Tribuna abierta
Amiriyya, la almunia de Almanzor en Madinat Al-Zahira
El autor Manuel Ramos analiza la posible relación de los restos hallados en Huerta de Santa Isabel Oeste con la segunda residencia del 'hagib'
La Arruzafa: el barrio maldito de Córdoba, por Manuel Ramos Gil
El término 'Amiriyya', 'Alamiriyya' o 'Alamiría' hace referencia al sustantivo 'Amir', patronímico de Almanzor, utilizándose para nombrar la almunia que perteneció al primer ministro o 'hagib' del califa Hisham II. El problema es que tal almunia apenas es nombrada en los textos musulmanes y cuando raramente aparece, poco se nos dice acerca de cuestiones tales como su emplazamiento, características constructivas o pertenencia.
Pero antes de todo, ¿qué era una almunia? Se trata del precedente remoto de lo que siglos siguientes serán las huertas de Córdoba, de las que conservamos sobresalientes ejemplares como la Huerta de los Arcos. A mitad de camino entre la casa de recreo y la explotación agraria, en la Córdoba musulmana las clases pudientes, y por supuesto todos los miembros de la realeza, adoptan la costumbre de desdoblar su residencia: una casa-palacio en la ciudad donde habitar normalmente, y la almunia, reservada para los periodos vacacionales y estivales, lejos de la bulliciosa Córdoba y más fresca que la casa urbana, al estar enclavada en el alcor de la Sierra y rodeada de jardines y albercas.
Como sabemos, la costumbre de la doble residencia se mantuvo intacta en nuestra ciudad hasta hace pocos años, aunque la nueva clase burguesa, durante el siglo XX, sustituyó las antiguas huertas por los modernos chalets del Brillante, donde sólo se habitaba en verano. Esto ha cambiado hoy en día, y al igual que ocurriera en el periodo álgido del califato, mil años atrás, toda esta zona norte de Córdoba, cuyo nombre sigue siendo un misterio 'Brillante', (que es al-Zahir en árabe, y del que tengo mi propia teoría) se ha convertido en lugar donde habitar durante todo el año.
En 1911 Velázquez Bosco anunciaba a bombo y platillo haber descubierto Alamiriyya al oeste de Medina Azahara, en el emplazamiento y finca de reses bravas que hasta hoy lleva ese nombre erróneo. En efecto, décadas después se constató el error cometido por el gran arqueólogo. En realidad, aquellas ruinas pertenecían a otra almunia, al-Rumaniyya, propiedad del fatá al-Rumí, primer ministro de al-Hakam II, a la que refieren los textos musulmanes en varias ocasiones.
Pero…, ¿por qué este error de interpretación? La respuesta es clara y se basa en la generalizada opinión doctrinal —no compartida por mí—, según la cual, mientras Madinat al-Zahira se encontraba al este de Córdoba, la almunia de Almanzor estaba al oeste de la misma.
Por esta creencia, Ricardo Velázquez Bosco, copiando e interpretando textos musulmanes, escribía: «La casa de campo que Almakari llama Muniat-Alamiriya fue construida por Almanzor no lejos de Córdoba y próxima a Medina Azahara, y estaba rodeada de campos y plantaciones en los que cogía cada año un millar de almudes de cebada para mantenimiento de sus yeguadas y en ella alojó́ numerosos contingentes militares bereberes tras hacerse con el poder». Y en torno a su ubicación añadía: «También es legendario que cuando Almanzor sintió aproximarse la vejez y cayó enfermo, pasaba largos meses en Alamiría, vagando por sus montes para recuperar la salud y buscando yerbas medicinales para sus dolencias».
Todos los datos anteriores, es decir, su posición cerca de Madinat al-Zahra, al oeste de Córdoba y también su cercanía al monte, a la sierra de Córdoba, ha llevado a autores, como el prestigioso arqueólogo Juan Murillo, a identificar Amiriyya con la mal llamada y aún soterrada Almunia de Turruñuelos, visible desde el cielo hoy en día. El mismo autor, sin embargo, puntualiza y reconoce que esa almunia «rompería con la estructura y características típicas de las almunias omeyas cordobesas», llegando a decir que todo aquel emplazamiento de Turruñuelos presenta «características quasi urbanas».
Según mi hipótesis, tales características quasi urbanas, sencillamente, significan que en Turruñuelos estamos en presencia no de una simple almunia, sino ante una verdadera ciudad, la de al-Zahira, que estaba situada no al este de Córdoba, como se ha interpretado o transcrito de algún texto musulmán, sino al este de Madinat al-Zahra. Es decir, en aquellos momentos en los que todo el aparato político-administrativo había sido desplazado a Zahara, esta capital y no Córdoba pudo convertirse en el punto de referencia para localizar el este y el oeste.
Siguiendo con mi hipótesis, la ciudad de al-Zahira, comenzada a construirse por el califa al-Hakam II, como continuación de la ciudad fundada por su padre, a levante de la misma y perfectamente alineada con ella, tenía dos partes bien diferenciadas: el alcázar, fuertemente amurallado, que podría identificarse con la mal llamada Almunia de Turruñuelos; y el arrabal circundante, conocido como el 'arrabal de la Almunia de Almugira', donde en unas ocasiones se levantaron 'ex novo' ciertas almunias y alcázares de los visires de Almanzor, mientras que en otros casos, se renovaron almunias ya existentes, como pudo ocurrir con Amiriyya.
Que Amiriyya estaba no al lado de Madinat al-Zahara sino «al lado al-Zahira» y que era uno de los alcázares de esta ciudad (de su arrabal) lo dice textualmente el gran cronista al-Maqqari. No obstante, tan tajante afirmación plantea grandes problemas a la doctrina mayoritaria que sostiene que al-Zahira se levantó al este de Córdoba, pues admitir las palabras del cronista, sería admitir que en realidad Amiriyya estaría cerca tanto de al-Zahara como cerca de al-Zahira, lo que vendría a significar que ambas ciudades fueron fundadas al oeste de Córdoba.
«Sencillamente [las almunias] fueron cambiando de nombre a la par que iba cambiando el propietario»
Sin embargo, los autores salvan esta supuesta contradicción achacándolo a un simple error de transcripción del autor, acusándolo de confundir las dos ciudades, de modo que escribió al-Zahira, cuando realmente quería decir al-Zahra. ¡Qué extraño! En el resto de la obra Nafh al-tif, al-Maqqari distingue perfectamente las dos medinas y no se confunde en ningún momento.
Según la misma doctrina 'orientalista', Conde también erraría al señalar que los jardines de Alamiría estaban contiguos a los alcázares de al-Zahira. En definitiva, cerca o al lado, pero siempre fuera del recinto amurallado o alcázar de al-Zahira. Esto y no otra cosa es lo que dicen los textos sobre la ubicación de Amiriyya.
Por otra parte, como ya apuntamos, en ningún texto se dice que Amiriyya fuera una fundación de Almanzor, sino más al contrario, parece intuirse que era una propiedad preexistente y que 'ab initio' fue una propiedad califal, como expondremos. Dicen los textos: «…Y construyó al-Man r, sobre el camino de al-Zāhira, suntuosos y magníficos alcázares y lugares de recreo, como la Dat al-Wadiyin (Entre dos ríos) y las almunias Urtanilla (Huertecilla) y al-Sur r (Alegría) y otras instalaciones insólitas». Se refiere claramente a obras de nueva planta, pero si os fijáis, de Amiriyya no se dice nada, quizá, porque llevaba construida décadas.
Así lo indica el mismo Conde al señalar que Amiriyya, en realidad, fue un regalo que hizo Hishan II a su primer ministro Almanzor con motivo de las bodas de su hijo, en lo que coincide en los sustancial con Simonet. Por lo tanto, Amiriyya ya existía.
Denominaciones
Curiosamente, la fecha en la que se hace este regalo es el año 978, precisamente el mismo año en el que el primer ministro al-Mushtafi, antecesor de Almanzor, cae en desgracia y sus bienes son confiscados por el estado califal, entre ellos, su imponente almunia que hasta ese momento era conocida como al-Musthafiyya, en honor a aquel. Según las fuentes, esta almunia había sido previamente una propiedad califal llamada Dimasq (Damasco) y estaba situada en la zona de la Arruzafa, es decir, en la zona noroccidental de Córdoba, que es donde se encuentra Turruñuelos. ¿Acaso la almunia Amiriyya y al-Musthafiyya eran la misma cosa ? ¿Simple coincidencia...?
Pues una coincidencia más. Cuando se produce la destrucción de al-Zahira, los textos nada refieren a la almunia de Amiriyya, lo cual resulta bastante extraño, porque si era el bastión, el símbolo del poder amirí, allí debería haberse dirigido la furia del pueblo el día de la rebelión. Pero como digo no existen referencias expresas a ella en ninguna de las obras que tratan aquel episodio. ¿Y si realmente sí que existen referencias a Amiriyya, pero bajo otra denominación?
En efecto, eso es lo que sospecho. Cuando Ibn Idari relata el final de al-Zahira, nos dice que el saqueo comenzó por una almunia muy significativa, al-Hayyibiba, propiedad del hayib, el hijo de Almanzor y su sucesor al-Muzaffar. Recordemos que en aquel año 1009, Almanzor llevaba muerto siete años. Nos dice el cronista, a propósito de la ubicación de esta almunia, que estaba situada «al lado de Madinat al-Zahira, en el exterior de su muralla», coincidiendo exactamente su posición con la de Amiriyya, según hemos visto.
«En Turruñuelos estamos en presencia no de una simple almunia, sino ante una verdadera ciudad, la de al-Zahira»
Y por si alguna duda podría quedar, apostilla el cronista con la afirmación de que en esta almunia los asaltantes encontraron, nada más y nada menos, que a la esposa de Almanzor, usufructuaria y depositaria de sus bienes en su testamento y a su nieto.
¿No son ya muchas casualidades? Por ello, creo todas (al-Musafhiyya, al-Hayyibiba y Amiriyya) son en realidad la misma almunia. Sencillamente fueron cambiando de nombre a la par que iba cambiando el propietario, lo cual era costumbre extendida entonces.
Sospecho que Almanzor, una vez encumbrado en el poder, mantuvo una doble residencia, la privada llamada Amiriyya, regalo del califa, fuera de los muros de la ciudad de al-Zahira y, en segundo lugar, la residencia oficial, el alcázar de al-Zahira, donde el caudillo no permite residir a nadie salvo, quizá, su núcleo familiar íntimo, dedicando sus estancias y pabellones, además de a su harem y tesoro, a las tareas administrativas y de representación del poder amirí. De ahí que los poetas cantaran las bondades de ambas residencias, contiguas pero distintas.
«¡Al-Zāhiriyya resplandecía con botes de recreo y al-'Āmiriyya estaba poblado de luceros!»
Pues bien, con estas premisas y por supuesto, con todas las cautelas, hace escasos meses, podría haber salido a la luz la almunia de Amiriyya, o más bien, parte de la misma, e identificarse con el imponente complejo dotado de grandes muros y bellos patios empedrados aparecidos en la Huerta de Santa Isabel Oeste, a no más de 500 metros de Turruñuelos y alineado perfectamente con este complejo.
Se trata de «una instalación agropecuaria andalusí»… «Un gran edificio vinculado a la cría de caballos», dijeron a ABC desde Urbanismo cuando este periódico desveló esos restos hallados en la urbanización del sector. Pese a la importancia de tal hallazgo, que podría entroncar directamente con los orígenes del caballo español, con la figura de Almanzor y el momento álgido del califato, el gran descubrimiento ha sido silenciado y sepultado («y en el subsuelo permanecerá, salvo que se decidiera en algún momento excavar esos restos para que se pusieran en valor»). Una pena.
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