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Congreso Ciudades Patrimonio

El modelo Albaicín de Granada: un ejemplo para solucionar el problema de las placas solares en Córdoba

La ciudad lucha por fijar a la población al barrio protegido y ha establecido una moratoria para viviendas turísticas

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Jornada de trabajo en el Congreso de las Ciudades Patrimonio Ángel Rodríguez
Luis Miranda

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Los problemas de las Ciudades Patrimonio son en parte comunes, aunque estén en distintos lugares, así que las soluciones que implanten también pueden compartirse y replicarse. Córdoba puede mirar no muy lejos: a Granada, que empieza a tomar medidas para evitar la turistificación y fijar a la población al Albaicín, su barrio protegido.

Francisco Maldonado, gerente de la agencia pública municipal Albaicín, participa en el Congreso Mundial de Ciudades Patrimonio en Córdoba, y habla de su experiencia. Indica que es todavía un barrio habitado, pero también el que más población ha perdido en Granada junto con la zona norte en los últimos veinte años.

«Esa pérdida de población residente ha hecho que el uso sea para viviendas de uso turístico», relata. Como en cualquier parte, desde luego. Granada ha establecido una moratoria para no dar más licencia hasta determinar con precisión su densidad en relación con las casas normales.

También se ponen medidas para atraer a vecinos, lo que en el congreso se llama recalificar el hábitat. «Se pueden incentivar las licencias de obra para que tengan el uso residencial, y también ayudar a que los barrios históricos tengan los servicios necesarios para habitar allí», dice.

Hace falta un transporte público adecuado o comercio de proximidad. Y aunque un Ayuntamiento no puede abrir una tienda de ultramarinos, sí puede hablar con empresas o tratar de que los barrios pierdan autenticidad. «Puedes recomendar determinados tipos de comercio, y no los que impactan de forma negativa en la visión del barrio», resume.

Otro punto en común con Córdoba: las placas solares. También están prohibidas en el Albaicín y en el Casco Histórico, pero ofrecen alternativas, que en Córdoba pueden servir para que disfruten de ellas los habitantes que no dejan de solicitarlas.

Son las comunidades energéticas, que permiten a los particulares unirse para colocar placas solares a una cierta distancia de sus casas. «El máximo son tres kilómetros y hay zonas públicas que se pueden ceder para este uso. El Ayuntamiento ha buscado alguna parcela», afirma Francisco Maldonado.

Los propietarios han empezado a constituirse de forma privada para establecer sus placas solares, que alivien los costes, y el Consistorio ha mediado con empresas energéticas que ayuden en este propósito. Podría ser un ejemplo para Córdoba, con un Casco Histórico muy amplio, pero también rodeado de zonas y solares que podrían servir.

Ideas

Son las ideas que empieza a aplicar Granada, con problemas parecidos a los de Córdoba, y que tiene que luchar contra la marcha de los vecinos. De fondo están la peatonalización y la marcha de los niños, que a su vez provoca el cierre de colegios.

Todo a pesar de que Granada asegura no tener un problema grave con el crecimiento de los turistas. Sus visitantes son muchos, pero el porcentaje de viviendas turísticas no pasa del 15 por ciento. El análisis tras la moratoria establecerá cómo actuar.

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