Cortijos de la muerte en Córdoba
Una estatuilla de Hypnos y una zona conocida como el triángulo de los suicidios protagonizan el serial de misterios de Andalucía de esta semana
![Recreación de un cortijo abandonado](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/09/08/cortijo-maldito-RJ8z43EzfJYSDiX224dlA3O-1240x768@abc.jpg)
Es un lugar cuyas fronteras la ha puesto la muerte y los sutiles hilos que ella teje. Fruto del azar o, tal vez, la muerte tenga un plan, hay una zona que recibe el nombre de «los cortijos malditos» y que desde luego, una vez se conoce su historia no deja a nadie indiferente. De ello me habló mi buen amigo Paco Bermúdez y la impresión fue indescriptible.
Hay una estatua de bronce fundido, encontrada en Almedinilla, en Córdoba, en 1988, que tiene un gran valor simbólico. Dada su importancia se trasladó al Museo Arqueológico Municipal y se convirtió en una de las piezas más admiradas. No representa a un dios cualquiera, es inquietante pues se trata de Hypnos que, según la mitología grecorromana, sume en un sueño a todo aquel que toca y lo conduce, en ese estado hasta la muerte. Hipnos sería una especie de guía hacia el más allá, su figura es extraña: tiene cuernos y en la mano porta un ramo de adormideras que utiliza para dormir a todo aquel ante el que se presenta.
Su estado actual denota su perdida belleza, tiene una factura bastante pronunciada en la mano izquierda y en la mano derecha lo que portaba se ha perdido, posiblemente un ramo de la ya mencionada adormidera. Su estado de conservación hace que sea una pieza bastante valiosa y sean muchos los visitantes que temen su mirada ante un gesto casi hipnótico.
Y tiene mucho que ver, simbólicamente, con lo que sucede en los cortijales malditos. Se trata de una serie de propiedades en cuyo interior habita la muerte, pero sólo toca a aquellos a quienes llama. Son enclaves malditos y allí, en las afueras de Córdoba, se ha manifestado la tragedia que han visto pasar a personas que llevaban consigo el negro destino y que decidieron un mal día acabar con su vida.
Así, es conocida por la leyenda como el «triángulo de los suicidios» o el «triángulo de la muerte», ubicaciones donde se detectan más muertes autoprovocadas que ningún otro lugar de España. Igualmente se han visto luces en el cielo y otros extraños fenómenos paranormales en esos mismos enclaves.
El triángulo de los suicidios no deja de ser un lugar maldito en Andalucía, un lugar muy especial entre los pueblos de Priego de Córdoba e Iznájar o Alcalá la Real en Jaén y todo lo que en su ámbito de influencia se deja caer.
Pero no son suicidios cualquieras, hay un denominador común que se diferencia del resto. Allí se producen más muertes que en ningún otro lugar de España, característica de aquel día de hoy hace que la zona sea temida y respetada.
Igualmente descubrimos que no es en sí el suicidio de los habitantes de esta localidad lo que se produce –originado por mil motivaciones personales dramáticas- sino que son los muertos los que dicen que regresan de la tumba –según los vecinos entrevistados- para llamar a los vivos.
El cortijo de los catorce es uno de esos lugares terribles, está ubicado en Priego de Córdoba y destaca en lo alto de una montaña, desde allí se domina todo el paraje de las Lastras y las runas, hecho que nos indica que tuvo una gran historia antaño pero también trágica.
Aquí los miembros de una familia deciden suicidarse pero bajo unas circunstancias muy particulares. El primero que pierde la vida fue el padre, todos quedan desconsolados pero –cuentan- desde el otro mundo llama a su hijo animándolo a que lo acompañara, éste no lo pensó dos veces e hizo lo propio suicidándose. Después, los miembros de la familia fueron «llamados por los fallecidos» y fueron todos ahorcándose en aquel mismo lugar en el cortijo, nada menos que catorce personas comparecieron ante la parca en un breve espacio de tiempo. Es un lugar maldito.
A la salida de Priego de Córdoba en dirección a Lucena encontramos otro cortijo al que se le conoce como el cortijo de los asombros, en la aldea de la Zagrilla, en su interior, en los años cuarenta, nos vamos a encontrar nuevamente con un misterio y es que lo habitantes se van ahorcando de las ramas de los árboles.
Al menos diez personas corrieron la misma suerte. Se hablaba de un duende, un martinico –como se les llama en la zona- que tenía atemorizados a todos los que allí vivían e incluso a los vecinos, produciendo todo tipo de hechos paranormales: movimiento de objetos, puertas que se abrían y se cerraban, cosechas que aparecían esparcidas, ganado que se escapaba, era una auténtica locura que atribuían a la presencia del duende burlón.
No son los cementerios lugares donde se suelan producir hechos extraños pero en el de Priego de Córdoba, a principios de los 80, un señor de mediana edad fue a colocar flores a la tumba de un familiar, tardaba en irse y en la tumba permanecía hablando con la nada. El capellán sintió pena por aquel hombre y conmovido fue a acercarse preguntándole si podía ayudarlo, la voz del hombre resonó y le dijo «ahora nos vemos, ya voy», el capellán se dio la vuelta y mientras caminaba de regreso sonó una detonación tras él. Se había pegado un tiro después de oír «la voz del muerto» que le llamaba desde el más allá.
En la actualidad muchas de aquellas casas han sido abandonadas, abandonadas por miedo, por miedo al suicidio, por miedo a que los muertos se manifiesten, por miedo a que los muertos los llamen y acabar de la misma forma, que es lo que dicen que pretenden las almas de los fallecidos que deambulan por allá.
El viejo de las uñas
Otro ser inquietante es «el viejo de las uñas». Se trata de una aparición en el cortijo de Las Lastras, allí, en sus ruinas, se aparece la espectral figura de un viejo con unas uñas muy largas y muy desarrapado, por las noches es un caminante pero no es un caminante cualquiera, es un caminante de otro mundo cuyo aspecto y apariencia causan terror.
Para explicar esta serie de desafortunados incidentes los médicos psiquiatras tratan de explicar todos estos suicidios como realmente si hubiera sido parte de un trastorno psicológico general, tal vez de alguna tendencia inconsciente pero que en ningún caso parece que puede llegar a explicar lo que sucede. Los expertos en parapsicología dicen que allí hay una especie de energía electromagnética debido a unas minas de pirita abandonada, en la aldea de Las Sileras, y su influjo podría explicar el comportamiento de los habitantes de aquel lugar pero parece difícil explicar tantos suicidios.
En la zona de Priego de Córdoba –como hipótesis- cruza una corriente de agua que tiene un alto contenido en yodo que puede provocar trastornos psicológicos a los que beben de ella, pero parece dudoso que se puede aplicar a los suicidios masivos de la zona y, por último, también se apunta al pantano de Iznájar como un posible causante del mal al provocar depresiones y que pudieran ser hereditarias llevando al aquejado de la misma al suicidio inducido por recuerdos.
Sea como fuere parece que Hypnos, el dios encontrado en Almedinilla, quiera con su adormidera llevar el alma del incauto que caiga en sus manos hasta el más allá.
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