El Campo de Gibraltar entra en pánico ante el futuro blindaje de la Verja
La entrada en vigor de los nuevos controles Schengen, prevista para el 10 de noviembre, podría aplazarse a petición de Francia, Países Bajos y Alemania
El alcalde de La Línea vaticina un caos circulatorio y un enorme impacto para la ciudad, y agentes sociales y económicos piden a Albares una moratoria de dos meses
Juanma Moreno aboga por un tratado para Gibraltar en el que no ganen los gibraltareños y pierdan sus vecinos
![Imagen de peatones y conductores en la Verja para entrar a Gibraltar desde La Línea](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/11/aduana-gibrlatar8-sergio-RF25rpWj6twS3m07Oc5PikI-1200x840@diario_abc.jpg)
La entrada en vigor del nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES) del espacio Schengen y el nuevo Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS, por sus siglas en inglés), prevista para el 10 de noviembre, podría aplazarse hasta nuevo dictamen ... de la Comisión Europea.
La petición de cambio surge de Francia, Países Bajos y Alemania, que afirmaron, durante la celebración del Consejo de Ministros de Interior en Luxemburgo, no estar aún preparados para lo que implican los nuevos controles.
Fuentes del Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska aseguran que España «ya lo tiene todo dispuesto» en la Aduana de La Línea de la Concepción con Gibraltar para que el nuevo operativo eche a andar. En cualquier caso, la Comisión Europea ha de pronunciarse sobre el nuevo horizonte, sin que se descarte «una aplicación flexible, a distintas velocidades, según los países».
En cualquier caso, el nuevo sistema provocará importantes retenciones en la Verja debido a las comprobaciones y controles biométricos que tendrán que pasar los residentes en Gibraltar y ciudadanos no comunitarios cada vez que entren y salgan del Peñón. Ello derivará en retenciones en el tránsito de los alrededor de 15.000 trabajadores transfronterizos —la práctica totalidad españoles—, que cruzan a diario el paso aduanero para trabajar en la colonia británica y que viven a este lado. A eso habrá que sumar el tránsito de mercancías y la entrada y salida de centenares de turistas cada día.
El Campo de Gibraltar, la comarca gaditana que linda con el Peñón y cuya dependencia económica del mismo es considerable, había entrado en pánico después de que el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmara el pasado miércoles a la Junta de Andalucía y a los alcaldes de los ocho municipios que la integran, que si Reino Unido no firmaba antes con España el tratado para posibilitar el encaje del Peñón en la UE, dichos controles entrarían en vigor el 10 de noviembre, fecha que ahora podría retrasarse.
En torno al 15% del Producto Interior Bruto (PIB) del Campo de Gibraltar procede de la actividad económica y comercial con el Peñón gracias a la actual fluidez en el tránsito de personas y mercancías por la Verja. Comerciantes y hosteleros del Campo de Gibraltar tampoco ocultan su preocupación: los gibraltareños suponen una parte importante de sus ganancias.
Especialmente preocupado se ha vuelto a mostrar el alcalde del municipio situado junto a Gibraltar, La Línea de la Concepción, separados por una Verja y por un abismo en lo que a renta per cápita y bienestar se refiere. Juan Franco vaticina «un colapso circulatorio bestial».
Pesimismo
El regidor del municipio gaditano que más padece la servidumbre del Peñón cree «altamente improbable» que Reino Unido llegue antes del próximo 10 de noviembre a un acuerdo con España para firmar un tratado sobre Gibraltar. De lograrlo, la Verja desaparecería —eso es lo que pactaron Madrid y Londres en el Acuerdo de Nochevieja de 2020— y dichos controles no serían necesarios. Se facilitaría el libre tránsito de personas y mercancías entre ambos territorios y, eso sí, esos controles Schengen se establecerían en el puerto y el aeropuerto del Peñón, lo que constituye el mayor escollo de las negociaciones ya que Gibraltar se niega a que incluya a policías españoles de Frontex, tal y como establece el espacio Schengen.
Eso sí, Albares ha aclarado que si después de la entrada en vigor del nuevo sistema se alcanza un acuerdo, dichos controles en la Verja desaparecerán, por lo que apremia a Reino Unido a firmarlo cuanto antes para evitar la compleja situación que se avecina.
Pero el alcalde de La Línea se muestra pesimista, ya que recuerda que la amenaza del Brexit se cierne sobre este rincón andaluz desde hace ocho años, por lo que ve «altamente improbable» un acuerdo entre Madrid y Londres en sólo cuatro semanas tras años de negociaciones infructuosas. De hecho, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, sigue inamovible en su posición y asegura que la pelota está en el tejado de España y la Comisión Europea.
Franco insistió en que haya o no acuerdo, la repercusión en La Línea será importante, tanto para su economía como para los 11.000 trabajadores transfronterizos que residen en este municipio. «Yo no sé hasta qué punto se está teniendo en cuenta, pero ese día vamos a tener aquí un problema enorme con la entrada en vigor de los controles biométricos en la Aduana con Gibraltar», se lamentó.
En este sentido, recordó que La Línea lleva ocho años pidiendo medidas excepcionales e inversiones en infraestructura, educación, en planes de empleo y en una fiscalidad especial que han caído en saco roto. «El famoso Plan Especial para el Campo de Gibraltar que se anunció en 2018, lo único que ha traído a la ciudad ha sido una quinta sede judicial. Ni planes de formación, ni de empleo... Nada más. Cero».
Piden una moratoria de dos meses
Albares ha recibido este jueves a representantes del sector empresarial y social del Campo de Gibraltar. Entre ellos a miembros del Grupo Transfronterizo, que aglutina a empresas y sindicatos de ambos lados de la Verja, quienes hicieron llegar al ministro español de Exteriores sus demandas y preocupación por esta carrera contra reloj y lo puede llegar a ocurrir.
«Este nuevo escenario va a ser catastrófico para esta zona. Hay gibraltareños que vienen a La Línea a diario y que no lo podrán hacer con estos nuevos controles Schengen, al margen de los vínculos familiares y sociales que hay a ambos lados. En pleno siglo XXI esto sería impensable. Le hemos pedido al ministro una moratoria para ganar dos meses y que puedan seguir negociando», ha asegurado a ABC Lorenzo Pérez-Periáñez, portavoz del Grupo Transfronterizo, una organización que pide a los Gobiernos de España, Reino Unido, Gibraltar y a la Comisión Europea «que y pongan todo su empeño» en cerrar el tratado.
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