Hazte premium Hazte premium

Historia

Así se celebraba la fiesta de San Rafael en Córdoba hace un siglo

El 24 de octubre se celebraba antaño con júbilo y una febril actividad; «la población parecía más alegre que de costumbre». Ricardo Montis relató cómo festejaba Córdoba este día allá por los años veinte del siglo pasado

El día que Sevilla quiso llevarse la imagen de San Rafael de Córdoba

San Rafael, en el libro de Tobías antes que en Córdoba

Postal con el triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente ABC
Davinia Delgado

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Córdoba de hace un siglo se desperezaba los primeros años de la centuria de su prolongado pasado agrario y comenzaba a despertar al progreso para dejar atrás su dependencia económica del campo, explotar su rico patrimonio monumental como fuente de riqueza y aprovechar su privilegiado enclave geográfico como nudo de comunicaciones.

Mientras la ciudad empezaba a despegar, a pie de calle, aquellas que todavía estaban sin asfaltar, los oriundos vivían ajenos a los cambios, enfrascados en sus labores diarias en una comunidad muy unida a sus tradiciones que, lejos de constituir meras supervivencias arcaizantes, servían y siguen siendo esenciales para fortalecer la identidad de grupo.

Entre ellas, sobresalía por aquel entonces con un entusiasmo inusitado la celebración del 24 de octubre, «el día más grande que tiene el año para los cordobeses». Así lo definió el periodista Ricardo Montis en sus 'Notas cordobesas', donde detalla cómo se celebraba la festividad de San Rafael antaño; una jornada en la que ya desde su víspera «notábase en todas las casas un movimiento inusitado, una febril actividad, que interrumpía la calma y el sosiego característicos de nuestros hogares».

Según recoge el cronista y poeta, el día del Arcángel Custodio de Córdoba «la población parecía más alegre que de costumbre y la gente abandonaba el lecho antes que de ordinario».

La jornada anterior, las luces se prendían temprano en las casas; en las que había algún San Rafael, «que eran casi todas», el trabajo de las mujeres comenzaba al alba para preparar la morada para las visitas propias del 24 de octubre: «se extremaba la limpieza, se ponían en orden perfecto los muebles, se despojaba de sus fundas el estrado; se cubrían mesas y veladores con los tapetes de más lujo para recibir a las visitas y se llenaban los pintarrajeados azafates de dulces y las labradas botellas de vino y licores», explica Montis en su relato.

En las cocinas, los fogones calentaban los platos «extraordinarios» que habían de figurar, el día siguiente en la mesa. Además, infinidad de mujeres pasaba también la noche en vela haciendo los sabrosos pestiños que, a la mañana siguiente, «colocados en grandes lebrillos, habían de poner a la venta en las puertas de sus casas».

Los hombres, por su parte, disponían todos los pertrechos de caza, ya que era tradición entonces subir a la Sierra a apretar el gatillo; por ello, la noche anterior preparaban el frasco de la pólvora, la bolsa de la munición, la cartera de los mistos y el zurrón para transportar las piezas que cobraran.

«Los chiquillos saltaban de gozo ante la perspectiva de un día feliz, en que no irían a la escuela, sino al campo o a los paseos, a correr y a jugar cuanto se les antojara», recoge estos cuadernos costumbristas.

En las calles, los negocios de los confiteros, como las pastelerías del Socorro y de la calle La Plata, trabajaban sin pausa para preparar los dulces propios de San Rafael: ramilletes, tortas regadas y pastelones. Los encargos recibidos eran considerables y a duras penas podían cumplir con todos.

También las tabernas rellenaban sus botas con el oloroso Montilla y las tinajas de aguardiente «para atender al extraordinario consumo del 24 de octubre». Al anochecer, las fachadas de muchos edificios «lucían iluminaciones de farolillos con cristales de colores y candilejas de aceite».

La música también sonaba en la jornada previa al día del Custodio. Murgas compuestas por «cuatro o cinco músicos viejos, a los que ni siquiera quedaba el compás», explica Montis, recorría los domicilios de los Rafaeles, «obsequiándoles con inarmónicas serenatas, a cambio de las cuales obtenía unas miserables monedas de cobre o algunas copas de amílico», describe el cronista, con tono de chanza.

Y llegaba el gran día. Las tabernas, como las que plagaban la plaza de La Corredera y sus alrededores, recibían temprano a los cordobeses «para celebrar con abundantes libaciones la fiesta de los cordobeses», y ante los puestos de pestiños, el público tomaba posiciones en la fila para llevarse a casa esta tradicional fruta de sartén.

Innumerables familias, «formando caravanas bulliciosas», se dirigían a la Sierra cordobesa «para guisar un perol, para correr una juerga con mucho canto y mucho bailoteo».

Montis relata cómo las mujeres subían cargadas «de cestas y talegos con las viandas, de sartenes y otros artefactos para condimentar la comida»; los hombres, por su parte, llevaban su bota de vino y los pertechos de la caza; tampoco faltaba la guitarra y la soga para el columpio.

Cuando llegaba la tarde, «los caminos de la Arruzafa, del Brillante, del arroyo de Pedroche, se convertían en animadísimos paseos, pues las personas que no habían podido dejar la ciudad iban a esperar a los expedicionarios, que regresaban satisfechos, sin una nube de tristeza en el ánimo, sin una pena en el corazón, lanzando al viento sonoras carcajadas y sentidos cantares»,narra el texto del cronista.

Por la noche, en las casas de los Rafaeles, «se improvisaban, en su obsequio, veladas gratísimas y en las tabernas y en los cafés era extraordinaria la concurrencia de público».

Por la iglesia del Juramento desfilaban millares de fieles, durante todo el día, para elevar sus oraciones al Custodio. Y en ningún hogar «faltaba la urna o el fanal, primorosamente adornados, con la efigie del bendito Arcángel y en que, hasta en las ruletas de los vendedores de chucherías se destacaba, entre las figuras de caramelo, una de gran tamaño representando un monumento a San Rafael».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación