¡A remunicipalizar!

Necesitamos el Alcázar, segundo monumento más visitado, al máximo de posibilidades para combatir la baja estancia media

Imagino a algunos miembros del cogobierno PSOE-IU versionando a Paco Ibáñez al llegar cada día a Capitulares: «¡A remunicipalizar, a remunicipalizar; hasta enterrarlos en el mar…!». Están encorsetados en clichés de una España en blanco y negro que hoy sólo existe en sus mentes: «La derecha es mala»; «guerra al capitalismo»; «OTAN no; bases fuera»… A falta de competencias para sacarnos de la Alianza Atlántica, la han tomado con el PP y las empresas privadas, aunque las patadas que quieren propinarles en el trasero a veces acaban en las nalgas de todos nosotros. Es lo que ha pasado con el Alcázar. El pasado mandato, los populares apostaron por su gestión público-privada. Se le sacó tanto partido que hasta abría los lunes, hecho paranormal en un monumento de la Administración. Luego, llegó el bipartito y mandó parar.

El 31 de julio, informó de que el contrato con la firma que explotaba esta joya histórica no se podía prolongar más, según los Servicios Jurídicos del Consistorio, y que fue prorrogado irregularmente por el PP. Lo lógico en una urbe que quiere, y necesita, al turismo tanto como un edil de IU a su retrato del Che hubiera sido iniciar deprisa otro concurso, con los cambios que se estimaran oportunos, para hallar un cogestor para nuestro segundo monumento más visitado. Pero eso no pasó. La coalición de izquierdas irrumpió para advertir de que estudiaban la fórmula para explotarlo en solitario. Con el único paracaídas del mantra «Lo público es mejor», el Ayuntamiento se lanzó al vacío. Y se estrelló contra el convenio colectivo municipal, que restringe mucho la apertura del Alcázar, y contra sus limitaciones, por normativa, para contratar personal.

Así, desde primeros de agosto, a diferencia de lo que pasaba hasta entonces, este monumento ha cerrado por las tardes y los lunes. Con el inminente horario de invierno, la cosa mejorará. Eso sí, la peor parte se la llevará el espectáculo nocturno del Alcázar. Desde hoy y hasta el 15 de diciembre, se prevén siete pases por semana frente a los 23 que había. Pese a semejante éxito, ahí siguen los socios de gobierno intentando decidir un sistema de administración. La cosa ha llegado a tal punto que la alcaldesa, la socialista Isabel Ambrosio, ha apagado su habitual modo «oso amoroso» y ha advertido de que esta joya histórica debe volver a la normalidad.

Falta le hace a una ciudad cuyo potente sector turístico se resiente del talón de Aquiles de la baja estancia media. Necesita todos sus atractivos al máximo de sus posibilidades, sobre todo los nocturnos. El objetivo es que el visitante se quede un día más de lo que había previsto en el «Hotel José». Y que en esas 24 horas extra compre un cordobán en «Recuerdos Miguel» y que repita cena en «Taberna Rafael». José, Miguel y Rafael son esos pequeños empresarios por los que PSOE e IU aseguran desvivirse. Mejor sería que les apoyaran menos de boquilla y más con hechos, como recuperar el horario del Alcázar.