RELIGIÓN
Exvotos, la eterna gratitud por los milagros de la Virgen de la Fuensanta en Córdoba
Muletas, placas de metal con la forma de la parte del cuerpo que sanó y tablillas forman parte de la galería con piezas de entre los siglos XVIII y XXI en el santuario
La Virgen de la Fuensanta, un caudal de gracia para Córdoba
![Vista general de la galería de exvotos, en el antecamarín de la Virgen, con muletas, placas y tablillas](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/15/exvotos-virgen-fuensanta-REscmoaBQK0BXHFHI5lXdUN-1200x840@diario_abc.jpg)
Manos de plata, muletas, collarines y tablillas pintadas son los curiosos objetos expuestos en el antecamarín del santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, en la galería de exvotos.
La dimensión de una devoción es intangible, pero lo que cada persona ... le presenta a la Virgen en agradecimiento sí es palpable, con una historia conocida a veces y otras no, tras cada una de las piezas.
Los exvotos, que provienen de un voto o promesa, acaban de ser limpiados y reubicados, y quedan a la vista todos los que se conservan. Sobrepasan los dos centenares y han sido objeto de un minucioso inventario elaborado por José Antonio Pérez Guillén, historiador y camarista de la Virgen.
Son de tres tipos: unos son de considerable tamaño, como un bastón y muletas. Los segundos son muy pequeños, anónimos, placas de metal plateado o de plata con la forma de la parte del cuerpo que sanó y con la silueta completa del hombre o la mujer.
Por eso hay brazos, pies, piernas, ojos, cabezas de niños y son estándar, de los siglos XIX y XX, de venta en tiendas de artículos religiosos (y todavía hoy en día en Madrid y Zaragoza).
Del siglo XVIII es una expresiva mano de plata de ley. A ellos se une el tercer tipo, que cuelga de pequeños carriles: 49 tablillas pintadas al óleo o témpera por encargo, también llamadas milagros, fechadas entre 1800 y 1897, de muy diverso corte y procedencia, como sintetiza el párroco del santuario, Ignacio Sierra, para ABC.
«No hay una tabla igual», si bien todas siguen el mismo canon: una persona enferma está en la cama y otra u otras sanas (donantes) que suplican la intercesión de la Virgen, también reflejada en la escena casi siempre con manto. Abajo suele llevar una leyenda con el nombre del enfermo y el año.
Algunas son casetones de puertas. Una fechada en 1840 reza así: «María enferma se encomienda a la Virgen de la Fuensanta y sanó». De 1862 es otra tabilla en la que se deja constancia de que «La niña María del Camino se encomendó a la Virgen de la Fuensanta y sanó». O este otro testimonio: «Hallándose Francisca Hollo padeciendo cuatro meses calenturas muy tenaces, se encomendó a María Santísima de la Fuensanta, y consiguió el total alivio en 1864».
![Algunas de las coloridas tablillas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/15/exvotos-virgen-fuensanta1-U21026447420bNX-760x427@diario_abc.jpg)
Antaño la Virgen recibía ofrendas de cera y pertenencias personales, como trenzas de pelo, trajes, medallas, cordones de hábitos, chupetes, que se mostraron en décadas anteriores en el pórtico del templo a la intemperie junto al caimán y no se conservaron por su deterioro. Fueron miles a lo largo de los años.
Un pañuelo de bolillos con la letra F es una de las últimas incorporaciones a estos exvotos, de hace un año, y queda espacio para que se añadan los venideros.
El antecamarín data del año 1698, se le atribuye al arquitecto Francisco Hurtado de Mendoza y se compone de una escalera en forma de ele en mármol rojo de Cabra.
Esta costumbre de mostrarle gratitud a la Virgen por interceder a las súplicas no se ha perdido, ni mucho menos, sólo se ha transformado, según observa el párroco. En el tiempo actual ha derivado en las ofrendas de cera, flores y donativos, así como en la donación de joyas sencillas, como broches, collares o rosarios, que están dispuestos en las vitrinas con los regalos en una zona recién recuperada, el vestidor, contiguo al camarín, al que se llega por la escalera gótica.
Unos patucos rosas en los que pone Marta hablan de una historia de gratitud por una niña de cortísima edad, un broche con la forma del popular caimán, un pollito de coral japonés se encuentran tras el cristal. Muy conmovedoras también resultan las oraciones que los cordobeses le dirigieron a la Virgen en plena pandemia de coronavirus, agrupadas todas en un sobre.
El momento presente deja obsequios más antiguos, broches isabelinos, o más recientes y algunos, institucionales, como una medalla del Ayuntamiento y la medalla de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, y la insignia de oro de la peña cultural Sierra y Sol. Una campanita de plata se le dejó tras una operación que salió favorablemente.
Cartas, joyas y oraciones escritas a la Virgen durante la pandemia de coronavirus pueblan las vitrinas con regalos
La galería de exvotos no se abre cotidianamente, sólo para peregrinaciones oficiales concertadas todos los años, como la de los niños de la Fundación Diocesana de Enseñanza de los Santos Mártires y del colegio Ahlzahir, a los que se les da una catequesis.
La apertura más reciente del camarín de la Fuensanta al público fue el domingo de la Inmaculada Concepción. Durante unas pocas horas reunió a unos 400 devotos, y no volverá a ser así hasta el Domingo de la Divina Misericordia, el siguiente al de Resurrección, por lo que en 2025 cae en 27 de abril. Se trata siempre de un momento muy especial en el que los fieles quedan muy cerca de la Virgen, que además, se gira hacia ellos gracias a un nuevo mecanismo.
En septiembre la Patrona permanece quince o veinte días casi al nivel del pueblo, cuando está sobre el paso procesional para sus días grandes. Estos días de diciembre el santuario respira el tiempo del Adviento y el altar del Humilladero, el popular Pocito, acoge el pesebre de Navidad.
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