ENTREVISTA
«La 'lagarta peluda' provocará cinco millones en pérdidas este año en el Parque de Los Alcornocales»
Juan Manuel Fornell, director conservador de este parque natural, reconoce que la plaga de esta oruga afecta ya a 55.000 hectáreas del mayor bosque de alcornoques de toda Europa
El Gobierno no autoriza a fumigar con el producto solicitado por la Junta para mitigar el daño en el mayor productor de corcho, con más del 15% de la producción mundial
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Juan Manuel Fornell, director conservador del Parque Natural de Los Alcornocales
—El de Los Alcornocales es un parque natural es un gran desconocido en Andalucía, ¿cómo es y cuál es su estado de conservación?
—Es único. Sus más de 168.000 hectáreas de superficie lo convierten en uno de los mayores de Andalucía ... y España, con la característica de que no tiene ningún núcleo de población en su interior. A ello se une la presencia de los alcornoques. Estamos ante el mayor bosque de alcornoques de Europa, que además sirve de base para la presencia de numerosas especies animales.
Está sufriendo, como otros muchos espacios naturales, las consecuencias del cambio climático. Sin embargo, los mayores riesgos para su conservación vienen de la mano del exceso de carga de herbivoría (ciervos, gamos y cerdos asilvestrados). Este aumento de carga ganadera provoca poca regeneración natural en los montes. Desde la Junta de Andalucía se están haciendo importantes esfuerzos por asegurar la regeneración natural del ecosistema y los resultados son halagüeños.
—La Junta lo ha definido como una joya medioambiental en Andalucía...
—Esta afirmación es incuestionable. El hecho de ser el mayor bosque de alcornoques de Europa ya refrenda, por sí mismo, esta afirmación. A ello se une la presencia de numerosas especies de helechos protegidos, así como el alimoche, en peligro de extinción o la presencia de canutos (formaciones boscosas de laurisilva) que son reminiscencias de los ecosistemas presentes en estas latitudes durante la era terciaria. Sí, estamos ante una joya medioambiental de Andalucía.
—¿Qué importancia tiene el sector del corcho, tanto a nivel económico como ambiental?
—La actividad corchera es fundamental para la conservación de este parque natural, ya que permite que estemos ante un ecosistema productivo, base de la actividad económica de muchas poblaciones de alrededor. Aunque la extracción del corcho se lleva a cabo durante el verano, es necesario realizar numerosas actividades previas y hay un importante sector forestal ligado al corcho que permite el mantenimiento de muchos empleos en localidades como Alcalá de los Gazules, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera o Cortes de la Frontera. Según las estimaciones de producción del Parque Natural de Los Alcornocales andamos en torno a los 8.864.000 kilos de corcho para este año 2023, configurándose como el mayor productor mundial de este material, con más del 15% de la producción mundial de corcho.
Imagen de un ejemplar de la 'lagarta peluda
—La plaga de la 'lagarta peluda' parece imparable ¿Hay algún dato sobre los estragos que está causando?
—La presencia de la plaga de 'Lymantria dispar' –conocida vulgarmente como 'lagarta peluda'– es un gran problema socioambiental para este parque natural. Es cierto que es una plaga que aparece periódicamente pero también que, en ocasiones anteriores, los gestores forestales han dispuesto de herramientas para combatirla. En el último episodio, que venimos sufriendo en estos años, el producto autorizado, y que venimos empleando en estos últimos tres años, no ha sido efectivo para frenar su avance, habiendo pasado de 20.000 hectáreas afectadas hace tres años a las 55.000 actuales. Ello ha supuesto que numerosas las operaciones de descorche no se han podido ejecutar. Sólo este año estimamos que no podrán llevarse a cabo unas 40, lo que supondrá unas pérdidas que superarán los cinco millones de euros en el conjunto del parque.
Desde el punto de vista ambiental, el ataque de la 'Lymantria dispar' supone un esfuerzo extra al alcornoque, que debe volver a recuperar la hoja. Esto, unido sequía, provoca un aumento de los riesgos de muerte de estos ejemplares, con el consiguiente perjuicio para todo el ecosistema.
—¿Hay un plan B tras la negativa del Gobierno a fumigar con 'Dimilin'?
—Actualmente no podemos hacer más que lo que nos dejan, que es tratar de combatir la plaga con el único producto que tenemos autorizado, el 'Bacillus thuringiensis'. Ya en 2022, ante unos resultados de 2021 que no fueron satisfactorios, se cambió la metodología para tratar de combatir a la 'Lymantria dispar' en las zonas con mayor presencia, en las que se dieron varias pasadas con el producto, pero aún así la plaga ha continuado con su expansión.
Este año se están llevando a cabo tratamientos aéreos en varios montes públicos, en los que estaba previsto descorchar, para comprobar si mediante sucesivas aplicaciones puede evitarse la defoliación del alcornoque, sin que hasta la fecha se puedan dar resultados de su aplicación al estar aún en proceso.
Paralelamente, en zonas cercanas a núcleos urbanos, se están llevando a cabo tratamientos terrestres para evitar afecciones sobre la población, ya que, si bien con carácter general no provoca ningún problema de salud, sí genera un importante impacto en el día a día de estas personas por la presencia masiva de orugas en las casas.
Equipos técnicos de la Consejería siguen estudiando y analizando las posibles alternativas al producto actualmente autorizado por el Ministerio y tratando de mejorar la eficiencia en la aplicación del 'Bacillus', pero las limitaciones de productos y medios aéreos para el tratamiento siguen estando presentes.
—La 'seca' es otro frente abierto...
—Es un fenómeno muy complejo y no es exclusivo del Parque Natural de Los Alcornocales, ni tan siquiera del alcornoque. En nuestro caso, la pérdida de alcornocal es evidente y grave, y se traduce en una pérdida considerable de producciones de corcho.