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Crónica negra de Córdoba

La orgía criminal de «Cintas Verdes»

El 27 de mayo de 1890, José Cintabelde mató a cuatro personas en la finca «El Jardinito» y y les robó para ir a los toros

La orgía criminal de «Cintas Verdes» archivo

d.d.

Dentro de dos semanas se cumplirá el 125 aniversario negro del denominado crimen de «Cintas Verdes», un macabro asesinato múltiple que recoge el libro «Crónica negra de la historia de Córdoba. Antología del crimen», escrito por el exmagistrado de la Audiencia Provincial de Córdoba Antonio Puebla Povedano y el comadante de artillería en la reserva José Cruz Gutiérrez. En el mismo, sus autores «exhuman» con escrúpulo crímenes que ocuparon la portada de los periódicos y las revistas de su tiempo.

El fatal suceso tuvo lugar el 27 de mayo de 1890. Aquella tarde se anunciaba en la plaza de toros de los Tejares un cartel encabezado por Lagartijo, El Espartero y Guerrita.

José Cintabelde, a quien en Córdoba conocían por «Cintas Verdes», deformación fonética de su primer apellido, no quería perderse por nada del mundo el espectáculo, pero no tenía para la entrada, aunque sí sabía donde encontrarlo. Durante un tiempo, su compañera sentimental había estado trabajando para los propietarios de la finca «El Jardinito», muy famosa por entonces por sus ricas naranjas. «Cintas Verdes» conocía a ciencia cierta que la capataza, Antonia Córdoba, tenía dinero en su poder y, sin dudarlo, se dirigió hacia la parcela.

En la huerta, se encontró con la citada señora, que estaba con sus dos hijas de dos y seis años. También estaba el guarda de la finca. El homicida les comunicó su intención de comprar naranjas y, aprovechando que las tres féminas se marcharon, cuando el guarda estaba recogiendo los frutos para vendérselos, le asestó seis navajazos que lo dejaron herido de muerte.

A continuación, «Cintas Verdes» se dirigió a la casa. A la capataza le propinó un disparo que le destrozó la mejilla, aunque no acabó con su vida. Una de sus hijas, la mayor, que presenció la escena, trató de huir, pero el delincuente le dio alcance y la degolló. También mató de la misma manera a la pequeña de dos años. Aunque intentó rematar a Antonia, ésta logró sobrevivir y fue su testimonio el que llevaría al criminal al patíbulo, el último que tuvo lugar en Córdoba.

«Cintas Verdes» fue detenido cuando salía del coso de Tejares porque, sin ningún remordimiento y con el dinero que robó en la finca (145 pesetas) se había ido a ver el espectáculo taurino.

La orgía criminal de «Cintas Verdes»

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