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FIN DE SEMANA

Cabalcor | En busca de los buenos aires del concurso morfológico ecuestre

Dos jueces puntúan desde este jueves en Caballerizas el aplomo y el carácter racial de los participantes en la competición

El Concurso Morfológico reúne a 103 ejemplares de 45 yeguadas

Un jinete guía a su caballo durante la primera sesión del Concurso Morfológico en Caballerizas Reales RAFAEL CARMONA
Rafael Aguilar

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Ferbat es un potro de dos años de la Yeguada Batán, de México, que se prepara a media mañana para su participación en el Concurso Morfológico en la pista auxiliar de Caballerizas Reales de Córdoba. Carlos Pinta es su presentador. Vestido de corto, amansa al ejemplar, muy joven y que es la primera vez que concurre a una competición de este tipo.

«La presentación no es muy compleja en sí: simplemente hay que darle cuerda al paso, al trote en recto y al galope, y luego en la parada hay que intentar mantenerlo recto para que los jueces puedan valorar bien los aplomos; ahí es fundamental la expresividad del animal, por eso le llamamos la atención para que estire el cuello», indica el jinete, que ha ganado catorce Campeonatos del Mundo.

Pinta es un hombre con experiencia: «Hago el circuito nacional, el mexicano, el centroamericano, no paramos... El día 1 vuelvo a viajar a México para competir en Guadalajara. En Córdoba el nivel es bueno, no es ninguna broma», señala.

Quienes le esperan en la pista central con los ojos bien abiertos son José Luis Rubiales Ortiz y Juan Carlos Sánchez Noriega, ambos sevillanos, son los dos jueces que valoran a los ejemplares equinos que participan este jueves en las primeras series del XVII Concurso Morfológico Internacional de la Feria del Caballo de Córdoba (Cabalcor), que se celebra hasta el domingo 18 de septiembre de 2022 en Caballerizas Reales.

Al tratarse de un concurso de tres estrellas -el de la categoría más elevada solo por debajo del que se organiza en el Salón Internacional del Caballo (Sicab)- es necesario que el jurado esté formado por una pareja, que vuelca sus calificaciones sobre la marcha en sendas tabletas conectadas a la red, y se cuando acaba la prueba se comparten de una forma instantánea con los participantes a través de internet.

«En la fidelidad racial valoramos las características propias del caballo de Pura Raza Española»,

Juan Carlos Sánchez

Juez de Cabalcor

José Luis Rubiales explica que «para ser juez hay que superar un examen tanto práctico como teórico expedido por la Asociación Nacional de Criadores de Pura Raza Española». Y añade: «En realidad, el concurso se llama Morfofuncional, porque mide parámetros de morfología y aires a la mano y también de funcionalidad, que es con los jinetes ya montados».

La pareja de jueces da trece notas, de cero a diez: empiezan por el paso y siguen por el galope, el trote, la cabeza, el cuello, la cruz, el dorso y el lomo, la grupa y la cola, el pecho, el tórax y el vientre, las extremidades anteriores y posteriores, el aplomo, la conformación morfofuncional, para acabar por la fidelidad racial.

Los jueces Juan Carlos Sánchez y José Luis Rubiales ABC

¿Qué es la fidelidad racial? «Se trata de las características propias del caballo de Pura Raza Española, que son la cabeza, el cuello, la grupa, además del trote, que es el aire por el que más se identifica a esta raza: es el tema de las elevaciones y del remetimiento», apostilla Juan Carlos Sánchez.

Las notas están agrupadas en bloques, de las que cuando la prueba finaliza se sacar un coeficiente por el que se obtiene la calificación final. Cada uno de los jueces, que no pueden hablar entre ellos durante la presentación del animal, hace su valoración, y la definitiva es una media de ambas. Se guían por un Manual de Juzgamiento y por un Patrón Racial, «pero siempre aplicamos un criterio propio también», suscriben.

Si Ferbat, el potro con el que arrancan estas líneas, viene de México, Imperial es cordobés. De siete años y de la ganadería Lovera para más señas. Pedro Mata es quien le da cuerda en la carpa secundaria de Caballerizas.

«Lo va a presentar mi hijo, lo que yo estoy haciéndolo es calentándolo: a la preparación de la prueba hay que dedicarle tiempo para que el caballo se ponga bien a la mano y para que alcance la máxima amplitud en el paso. Lo importante es sacarle al caballo los mejores aires que tenga», declara el hombre.

«En lo que trabajamos es en que el caballo se familiarice con la pista y no se asuste cuando empiece la prueba, y lo que se busca a la hora de elegir el caballo que participe es que tenga buen aplomo, buena cara y que esté dentro de un buen grupo racial», resume Pedro Mata.

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