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Patrimonio

La Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba, radiografía de un espacio único

Análisis

La obra que acaba de licitar el Gobierno resanará suelo, azulejos y yeserías, muy dañados por el tiempo

El Gobierno licita la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba tras años de olvido

Plano de sección de la Mezquita-Catedral de Córdoba, con la ubicación de la Capilla Real ABC
Luis Miranda

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Para los visitantes es apenas un lugar distinto al resto de la Mezquita-Catedral que pocas veces les señalarán en su recorrido por el templo. Para los cordobeses que conocen bien su gran monumento, un enigma por el que han preguntado alguna vez, aunque pocos recuerden haber entrado.

El Gobierno acaba de licitar la restauración de la Capilla Real, una de los lugares más singulares del conjunto por su origen y estilo mudéjar y el proyecto aporta numerosa información, textual y gráfica, sobre el estado en que ahora está este espacio.

La actuación será sobre todo en tres elementos: el suelo, el zócalo cerámico y la yesería. Al terminar permitirá conocer un espacio que aúna las dos épocas del monumento. En el origen, la Capilla Real está en la zona conocida como de la ampliación de Alhakén II, que se realizó en el siglo X y que se ha considerado como la más rica y lujosa, por coincidir con el momento de mayor esplendor del Califato.

Eso es el espacio, el lugar en el que se construyó, porque en aquel momento no sería más que una de las zonas del bosque de columnas. La Capilla Real nació en el siglo XIV y pudo ser una fundación de la reina Constanza, viuda de Fernando IV, para el sepulcro de su marido, en 1312.

Cuadro del siglo XIX en que se aprecia la Capilla Real de la Mezquita-Catedral ABC

Otros historiadores retrasan el comienzo de las obras a la segunda mitad del siglo hasta su final, ya documentado, en 1371, porque fue el rey Enrique II quien ordenó su terminación.

Sí está claro es que la capilla es un ejemplo del arte mudéjar, es decir, del tipo de trabajos que hicieron los albañiles y artesanos musulmanes ya bajo el dominio cristiano, aunque con influencias del arte nazarí y de la Alhambra, porque en aquellos años el reino de Granada era musulmán.

El estudio realizado en 2012, que ha servido como base para el proyecto de restauración que ahora se tendrá que llevar a cabo realizado por encargo del Ministerio de Cultura, distingue en la yesería dos lenguajes diferenciados.

Por un lado, en el registro superior, el estilo es propio de la época de Pedro I, llamado 'El Cruel' o 'El Justiciero' y son más patentes las influencias nazaríes, mientras que el registro inferior ya es de la época final, bajo el reinado de Enrique II, y el estilo es el mudéjar naturalista de tradición castellana, como recoge el mismo estudio.

No son las únicas de este tipo en la misma Mezquita-Catedral: el retoque del Arco de Bendiciones y la Puerta del Perdón, que se realizó pocos años después de terminar la Capilla Real, en 1377, patrocinada también por el rey Enrique II, son del mismo estilo.

Capiteles de la Capilla Real ABC

El estudio se detiene en el zócalo cerámico, que tiene una altura de cuatro metros y que, por su decoración, es un elemento muy singular.

Erosión e insectos

Hay pérdidas de soporte de distinta magnitud en varios lugares, como la hornacina central, a consecuencia, entre otros asuntos, de la retirada de la mesa de altar, pero también en otros lugares, por golpes. El estudio registró también oquedades, grietas, pérdida de piezas, manchas y cuarteado del vidriado de los azulejos.

Otro de los elementos que hacen especialmente valiosa la capilla son las yeserías y también han sufrido el deterioro como consecuencia del paso del tiempo. Presentan problemas de erosión y disgregación, hay nidificaciones de insectos como la avispa alfarera, grietas y agujeros por la colocación de clavos en distintos momentos de la historia.

La yesería tiene muchas zonas decoradas en colores, pero la policromía también ha sufrido, de forma que la capa cromática se ha alterado. En algunos puntos, el color azul original se ha transformado en verde por un proceso químico natural y donde se ha perdido el dorado han aparecido manchas violáceas y rojas, que son los restos del bol en los que se aplicó en su momento el pan de oro.

Imagen de San Fernando en la hornacina central ABC

Estaba situada al este de la capilla de Villaviciosa, la también conocida como catedral gótica, por ser al principio el lugar central del culto cristiano, y es uno de los puntos más altos del conjunto. La bóveda, compuesta por ocho arcos entrecruzados, es superior a la de su entorno y sólo queda por debajo del crucero y el coro, que se levantaron ya al final del Renacimiento.

La restauración, cuando comience, también eliminará algunas de las reintegraciones posteriores que se realizaron para remediar las pérdidas, y que no se hicieron de forma adecuada. Parecidos problemas presenta también el suelo, con pérdidas, manchas, orificios y grietas y por eso el proyecto incide en la necesidad de actuar.

En todas partes, las tareas de restauración se realizarán por procedimientos mecánicos y teniendo en cuenta el criterio de mínima intervención, para eliminar los elementos posteriores y que la construcción, poco conocida para una generación de cordobeses, tenga el aspecto con que se levantó en el siglo XIV.

Cuando culmine será el momento de conocer un espacio que tiene dos cuerpos: la cámara baja y la alta, que es la capilla propiamente dicha. La inferior, aboveda y con una altura de dos metros y medio, tiene carácter semisubterráneo, por lo que hay que descender unos escalones para acceder. Se ha definido en ocasiones como cripta, aunque no tiene uso funerario propiamente dicho, y en los últimos tiempos ha servido para custodiar material litúrgico.

Se ha conocido también como capilla de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, o de los Santos Juanes. Combina arcos polilobulados o de herradura apuntados con capiteles distintos en las columnas que los sustentan.

Grabado antiguo de la Capilla Real ABC

La parte superior sí tuvo concepción funeraria y se abre al exterior a través de dos arcos polilobulados, uno en cada extremo. Como sucede en la zona inferior, hay también capiteles y columnas de origen distinto, que pudieron haber estado en otras zonas de la Mezquita-Catedral en años anteriores. Distintos cuadros del siglo XIX muestran los accesos que había para llegar a la Capilla Real.

En la decoración se mezclan frases en árabes con escudos de Castilla, propios de la nueva etapa que había comenzado en Córdoba. Uno de los elementos más interesantes es el altar, de tipo acortinado y situado debajo de un arco. El fondo es azul con estrellas y recuerda a la capilla de San Bartolomé, otro de los mejores ejemplos del mudéjar en Córdoba.

Allí se veneró a una imagen de San Fernando, rey de Castilla que conquistó Córdoba y por lo tanto ascendiente de los monarcas que fundaron la capilla. Estuvo sobre una mesa de altar barroca que hoy no se conserva. En la zona superior de la hornacina hay dos leones guardantes.

Interior de la Capilla Real Valerio Merino

Los historiadores han destacado además las cornisas con decoración de mocárabes y la riqueza de los arcos como parte de lo más significativo del recinto.

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