Hazte premium Hazte premium

Tractoradas

Agricultores de Córdoba asfixiados por la burocracia: «Para tener una finca hace falta un abogado»

Los profesionales piden que «se les deje trabajar» sin perder tiempo

Tractoradas en Córdoba: unos 500 vehículos llenan el Arenal para pedir medidas que protejan al campo

Una mujer aplaude a los tractores que llegan para la concentración Valerio Merino
Luis Miranda

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Andrés de Paula Arjona Martín salió de Fernán Núñez a las 7.30 de la mañana en su tractor. No tomaron por la A-45, sino por la N-331, la antigua carretera de Málaga, hasta la Cuesta del Espino. Allí se les unieron agricultores de San Sebastián de Los Ballesteros y de La Victoria que habían llegado hasta Aldea Quintana para bajar, junto con la gente de La Carlota, hasta la capital, donde tenía que coincidir todo el mundo.

Desde la Cuesta del Espino siguieron por la A-4 para llegar a El Arenal después del mediodía. «Esto no es sostenible y no hay quien pueda llevar el campo, con la subida de los gastos», cuenta. La lista de costes es larga: el gasoil, los fertilizantes, la maquinaria agrícola y todo lo que cuesta una cosecha.

El peso de la normativa es demasiado grande, y en eso coincide con los demás: «Dicen cómo tenemos que criarla, cuando eso siempre ha sido sostenible». Andrés de Paula Arjona Martín se dedica a los cereales y al olivo, omnipresentes en la Campiña de Córdoba.

«Las cubiertas vegetales y el forraje se nos escapa de las manos y el olivo se nos viene abajo», asegura. En Córdoba la lluvia no abunda, y menos en este tiempo, y eso repercute. El procedimiento de la reja, por ejemplo, sería una forma de que los cultivos tengan agua y respiren, pero eso está prohibido.

«Si hago un trabajo con un mulo tengo que pedir más, y el agricultor ya tiene muchos costes», dice Antonio Lara

Junto al estadio esperaban más agricultores desde primera hora de la mañana. Agustín Barragán había llegado desde Montoro y se confesaba «asfixiado, con tantos impuestos y normas nuevas». Él se dedica al olivar tradicional y cree que las nuevas generaciones sufrirán mucho más que ellos.

Las cosas no están bien debido a la falta de lluvia y la rentabilidad es cada vez menor: «Me parece muy bien que siembren el superintensivo, pero el tradicional, que tiene otros costes de trabajo, debería tener ayuda. Nos quieren arruinar y ya estamos a las puertas», insistió. Tiene 3.000 olivos, pero es él quien se ocupa de trabajar. La situación actual lo pone muy difícil por la documentación. «Para llevar una finca hoy hace falta un abogado para todos los papeles que hay que hacer», se lamenta.

En la conversación tercia pronto Antonio Lara Pérez, que también llega de Montoro, pero que se dedica a la ganadería, sobre todo a la cría de mulos, al ganado caballar. Siguen siendo muy necesarios para el olivar de Sierra, porque acceden donde no pueden las máquinas y ayudan al transporte. «Hacen falta para sacar las aceitunas de las laderas y para arar, que es el trabajo que siempre tuvieron esos animales», resume. Y, como los demás, se queja de que les asfixian.

Los mulos comen cereales, y el precio ha subido mucho. «Voy a hacer un trabajo, y le tengo que pedir al agricultor una cantidad que ahora tengo que cobrar un poco más, y al agricultor ya no le interesa, porque no puede, y porque ya añaden muchos más costes en su explotación», asegura. También se queja de los impuestos y del aumento en los controles sanitarios. Blanca es una agricultora con 38 hectáreas de olivos, almendros y oleaginosas, entre otros. Cada año va a peor y se queja de no poder marcar sus precios.

La mano de obra especializada, con la formación que se necesita, no abunda y eso no ayuda a los agricultores

Rafael Cabrera tiene un olivar en La Carlota con una almazara en la que moltura su propia aceituna. Se queja de que el producto que llega desde el extranjero tiene condiciones mejores, «sin aranceles, sin contingentes, sin control».

Para él, el trigo y el cereal que han llegado de Ucrania han hundido los precios en Córdoba y los agricultores se ahogan en burocracia. También falta mano de obra con cierta capacidad y la formación que se requiere, porque no hay demasiada vocación para el trabajo agrícolas. Sólo pide, como los demás que los dejen trabajar como siempre hicieron.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación