Carmen Martínez Aguayo, la ex consejera que hizo de pararrayos de Griñán en el fraude de los ERE
La ex responsable de la Junta de Andalucía declaró que no pasó los informes con advertencias a su jefe con tal de salvarlo... y acabó condenada también
La ponencia del TC propone anular también la malversación de la número dos de Griñán
Carmen Martínez Aguayo (Madrid, 1953) se convirtió en el ángel de la guarda del expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán. En un gesto desesperado por alejarlo del foco de la investigación judicial del caso ERE, cuando el sumario abría un día sí y otro también los telediarios, se autoinculpó al asegurar que no había trasladado a su jefe, por entonces consejero andaluz de Hacienda, los informes del interventor de la Junta de Andalucía que alertaban de las irregularidades en el sistema de ayudas a empresas ideado por el Gobierno andaluz que supuso una malversación de casi 680 millones de euros de fondos destinados a luchar contra el paro, según determinaron la Audiencia Provincial de Sevilla y el Tribunal Supremo.
El sacrificio político y personal de la que fuera consejera de Hacienda entre 2009 y 2013 y anteriormente viceconsejera y ‘número dos’ de la misma cartera no sirvió para librar a su superior de una condena firme. Tampoco ella saldría indemne con aquel gesto de lealtad inquebrantable. Esta médica de familia ya jubilada ha pasado año y medio encerrada en una prisión por este caso de corrupción, menos de un tercio de los seis a los que fue condenada, como su anterior jefe, por malversación.
A principios de junio, consiguió el tercer grado, un régimen de de semilibertad que le ha permitido abandonar la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) donde cumplía su castigo. Desde entonces acude al Centro de Inserción Social Jiménez de Asúa de la capital andaluza únicamente para dormir.
Martínez Aguayo fue la primera de los ex altos cargos socialistas en pisar la cárcel para cumplir la condena de seis años de prisión por malversación en el caso de los ERE. Entró en el centro penitenciario el 28 de diciembre de 2022, curiosamente el Día de los Inocentes.
Nadie ha arriesgado tanto en esta causa como ella, para proteger a su superior. Con tal de salvar a Griñán de las duras críticas a las que le sometieron cuando las llamas de la investigación judicial cercaban los despachos oficiales del Gobierno andaluz. Ella no dudó en hacerse el harakiri político con una confesión tan desconcertante que en cualquier país del norte de Europa habría precipitado la presentación de su renuncia inmediata. «Yo recibí los informes y nunca se lo comenté», reconoció Aguayo sobre las contundentes advertencias del interventor de la Junta, dirigidas a Griñán, contra el sistema de ayudas a prejubilados.
Martínez Aguayo, leal hasta el final con su líder, puso la mano en el fuego por el expresidente andaluz... y ha acabado quemándose. Es cierto que en aquellos momentos había un proceso de instrucción, pero aún quedaba un largo camino para que aquellas investigaciones pudieran acabar en un juicio y, finalmente, en una condena. Esas declaraciones públicas han pesado como una losa en su defensa.
No leía los informes
En aquella rueda de prensa de autoinculpación posó al lado de un carrito de supermercado cargado de archivadores. «¿Alguien piensa que yo me leo todo eso?», dijo a los periodistas. Era un golpe de efecto para ganarse a la opinión pública que tenía una incidencia negativa en su defensa legal. Eso sí, con otros consejeros no tuvo el mismo criterio que con Griñán: señaló que José Antonio Viera y Antonio Fernández tenían responsabilidad política «sin duda», haciendo saltar por los aires el férreo guión del PSOE en el caso.
Licenciada en Medicina y Cirugía y especializada en Puericultura y Medicina Familiar y Comunitaria, antes de entrar en la Consejería de Hacienda había sido directora gerente de la Fundación Progreso y Salud y ocupó diversos cargos de responsabilidad en el Servicio Andaluz de Salud como directora gerente (1996-2000), directora general del Insalud (1994-1996) y subdirectora general de Atención Especializada de este órgano. Tras su paso por la política volvió a su actividad profesional como médico de atención primaria. Pese a tener menos implicación que otros condenados, Aguayo no ha recibido la misma solidaridad que otros cargos del partido, especialmente el expresidente Griñán.
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