Salud guarda lágrimas, uñas y aire exhalado para la investigación de enfermedades en Andalucía
El biobanco andaluz cuenta con casi un millón de muestras biológicas para la investigación y asistencia sanitaria
Las donaciones, que provienen tanto de pacientes con patologías como sanos, van desde la orina al líquido pleural
José Manuel Puerta: «El altruismo ciudadano es el verdadero motor del biobanco andaluz»
Ante una hipotética donación de tipo biológico no es extraño pensar en que es posible -y útil- compartir la sangre, la médula ósea o los gametos. Incluso dar los órganos, en aquellos casos donde la solidaridad trasciende la muerte y hasta se ... encarna en vida. Sin embargo, a la gran mayoría de las personas le sorprendería la cantidad de tejidos y células que se pueden poner al servicio de la asistencia y la investigación. Son las que recolecta y custodia el Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía.
A grandes rasgos, se podría definir como una estructura en red con presencia en todas las provincias. Por una parte la integran los ocho Centros de Transfusión, Tejidos y Células, encargados de obtener y procesar sangre y derivados, y suministrarla a los hospitales según sus necesidades, así como facilitar tejidos (huesos, tendones,...) y células procedentes de donantes y cadáveres a los centros sanitarios para su uso clínico y terapéutico. Esta sería la parte más conocida.
Por otra, existe una completa área de investigación coordinada desde el Parque tecnológico Ciencias de la Salud de Granada y que se extiende a través de 17 'nodos'. Los hospitales Torrecárdenas (Almería), Puerta del Mar (Cádiz), Reina Sofía (Córdoba), el Clínico de Granada, el Juan Ramón Jiménez (Huelva); el Universitario de Jaén, el Costa del Sol (Málaga) y el Virgen del Rocío (Sevilla) son algunos ejemplos por provincia.
Entre todos ellos se suma un stock de aproximadamente 900.000 muestras de personas con enfermedades oncológicas, infecciosas y parasitarias, neurológicas y neurodegenerativas, inmunológicas, cardiovasculares, respiratorias, genitourinarias...
Los incrementos anuales
Desde el complejo 2020, que zarandeó el sistema sanitario pero también fue un revulsivo para la conciencia social en torno a los avances científicos y la manera de colaborar en los hallazgos, el biobanco ha ido incorporando unas 43.300 muestras anuales. El recuento personal apunta a que han sido unos 10.000 nuevos donantes entre el citado año pandémico y 2023. Todos, de manera altruista.
Es importante matizar que no sólo se precisan células y tejidos con patologías. Los pertenecientes a individuos sanos son igualmente fundamentales porque actúan como control, es decir, aseguran que el análisis es eficaz. Además, ya en términos puramente estadísticos, «validan métodos y facilitar la comparación de resultados», explican fuentes del biobanco.
La variada aportación
A partir de ahí, el abanico de muestras que tienen cabida es amplísimo. Desde líquido cefalorraquídeo, amniótico y pleural a pelo, orina, heces, saliva, leche materna o aire exhalado. Con un interesante catálogo intermedio, como puede presuponerse.
Incluso se pueden donar lágrimas. Desde la organización refieren la cesión de este fluido para «proyectos relacionados con patologías oftalmológicas como la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE húmeda), la retinopatía diabética y las distrofias hereditarias de retina». Se está haciendo en el Hospital Macarena de Sevilla.
Además, y aunque los estudios se encuentran todavía en una fase inicial, esta secreción podría ser esencial para ahondar en el contexto de la esclerosis múltiple. «Es un área de investigación que busca comprender si las lágrimas pueden proporcionar biomarcadores útiles para el diagnóstico, seguimiento y evaluación de la progresión de la enfermedad, respuestas al tratamiento y comprensión de la patología». Sin embargo, se necesitan más evidencias científicas. «A día de hoy el Biobanco del SSPA ha cedido lágrima para un único proyecto» en este campo.
Obtención de muestras
En este sentido, el desconocido proceso de donación es muy sencillo. «Se utilizan unas tiras de papel de filtro llamadas 'tiras de Schirmer' que se colocan en el párpado inferior de los dos ojos en contacto con la conjuntiva y sin tocar la córnea. Una vez colocadas, el donante los mantiene los ojos cerrados durante 5 minutos». El resto ya es cuestión de laboratorio: «Posteriormente medimos la longitud mojada de cada tira en milímetros y la guardamos a -80ºC hasta su uso», relatan desde la institución, que además de este sistema de ultracongeladores cuenta con otro de tanque de nitrógeno líquido a -196º.
Cada muestra rige una conservación, algunas incluso precisan temperatura ambiente o espacios de almacenamiento a 4º y 20º concretos. Todas las posibilidades están cubiertas.
Ahondando en la logística del proceso de donación, el lugar dependerá del tipo de célula o tejido. Hay casos en los que el donante lo puede hacer en su propio domicilio por lo sencillo del trámite -pelo, heces u orina, etc-. Siempre contará con un kit con el material y las instrucciones debidamente enviado por el biobanco.
Cuando la recogida de la muestra biológica requiere de personal sanitario o especializado -sangre o lágrima- la extracción se llevará a cabo en centros sanitarios. La comodidad del donante prima, por lo que se intenta que el emplazamiento sea lo más cercano posible a sus necesidades.
En ese sentido, conviene destacar los casos en los que los donantes tienen algún problema de movilidad. Entonces son las propias sedes de las asociaciones las que se convierten en lugar de donación, pues se aprovecha la visita del paciente para recibir terapia o asesoramiento para tomar la muestra.
La petición específica
Una última cuestión de extremada importancia es la existencia del Registro Andaluz de Donantes de Muestras (Redmi), que supera ya los 3.000 inscritos. A la hora de darse de alta, de manera voluntaria claro está, reseñan sus patologías -si las tienen- tanto las más leves (como una hipercolesterolemia) como las infecciosas (VIH, hepatitis) o las oncológicas.
Estas personas se consideran disponibles para donar células o tejidos «en el momento en que se les requiera» llegado el caso de que el biobanco no cuente con muestras concretas. Un hipotético ejemplo: un estudio precisa de sangre de personas con fibrosis quística y colesterol alto de una franja concreta de edad. Posiblemente el biobanco no tenga esa muestra tan específica, pero en el Redmi sí que puede existir alguien que cumpla los criterios de inclusión. Al inscribirse, autoriza a que se le pueda contactar.
Quizá no donen a lo largo de toda su vida, y tampoco están obligados a hacerlo si al ser contactados no les cuadra. Pero en la mayoría de los casos estarán contribuyendo a los avances de la investigación científica. Esa de la que el biobanco andaluz es una auténtica 'arca del tesoro'.
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