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Time Lapse

Manuel Román: mandar, templar... y parar

Las prisas, la feroz competencia, la soledad, las expectativas, la lucha interior... Los otros toros

Francisco Poyato

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No debe ser nada fácil querer ser torero hoy frizando los veinte años. Tanto por las aristas y exigencias del mundo del toro. Como por la sociedad presente que hay fuera para un chaval de esa edad. En esa encrucijada, Manuel Román, el novillero ... con cara de niño que había sacado del letargo y la apatía a la afición taurina de Córdoba con sus maneras, dijo ayer por redes sociales que deja el toreo, superado por «las circunstancias» y la «moral». Las prisas por hacer un torero que Córdoba reclamaba a gritos. La dureza de la competencia feroz en un momento de repunte taurino en el escalafón de plata. Las expectativas. Los altos costes y sobrecostes. La soledad. La lucha interior. Justo cuando en su primera temporada de novillero se encontraba entre los mejores y se esperaba un cierre notable de la misma...

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