AGRICULTURA
Antonio Portero: «La Cata debe servir para dar a conocer los vinos; no son casetas de feria»
entrevista
El director comercial del grupo vitivinícola Navisa habla sobre la situación actual y la necesidad de llegar a públicos más amplios
Cata del Vino Montilla-Moriles: el marco mira hacia el modelo de feria profesional del vino de Jerez
![Antonio Portero, director comercial de Navisa](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/03/navisa-cordoba-portero-RQrRX7sHOPn06nghsRnaYRL-1200x840@diario_abc.jpg)
El grupo vitivinícola Navisa es la primera bodega de la zona de Montilla-Moriles en términos de facturación, según Antonio Portero, quien remarca que la diversificación de su oferta es una de sus señas de identidad y una de las claves de su buena situación, y habla de los retos que tienen que afrontar las bodegas del marco.
—Navisa es una de las bodegas más reconocidas de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles al contar con más de un siglo de historia. ¿En qué momento se encuentra a día de hoy?
—Es una bodega en expansión. Somos la firma más grande de la Denominación de Origen Protegida, con más de 10.000 botas. El grupo está formado por las bodegas Cobos, Velasco, Montulia, Montebello y Destilerías Manolete. Contamos con unas instalaciones, ubicadas en Montilla, de unos 90.000 metros cuadrados. Somos la empresa que más factura en la zona de Montilla-Moriles, superando en un 35 por ciento al segundo. El 80 por ciento de nuestra producción es propia. Es verdad que algo de vino tenemos que comprar fuera porque nuestras ventas son muy elevadas y hay muchas dificultades desde la Unión Europea para que haya más viñedo.
—La firma ha diversificado su oferta incorporando a sus vinos clásicos otro tipo de licores y anisados. ¿El futuro pasa por ahí?
—Nosotros estamos innovando mucho. Acabamos de sacar al mercado una nueva línea, llamada Montulia, y otros tipos de vino de las variedades pedro ximénez, chardonnay y moscatel. El mundo gira ahora de otra manera y no puedes quedarte estancando en los vinos generosos, que están muy bien, pero no van a más. Hay que sacar vinos afrutados para fomentar el consumo entre la población más joven. Hemos estado recientemente en el Salón Vinoble de Jerez de la Frontera, que es la cita más importante en España en cuanto a los generosos, y que tiene un carácter puramente profesional, frente a lo que estamos acostumbrados aquí.
—¿Cuáles son sus principales mercados?
—La mayoría de nuestros clientes se encuentran en el territorio nacional. Hace un año y medio retomamos nuestro proyecto de comercializar nuestros productos fuera de España. Hemos hecho operaciones en el continente asiático y en el europeo.
—¿Qué objetivos se marcan para el futuro?
—Uno de los más importantes es incidir en la exportación, que están en auge y queremos crecer ahí, aunque sabemos que es un proceso complicado También queremos seguir trabajando en adaptarnos al mercado con el fin de cada vez más gente joven consuma los vinos de la zona. Hay que tener en cuenta que la Denominación de Origen Protegida llegó a contar con unas 27.000 hectáreas y a día de hoy apenas se superan las 5.000. También queremos potenciar nuestra vinculación con la hostelería con gamas medias y altas, algo que supone un trabajo muy laborioso, pero por el que queremos seguir apostando.
«Hay que sacar vinos afrutados para fomentar el consumo entre la población más joven»
—La Denominación de Origen Protegida atraviesa una profunda crisis desde hace años que se traduce en pérdida de superficie y de cuota de mercado. ¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?
—La Denominación de Origen Protegida está haciendo un trabajo muy importante. Sin embargo, es complicado entrar en un mercado en el que están cambiando los gustos, sobre todo el gusto de los jóvenes. El Consejo Regulador intenta que participemos en las ferias y buscan subvenciones para el sector. Para cambiar la tendencia es necesario ilusionarnos y creer en nuestros caldos, que tienen unas características muy peculiares. Contamos con una uva que aporta un grado de alcohol de forma natural, algo que no ocurre en casi ningún otro sitio del mundo. Se puede decir que son vinos ecológicos.
—¿Cree que fue una buena decisión suspender la edición de este año de la Cata del Vino?
—A todo el mundo nos hubiera gustado que se hubiera celebrado la cata. Sin embargo, las bodegas llevamos unos años en las que nos hemos recibido las subvenciones comprometidas y llega un momento en el que no nos queda más remedio que parar porque, al fin y al cabo, nuestras empresas son negocios. Veo mejor un evento en el que los visitantes vengan a degustar nuestros vinos y a conocerlos, pero no a otras cosas.
—A su juicio, ¿cuál sería el modelo ideal de cata?
—Que las bodegas pongan sus stands para dar a conocer sus productos. No se trata de beber, sino de catar vino. No son casetas de feria.
—¿Será posible retomar la edición de este año en octubre?
—La situación está en 'stand by'. La Denominación de Origen Protegida y el Consejo Regulador están en ello. Si al final tiene lugar este año, seguramente no será una cata como la hemos conocido hasta ahora. El objetivo tiene que ser que la gente conozca nuestros vinos. Los bodegueros buscamos que la cata tenga resultados después de la misma, de forma que el consumo del vino no se reduzca a esos días concretos.
—¿Qué primeras previsiones se manejan para la vendimia que comenzará en apenas un mes y medio?
—Debido a las lluvias de Semana Santa esperamos que la cosecha sea bastante mejor respecto a los últimos años, en los que la producción fue menor, aunque la graduación fue buena.
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