también de cómo el sacerdote había conseguido tanta ascendencia sobre el emperador.
En el horizonte de este año está también el momento en que se le pueda volver a venerar como santo. Lo había sido para toda la Iglesia en los siglos posteriores a su muerto, pero se le 'bajó' de los altares por algunos textos en que se le atribuía estar próximo a Arrio. A él, que tanto lo había combatido.
Demetrio Fernández ha batallado para conseguirlo en los últimos años y asegura que tiene la autorización verbal del Papa Francisco. En la Iglesia, eso sí, hace falta que quede por escrito, y eso lo tiene que hacer el Dicasterio para las Causas de los Santos, del que él forma parte.
Supondría cerrar, un siglo después, la recuperación de su figura que se impulsó en la época del obispo Adolfo Pérez Muñoz, en la década de 1920, cuando lo plantearon al Papa Pío XII y éste les animó a que siguieran trabajando por rescatarlo. De aquella época es el monumento de la plaza de Capuchinas. De ésta puede ser la imagen con que se le venere dentro, como San Osio de Córdoba, igual que hacen los ortodoxos cada 27 de agosto.