La Casa de las Comedias: los brillos del teatro cordobés en el Siglo de Oro
La historia de este edificio desaparecido confirma que la ciudad fue uno de los grandes centros dramáticos de España en el Siglo de Oro, con un coliseo que fue vanguardia en su tiempo y modelo copiado en otras urbes
Joyería y orfebrería: una eclosión muy cordobesa a lo largo del Siglo de Oro
![Dibujo de un teatro de la época, con la lona cubriendo el patio debutacas y palcos laterales.](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/14/imagen-teatro-siglooro-kbRG-U601108580199yS-1200x840@abc.jpg)
A escasos metros del Patio de los Naranjos se encuentra la turística calle Velázquez Bosco, dedicada al célebre arqueólogo del siglo XX. Son muchos sin embargo los que no conocen esa vía por tal nombre, sino por el tradicional de la Calle de las ... Comedias. Denominación que puede sorprender porque hoy no queda en tan estrecha calleja evidencia arquitectónica que la relacione con el teatro, pero que tiene su razón y fundamento en pleno Siglo de Oro.
Fue entonces cuando se construyó en este lugar -en el solar que hoy ocupa el Colegio Oficial de Enfermería- la Casa de las Comedias de Córdoba, un edificio diseñado por uno de los arquitectos cimeros de Córdoba del periodo, Juan de Ochoa, maestro de obras de la Catedral.
La vida de este espacio escénico, en el que confluían las distintas clases sociales para evadirse por unas horas de la realidad cotidiana, fue corta, algo menos de un siglo. Su derribo a finales del XVII supuso la pérdida de un testimonio del Siglo de Oro que hoy sería un símbolo de la Córdoba de ese tiempo, en la que brillaron no sólo personajes hoy muy recordados como Luis de Góngora, Juan de Mesa o Antonio del Castillo una amplia nómina de escritores, pintores y personajes de muy variada condición.
La historia de la Casa de las Comedias se conoce gracias a los estudios de otro intelectual cordobés de primera fila, el historiador montillano Ángel María García Gómez. Catedrático de Estudios Hispánicos en la Universidad de Londres, dedicó una amplia investigación a este espacio escénico tras hallar en los años 80 diversos documentos que daban testimonio de su historia.
![Patio del actual Colegio de Enfermería de la calle Velázqez Bosco.](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/14/patio-enfermeria-cordoba-kbRG--624x350@abc.jpg)
Por sus estudios, que confluyeron en un libro monográfico sobre el tema, se sabe que la Casa de las Comedias abrió sus puertas en 1602 y que estuvo en uso hasta 1694, hace justamente ahora 330 años. Según el profesor García Gómez, se construyó sobre lo que había sido antes la cárcel de la ciudad, de la que incluso aprovechó algunos muros. En su construcción su autor, el mencionado Juan de Ochoa utilizó los nuevos gustos que llegaban de Italia y que convirtieron al teatro en un modelo que luego fue replicado en otras ciudades españolas.
Accesos
Tenía el coliseo acceso no sólo por la actual calle Velázquez Bosco, sino también por la Calleja de las Flores, donde estaba la puerta por la que entraban las mujeres, y por la hoy desaparecida Calleja del Tesoro. Un vídeo con infografías realizado por la Biblioteca Nacional de España para su web 'Lope y el teatro' reconstruye con detalle el aspecto que tuvo este edificio, mucho más avanzado que los corrales madrileños de entonces y anterior otros edificios similares como el Corral de la Olivarera de Valencia, considerado a menudo como una de las semillas del teatro español.
El redescubrimiento de la historia de este inmueble tiene de hecho una lectura muy importante en el sentido de que confirma a Córdoba como una de las ciudades fundamentales del teatro español del Siglo de Oro a un nivel similar a Madrid, Barcelona o Valencia. Es decir, que no sólo en poesía, en pintura y en escultura fue la urbe un faro de esta etapa sino también en las artes escénicas.
![Vista actual de la antigua calle de las Comedias.](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/14/imagen-calle-comedias-kbRG--624x350@abc.jpg)
El teatro, según el profesor García Gómez, tuvo titularidad municipal y vino a sustituir a la Casa de Comedias privada que hubo previamente en la ciudad y que tuvo que cerrar por las quejas de un convento aledaño, el de las Carmelitas Descalzas de Santa Ana.
En este caso también hubo problemas por la cercanía del Convento de la Encarnación, pero la nueva Casa de las Comedias contó finalmente con un informe eclesial favorable, que elaboraron dos sacerdotes, uno de los cuales fue precisamente el gran poeta Luis de Góngora y Argote.
Se construyó en un espacio cuadrado de más de 24 metros de lado, rodeado de murallones de menos de un metro de grosor. Con fachada a la que pronto se iba a conocer como Calle de las Comedias, se dispuso un primer cuerpo de 3,60 metros de profundidad que, en su planta baja, albergaba un zaguán de uso general, dos cuartos para vender agua y guardar bancos, un vestuario, un vestíbulo de entrada para los comediantes y otro zaguán para los miembros del Cabildo.
En su planta alta se encontraban un cuarto de tramoyas y dos dependencias más, de las cuales una, la de mayores proporciones, contenía dos camarillas para vestuario de actrices y guardarropía respectivamente.
La Casa de las Comedias abrió sus puertas en 1602 y que estuvo en uso hasta 1694, hace justamente ahora 330 años
Enfrente del vestuario bajo, con ventanas a la calle que le dan luz, se alzaba un escenario cubierto de 5 metros de lado, 5,85 de ancho y 1,388 de altura con relación al nivel del patio sobre el que se proyectaba. El patio, descubierto casi en su totalidad, estaba protegido por un toldo.
El ámbito del patio estaba circundado por otro cuerpo de 3,35 metros de profundidad, al que cubrían tejados de una sola vertiente. Esta parte del edificio, según los planos, tenía forma semicircular en su parte central, con dos prolongaciones rectilíneas que corría paralelas a los murallones laterales.
La planta baja de este segundo cuerpo estaba toda ella ocupada por cuatro filas de gradas, que proporcionan asiento para más de 400 espectadores. En la planta alta se encontraba un aposento reservado para los miembros del Cabildo Civil; un espacio para 'cazuela' de espectadoras y una serie de aposentos o palcos para familias principales.
![Ilustración de intelectuales del SIglo de Oro de la serie velística Alatriste.](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/14/alatristes-imagen-teatro-kbRG--624x350@abc.jpg)
En total, sumando patio y palcos, permitía un aforo numeroso, amplitud que tenía sentido ya que el Cabildo de la ciudad, que entonces estaba medio en la ruina, lo que quería era encontrar en el monopolio del teatro una vía de financiación.
Los estudios del profesor García Gómez también confirman por último que por la Casa de Comedias pasaron las compañías más conocidas de la centuria, de tal modo que las funciones se mantuvieron durante el siglo con los únicos parones obligados por las epidemias de peste.
El cierre en 1694, bajo mandato del corregidor Ronquillo Briceño, llegó cuando la rentabilidad del coliseo decaía, aunque también influyeron las críticas contra el teatro como ocio pernicioso del místico dominico Antonio Posadas. Su derribo, diez años más tarde, se decidió con la finalidad de vender los materiales.
Córdoba perdía así su Casa de las Comedias, que fue cayendo en el olvido hasta que ya en el siglo XX su historia salió a la luz gracias al celo investigador del profesor García Gómez. La investigación confirmó a Córdoba como uno de los centros dramáticos de un periodo tan vibrante en lo cultural como el Siglo de Oro.
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