Pretérito Imperfecto
Bellido vs Bellido
La tentación de su potencial dentro del PP es directamente proporcional a las papeletas de emular a Paco de la Torre, su alcalde fetiche
Aflora en el alcalde Bellido un dominio de la situación como pocas veces antes se había visto en Capitulares. Llevar el Ayuntamiento y la ciudad en la cabeza como el mejor opositor a notaría se calza los 240 temas en liza no es baladí. ... Del mínimo detalle a la máxima envergadura. Sin estridencias y con naturalidad. Eso no es correlativo a que la gestión sea luego de matrícula 'cum laude', es otro cantar; pero traslada una seguridad y una solvencia por las que uno le dejaría las llaves de su casa en las vacaciones de verano. Tiene un control tan absoluto del escenario que sabe, a la perfección, donde están ahora mismo los puntos débiles de su gobierno en mayoría absoluta y dónde las cañerías con fugas que no puede tapar. No lo transmite e intenta apuntalarlo con su núcleo duro en Alcaldía, que achica la falta de compenetración y coordinación (esto no lo admite) que hay en su equipo al que, por supuesto, le falta rodaje (no a todos). El alcalde hizo un máster exprés en habilidades sociales antes de tomar la vara de mando y se maneja como la seda en el quiebro.
La demoscopia precocinada y la electoral real acaban de refrendar su gestión. La primera, con un sondeo del PP como auditoría interna en el que los cordobeses le dan casi un notable y un escaño más extrapolable. La segunda, manteniendo un suelo de votos del 40 por ciento y una distancia con el PSOE de casi 18 puntos. Nada tienen que ver unos comicios y otros, cierto es, pero si chirriaran las cosas, algún indicio hubieran dejado las urnas.
A las dos premisas anteriores -el perfil y la respuesta de la calle- se suma una coyuntura propiciatoria. Desde los datos de empleo hasta el interés empresarial por buscar oportunidades en una Córdoba anclada décadas en el búnker comunista. Del empuje turístico a las expectativas de un proyecto de ciudad como la Base Logística del Ejército de Tierra. De las formas a la marca reputacional. Hay viento a favor, sin duda, y esa corriente ayuda a tapar mejor las posibles fallas y a generar, sobre todo, objetivos más ambiciosos. O, al menos, capaces de rentabilizar el momento tantas veces esperado. Es lo que tiene la abundancia cuando llama a la casa del pobre una buena tarde.
Cuando se presentó por primera vez a la Alcaldía en 2019 señaló con astucia que su modelo era Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, y a la que tanto se mira desde aquí. Lanzaba así el eslogan de permanencia e identidad. Córdoba por delante de todo lo demás: mis aspiraciones, mi partido. Por edad, y si persiste la convicción, podría batir al buen regidor malacitano, un auténtico prodigio. Pero he aquí la gran encrucijada de Bellido, su principal adversario. Hermes consiguió batir a Argos, el gigante de los cincuenta ojos, con su modesta zampoña y una embelesadora melodía que lo engatusó. La tentación de su potencial dentro del PP en los tiempos que corren es directamente proporcional a sus elevadas papeletas de cumplir aquel señuelo de campaña con su alcalde fetiche. La decisión, pues, es personal, disciplinas aparte. Y, seguramente, lo disimulará muy bien.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete