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TRAS LA INTERVENCIÓN EN 2010

Cajasur queda en paz con el Estado

Kutxabank devuelve los 2.693 millomes que el FROB prestó y que apenas utilizó

Cajasur queda en paz con el Estado roldán serrano

RAFAEL RUIZ

El Estado, todos los españoles, saldrá de Cajasur durante 2015 con el vencimiento del último de los instrumentos de protección creados tras la intervención de la antigua caja de ahorros de la Iglesia allá por el 21 de mayo de 2010 a cargo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Si el calendario y las determinaciones que se diseñaron en su día se cumplen, la Administración dejará de disponer de todos en las cuentas de la entidad bancaria propiedad del grupo financiero Kutxabank con el vencimiento del Esquema de Protección de Activos (EPA) creado en su día para hacer viable la compra del activo y el pasivo de la la caja cordobesa.

Hay un dato relevante. Cajasur no llegó a disponer de la mayor parte del dinero que el Gobierno de Zapatero puso a disposición de los nuevos gestores para solventar la situación.

Cerrado este proceso, el Estado habrá ofrecido a Cajasur 2.693 millones de euros, o lo que es lo mismo 448.000 millones de las antiguas pesetas. La cifra da miedo pero hay que realizar varias salvedades.

Estos fondos se han recuperado o nunca se han utilizado, mientras que los procesos de rescate bancario han costado hasta el momento 107.913 millones de euros, que es precisamente lo que ha disparado la deuda pública del Reino de España. El rescate más caro fue el de la antigua CAM (24.861 millones) seguida por Bankia, con la que la CAM se fusionó, con 24.861 millones de euros.

El Estado no tiene presencia institucional, decisoria, en Cajasur salvo en los mecanismos regulatorios del sistema bancario, comunes a todas las entidades. Pero sí sigue ofreciendo dinero.

En 2015, vencen los 392 millones de euros del Esquema de Protección de Activos ofrecidos en su día contra las pérdidas por deterioro de un grupo de bienes y empresas que la caja tenía en su balance y que se consideraban como tóxicos. Efectivamente, estamos hablando del ladrillo.

Pérdidas cubiertas

El dinero utilizado -que llegó todo a finales de 2012- ha pagado intereses y comisiones al FROB (unos tres millones de euros, aproximadamente. Pese a tener un nombre complejo, el EPA es simplemente un crédito de dinero público con carácter finalista. El pago de las cantidades finales tiene que realizarse tres meses después de la fecha de vencimiento. Todo, comisiones incluidas, tiene que estar abonado a finales del mes de agosto.

Con la entrada de BBK en Cajasur, la entidad vasca tuvo que hacerse cargo de los 800 millones de euros que el FROB metió en la cordobesa con el objetivo de fortalecer sus graves problemas de capital.

En segunda instancia, Kutxabank canceló el préstamo de 1.500 millones de euros con el que el Estado quiso facilitar liquidez a Cajasur. En momentos de crisis bancaria, la ausencia de billetes dispuestos al público es lo que genera el pánico y la fuga de clientes.

El Gobierno ha reconocido en una respuesta parlamentaria reciente que el grupo financiero cerró esa línea de tesorería. A estos efectos, Cajasur se financia hoy como una entidad financiera más. La realidad se encuentra en un informe del Tribunal de Cuentas. BBK nunca hizo uso de los 1.500 millones de euros de liquidez para dar cobijo a Cajasur.

Esa línea de crédito ya no existe con lo que el saneamiento de la entidad supuso, en realidad, mucho menos dinero del que aparecía en los titulares. Los 2.693 millones iniciales fueron, en realidad, algo menos de 1.200 millones.

Todas aquellas ayudas, según el expediente remitido a la Unión Europea, tenían la contrapartida de una reforma interna, una reestructuración, que supuso bajas entre la plantillade Cajasur, una reformulación de las sucursales y una etapa de ajuste del cinturón que han generado, por ejemplo, una enorme reducción en la política de altos cargos. Ahora mismo, la entidad solamente reconoce tres altos directivos en nómina.

La entidad financiera cordobesa, integrada en Kutxabank, se deshizo de una gran parte de esas malas inversiones inmobiliarias del pasado por medio de una sociedad instrumental, Neinor Barria, que ahora ha vendido a un fondo texano, Lone Star.

La operación ha supuesto unos 930 millones de euros aunque los activos de la sociedad estaban calculados en 1.500 millones de euros. Un 40 por ciento de todo ello correspondía a los fallidos de Cajasur, que ganó dinero a espuertas a caballo de la burbuja inmobiliaria y acabó intervenida cuando el mercado dijo que dejaba de financiar la fiesta.

Cajasur queda en paz con el Estado

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