el campo
Montilla-Moriles busca los pagos históricos para mejorar sus vinos
El Campus de Excelencia Agroliamentaria zonifica en un mapa los suelos más óptimos para ganar calidad en la uva y elevar la rentabilidad y atractivo
La Cata del Vino de Moriles mezcla el formato tradicional con el enoturismo
![Dos agricultores durante la recolección de vid en la comarca de Montilla-Moriles](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/02/11/vides-montilla-moriles-RXBJTqubTlPKa59hWuqWiuJ-1200x840@abc.jpg)
Son ya varios años de profunda crisis que atraviesa la zona vitivinícola enmarcada dentro de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles que se ha traducido en un continuo arranque de vides y en la reducción de los agricultores dedicados a la siembra y la recogida de la uva. Los motivos son varios, pero dos de los más destacadas es la pérdida de rentabilidad frente a otros productos alimenticios y la falta de relevo generacional de las explotaciones para dar continuidad al sector del vino en el Sur de la provincia de Córdoba.
Los datos son claros. Según las estadísticas oficiales del Consejo Regulador, la zona de protección finalizó 2022 (últimas cifras disponibles) con una superficie de 4.566 hectáreas, 132 menos que 12 meses antes. Esta cuantía contrasta con el área sembrada en los años 70 y 80 del pasado siglo cuando se alcanzaron las 20.000 hectáreas.
En la última década la disminución ha estado cerca del 13 por ciento. La última vendimia que tuvo lugar entre julio y septiembre del año anterior, tampoco fue positiva en términos de producción con una cosecha que cayó un 10 por ciento respecto a la temporada previa, con un total de 26 millones de kilos de uva. De este modo, el marco encadena cinco ejercicios consecutivos de caída de sus producciones.
El grupo operativo Pagos, impulsado por el Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación (CeiA3), que lidera la Universidad de Córdoba (UCO), junto con la de Jaén, Almería, Cádiz y Huelva, lleva desarrollando desde el año pasado una herramienta centrada en la zonificación de las DOP de Montilla-Moriles, Málaga y Sierras de Málaga y el Condado de Huelva. Esto supone realizar una especie de mapa para conocer las características específicas de cada suelo de la zona para resaltar la calidad de las producciones que allí se generan.
En las últimas semanas los investigadores han mantenido reuniones con más de medio centenar de viticultores y responsables de bodegas en localidades como Aguilar de la Frontera, Monturque, Baena o Montilla para dar a conocer las primeras conclusiones de este estudio. Próximamente esperan mantener encuentros similares en Moriles, Lucena, Castro del Río, Cabra, Santaella, La Rambla, Montemayor y Puente Genil.
Uno de los integrantes de este grupo de investigación, Pablo Bresó, informó a ABC de que «con esta iniciativa queremos recuperar, ordenar y caracterizar los pagos históricos y zonas de especial interés de Montilla-Moriles, de manera que, con datos objetivos, se permita realizar un tratamiento diferencial de la uva procedente de sus viñedos a fin de poner en valor las producciones».
Este técnico aseguró que se trata de una forma muy válida para luchar contra la constante desaparición de plantaciones de viña en este entorno vitivinícola. Para ello cuentan hasta finales de este año con un presupuesto de algo más de 288.000 euros, financiados por la Junta de Andalucía a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader).
Bresó adelantó que el objetivo final es la creación de una página web donde los componentes del sector puedan acceder a toda esta base de datos «de una manera dinámica con el objetivo de puedan adoptar las mejores decisiones en cada momento».
«De este modo, conseguirán mejoras en sus estrategias de producción dirigidas a la mejora de la calidad de la uva y del vino», sentenció el representante del grupo operativo Pagos.
Uno de los han acudido a una de estas charlas es el presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja en Córdoba, Juan Manuel Centella. Según afirmó, la zonificación que se plantea beneficia a la mayoría del espacio protegido por la DOP, en cuanto que pueda permitir su mantenimiento debido a su elevada calidad, pero en otra parte «puede conllevar el arranque en aquellos sitios que no ocurra eso».
«Considero que es una herramienta positiva porque es un reconocimiento de la calidad del suelo y las características microclimáticas de muchas de las zonas», detalló.
Alternativas: olivar o almendro
Centella recordó que la principal causa de la merma de superficie de viña ha sido la pérdida de rentabilidad frente a otros cultivos con mejores perspectivas económicas, como han sido el olivar o el almendro, «aunque la falta de relevo generacional y de mano de obra cualificada también han tenido mucha influencia». ¿Cómo podría cambiar esta tendencia? «En mi opinión, todo debe pasar por ofrecer unos precios más tentadores a los viticultores por sus uvas y que exista el compromiso de que estos valores se van a mantener en el futuro», según aseguró el representante de la patronal agraria, aunque reconoció que «será muy difícil que se puedan recuperar viñedos que se han arrancado debido a que han perdido sus derechos».
Centella lamentó que en el último año ha continuado la desaparición de explotaciones. «Nos encontramos en una situación muy complicada y las bodegas deben darse cuenta de que hemos tocado fondo y que va a empezar a falta uva en Montilla-Moriles del mismo modo que ya ha ocurrido en Jerez», concluyó.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete