Política hidráulica
La Colada, o el embalse atrapado en la obra de nunca acabar
La Confederación Hidrográfica del Guadiana no es capaz de dar un plazo ni aproximado para autorizar el proyecto que la Junta ya tiene adjudicado para acabar una conexión paralizada en 2008
Alegaciones, informes técnicos, discrepancias sobre caudales y sistemas eléctricos,... siguen sumando plazos y trámites y mantienen parados 9,3 millones
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El comienzo de las obras para terminar la conexión del embalse de La Colada con Sierra Boyera va camino de convertirse en un nuevo culebrón político. O, al menos, de no tener una rápida resolución. La autorización por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) ... de la concesión de explotación de sus aguas de para la Diputación de Córdoba, lo que lleva parejo la puesta en marcha de este proyecto hidráulico de la Junta de Andalucía (adjudicado ya por 9,3 millones), no parece avanzar y sigue estancada en un trámite del que, a día de hoy, no hay siquiera una fecha de resolución aproximada.
Al menos así se desprende de las palabras del presidente de la CHG, Samuel Moraleda, en conversación con ABC, que cuando le pregunta por un horizonte aproximado o plazo para que se desbloquee el asunto no es capaz de darlo. Ya advirtió en una entrevista con este periódico reciente que el plazo legal para resolver este expediente puede llegar hasta los 18 meses, un tiempo que a todas luces supondría un serio revés para poner en marcha una infraestructura antes urgida desde las filas socialistas y ahora considerada «innecesaria».
Pero, ¿cuál es la razón de esta parálisis? En estos momentos la autorización del órgano de cuenca a la solicitud de la Diputación está en exposición pública, trámite que concluye el próximo 22 de enero. Se han presentado 4 alegaciones. Una del Ayuntamiento de El Viso, como ya ha adelantado este periódico, y en la que su alcalde Juan Díaz (PSOE) calca argumentos empleados por la propia Confederación en sus reparos de hace semanas al proyecto de la Junta de Andalucía cuando se conoció la adjudicación de la obra.
Es llamativo que este regidor no alegó al proyecto como tal de conexión de La Colada en el periodo de exposición pública que abrió la Junta. Los caudales, los planteamientos de soporte eléctrico para el bombeo o la contaminación y, sobre todo, lo «innecesario» de una inversión de 9,3 millones constan en su escrito. Además hay dos alegaciones más de particulares y una de una asociación cuya identidad no ha podido desvelar el ente hidrográfico.
En paralelo, se han pedido informes técnicos preceptivos a la solicitud de la Diputación tanto a las Consejerías de Salud (siempre que hay disposición de agua se hace) como a la de Agricultura y a la sociedad estatal Acuaes que explota La Colada. Esos informes conllevarán más plazo. A la par que las respuestas a las alegaciones por la CHG, quien dará traslado a la Diputación de Córdoba para que ésta, a su vez, haga las oportunas observaciones.

Es decir, tal y como ha pedido esta semana el presidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes (PP), el visto bueno a la obra de La Colada no estará en enero -en diciembre pidió que lo estuviera a final de año, y tampoco-. Fuentes ha insistido en este tiempo en que hay reserva de agua en Sierra Boyera para dos años, justo el tiempo de terminar las obras que la Junta quiere acometer para activar el agua de un pantano que sigue contaminada en cuanto al Carbono Orgánico Total (COT), índice que provocó que en abril de 2023 Salud prohibiera su consumo.
Malestar por el retraso
Pero en la Diputación de Córdoba, en el seno de la Junta de Andalucía, algunos alcaldes de la zona y en el PP el malestar crece cada día que pasa porque entienden que hay una evidente maniobra política para obstaculizar la puesta en marcha de una obra que arrastra casi dos décadas.
La Colada se construyó en 2006 y la red de conexión a Sierra Boyera y su planta potabilizadora se inició en 2008, pero acabó paralizándose meses después sin que se terminara. Se liquidó y se quedó al 90%. Eso lo hizo un gobierno socialista de la Junta que nunca más retomó la actuación.
El Ejecutivo andaluz del PP retomó la iniciativa en 2018 cuando llegó al poder. Calificó de 'interés autonómico' la misma en 2020 y reelaboró el proyecto y lo tramitó hasta poder adjudicarlo el pasado verano a la cordboesa Jicar por 9,3 millones.
En medio se cruzó la grave sequía de 2022 y 2023 que dejó Sierra Boyera vacío de agua y obligó al Gobierno a través de la CHG a acometer una obra de emergencia por 4,3 millones (que ahora pagarán los vecinos) para sacar agua de La Colada y suministrarla al Guadiato y Los Pedroches. Eso sí, no para su consumo final, al superarse el nivel legal de COT. Un año entero con camiones cisternas y agua embotellada hasta que las lluvias de la pasada Semana Santa llenaron Sierra Boyera y se pudo dar agua potable desde este pantano.
Cuando parecía que la luz surgía al final de un largo túnel con los últimos trámites para abordar el final de la eterna obra del embalse de La Colada, las sombras vuelven a planear.
Desde que se conoció la postura crítica del presidente del órgano de cuenca con las intenciones de la Junta se han celebrado tres reuniones técnicas para intentar desatascar el asunto. La primera fue una videollamada con la presencia de Samuel Moraleda y el secretario general de Agua de la Junta de Andalucía, Ramiro Ángulo, además de técnicos de ambas administraciones. Sobre la mesa la hoja de ruta para solventar las diferencias: permiso para el proyecto y renovación de la explotación del pantano.
La segunda en Alcaracejos entre la Diputación y la Confederación del Guadiana tras el requerimiento hecho por ésta a la institución provincial con una serie de reparos a la solicitud de concesión de aguas hecha. A consecuencia de la misma, la Diputación responde a las objeciones técnicas.
Y la tercera, hace unos días en Don Benito (Badajoz) con las tres partes implicadas donde se van acordando modificaciones del proyecto presentado en torno a aspectos como reutilizar gran parte de la actuación de emergencia del Gobierno, los caudales de bombeo, el sistema eléctrico y alternativas a la toma flotante de agua que existe en estos momentos -además de pulir algunos aspectos sobre dos o tres municipios no incluidos en la red de abastecimiento porque disponen de fuentes propias de captación-.
Caudales de bombeo
Aún así, podría decirse que todo sigue en el aire, o por lo menos las explicaciones de Moraleda son poco esclarecedoras al respecto. El presidente de la CHG recuerda a ABC que están a la espera de ese proyecto modificado y que «según su alcance», cambio esencial o puntual, así se pondrá de nuevo el reloj a cero o no. «Entiendo que no hará falta empezar de nuevo», apostilla.
Lo que sorprende es que tras estas tres reuniones donde se supone que se han ido consensuando esas diferencias se enfoquen las modificaciones como si no se atisbaran de antemano. Por todo ello (alegaciones, informes, modificado) es por lo que no se da un plazo oficial.

Una de las cuestiones que cambiarán, según Samuel Moraleda, sobre el plan inicial de la Junta puede que sea el caudal máximo de bombeo. Actualmente está en 400 litros por segundo, acorde a las necesidades totales de agua que tienen en Los Pedroches y a las que ahora se suma el Guadiato. Pero la administración autonómica ha propuesto llegar a 600 litros/segundo.
El órgano de cuenca alega que con esos indicadores se rebasa la planificación hidrológica de la zona. La Junta defiende que es un pico máximo para hacer más eficaz la toma de agua, ahorrando tiempo y energía para que llegue a Sierra Boyera lo antes posible. Incluso en casos de emergencia o sequía. Según expresa Moraleda a este periódico, la Junta acabará adaptándose a esos 400 litros/segundo. «Todo apunta a que éste será un cambio».
Donde sí parece que hay más entendimiento es en la necesidad de acabar con los grupos electrógenos que tiran ahora mismo del agua y consumen gasóleo y dinero. A juicio del presidente de la CHG, era la solución más rápida en la obra de emergencia para sacar agua, pero, obviamente, hay que buscar un sistema más sostenible. La duda está en si aprobvechar el tendido de Los Pelayos o hacer uno nuevo.
Respecto del primero, la Diputación de Córdoba estuvo peleando meses activarlo sin éxito. Volvió a toparse con el órgano de cuenca. Ahora la Junta de Andalucía quiere hacer uno nuevo empleando las torres elevadas aledañas al pantano y por la margen izquierda del río Guadamatilla. El deseo del Ejecutivo andaluz es complementar la toma flotante con este sistema en altura y hacer más eficiente todo el proceso. Sin embargo, preguntado al respecto, Moraleda deslizó las dudas de esta segunda opción sobre «posibles afecciones al cruce de cauces» de este operativo. Casualmente, uno de los argumentos también del edil de El Viso.
Todo, sigue pues, en el aire y con muchas incógnitas, ya que aunque da la impresión de que hay un acercamiento y todo es cuestión de un tiempo corto, las dudas y la aparición de un último reparo o inconveniente levanta de nuevo polvareda.
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