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Córdoba entra en situación de emergencia por sequía por primera vez en el siglo XXI

Es el peor escenario posible y obliga a Emacsa a tomar medidas adicionales de ahorrro de agua

Emacsa defiende que la subida de tarifas de agua en Córdoba apenas costarán «un euro más al mes»

Un ciudadano entra esta semana en la oficina de Emacsa en Córdoba Valerio merino
Javier Gómez

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Córdoba entra este domingo formal y técnicamente en estado de emergencia por sequía, tras pasar por el estado previo de prealerta y entrar posteriormente en alerta el pasado 8 de julio. Ahora pasa, finalmente, al peor escenario posible de los que regulan los gestores del agua en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Emacsa, la empresa municipal de agua de la capital, se verá obligada de inmediato a aplicar medidas adicionales de ahorro de consumo.

Para tener una dimensión de la gravedad de la situación, es la primera vez que la ciudad entra en este estado por falta de agua en el siglo XXI. La última vez que el abastecimiento de Córdoba estuvo en emergencia fue a mediados de 1999, es decir, hace más de 24 años.

El Guadalmellato es el principal embalse de abastecimiento de la capital y el que marca los umbrales para pasar de un estado más o menos grave en casos de sequía. Para que Córdoba ciudad entre en el peor escenario por falta de líquido elemento al que ahora accede se debe cumplir que este pantano esté dos meses consecutivos por debajo de 45 hectómetros cúbicos de reservas hídricas.

El agua embalsada en el Guadalmellato bajó de ese umbral el pasado 5 de septiembre por primera vez. Desde entonces, no lo ha superado. Al contrario, sigue bajando. Este sábado estaba con sólo 41,5 hectómetros cúbicos dos meses después. Por este motivo, Córdoba entra técnicamente hoy domingo en situación de emergencia, un escenario que los expertos no esperaban hasta pasar el invierno. Ni las últimas lluvia han paliado esta delicada situación.

El presidente de Emacsa, Jesús Coca, admitía el jueves que «estamos en emergencia por sequía», un extremo que «nos comunicará la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) en los próximos días». En este nuevo escenario, Coca reconocía que les tocará tomar nuevas medidas. «Tendremos que hacer un esfuerzo para conseguir ese ahorro» adicional.

En este caso, el plan especial de sequía (PES) determina las pautas generales de recortes que realizará en el agua con el que nutre a las empresas de abastecimiento (como Emacsa) y las vías alternativas que tiene aquella para abastecer a los ciudadanos.

Son movilizar nuevas fuentes de suministro a Córdoba «como el embalse de San Rafael de Navallana (ya se hace), pero puede elevar el consumo de éste hasta el 50 por ciento al mes y buscar masas de aguas subterráneas». También está obligado a «activar el nivel de emergencia del Plan de Emergencia del sistema de abastecimiento de Córdoba». Además, deberá «incrementar la reducción del volumen de agua suministrada para el abastecimiento a los vecinos de al menos del 5%, con el objetivo de alcanzar el 10%».

Sin embargo, es la propia empresa municipal la que tiene que adoptar las medidas concretas que afectan a los consumidores en sus casas. En este caso, Emacsa tendrá que tomar las medidas de ahorro y restricciones que crea convenientes para conseguir ese ahorro en el abastecimiento hasta el 10 por ciento. En julio ya activó unas medidas para el estado de alerta que ahora deberá aumentar para el de emergencia, un escenario desconocido en la capital en los últimos 24 años.

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