Marco Augusto Dueñas, el mármol eterno

Como si el destino quisiera enseñarle el camino desde el principio, Marco Augusto Dueñas tiene un nombre que parece predestinarse para la escultura en mármol . La primera obra que salió de sus manos fue a los 17 y representaba al fundador de la CNT, Juan Sánchez de Rosa , pero pronto encaminó su obra por otros caminos, sobre todo cuando la Casa Real le encargó un busto de Don Juan de Borbón . Entonces empezó su carrera que acaba de escribir una nueva página con la primera estatua para el fundador de Córdoba, Claudio Marcelo . La obra perfecta para un autor acostumbrado al canon clásico de la escultura y que empieza reivindicando el l egado, no sólo de Roma , sino también de Castilla y de la cultura judía en la ciudad.

Marco Augusto Dueñas se formó en la Escuela de Arte Mateo Inurria y aunque vive también en Sotogrande y Pietrasanta, en la Toscana , siempre tiene presente a Córdoba, la ciudad en que nació en 1971. Precisamente en su casa italiana tiene cincuenta esculturas con personas que han marcado la historia de la ciudad , cada una de tres metros de altura.

Tiene obras en las hornacinas que dibujó Miguel Ángel para el Vaticano : San Marón y Santa Rafaela María , la fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón, nacida en Pedro Abad. «Soy el último escultor que ha colocado obras en esa hornacina», cuenta mientras habla de sus obras en Beirut y Miami , de su candidatura al prestigioso premio Fratelli Roselli de escultura o del proyecto de dar un curso de escultura a invidentes este verano en la Universidad Sacra de Florencia .

Marco Augusto Dueñas habla de una ciudad con claroscuros . «Aunque vivo más fuera que dentro de Córdoba, me parece la niña más bonita, pero la peor vendida , aunque es cierto que se están haciendo cosas», dice para reconocer que «s e vive bien y la gente no quiere irse ». Y todavía critica: «Es una madre que no siempre da de comer a los mejores de entre sus hijos».