Los partidos se financian en Córdoba con dinero municipal sin control

La Corporación municipal de Córdoba cerrará su mandato en 2015 autorizando la próxima semana el visto bueno a las cantidades económicas recibidas en concepto de subvenciones y que acaban en las arcas de los partidos políticos sin que exista un control exhaustivo de estas cantidades. Durante este mandato, se dieron algunos pasos relativos a dotar de transparencia a la entrega de miles de euros a los grupos municipales, supuestamente para financiar sus actividades, pero que acaban en su práctica totalidad en manos de las organizaciones políticas.

El informe de Intervención alerta de que el Pleno estableció la presentación anual de una cuenta justificativa del dinero que reciben los grupos municipales, pero que no generó un procedimiento para controlar que esa información es correcta. El servicio de fiscalización ha adjuntado un documento en el que asegura que no tiene acceso a la contabilidad real de los grupos, a los pagos, talones o facturas y que en esas condiciones no hay ninguna posibilidad de saber si los datos son ciertos o no.

La realidad es que los grupos municipales no quieren ser controlados. De los 526.000 euros recibidos por el PP entre 2012 y 2015, 349.000 euros fueron directamente a las arcas del partido como una subvención. Solamente en 2014, los socialistas recibieron, como IU, unos 58.000 euros para financiar las actividades de sus concejales. Pero lo cierto es que 55.000 euros fueron directamente al PSOE.

Los informes municipales sobre este asunto son bastante claros. Si bien la ley de partidos entiende que las aportaciones a los grupos parlamentarios se consideran parte del dinero de un partido, las subvenciones que otorga el Ayuntamiento de Córdoba son finalistas y se tienen que justificar individualmente.

Los partidos nunca lo han hecho ni pretenden hacerlo. De hecho, en esta Corporación existe el problema añadido de que uno de los grupos no tiene detrás un partido, Ganemos, sino una agrupación de electores -que se extingue tras los comicios. La opción ha sido la de crear una asociación que, en principio, no tiene el abrigo de la ley de partidos. Las formaciones políticas son auditadas por el Tribunal de Cuentas que ya ha reclamado que las subvenciones finalistas se dediquen específicamente a los objetivos con las que se entregan.