Aulas hospitalarias de Andalucía: el colegio que más enseña sobre la vida
El Hospital Macarena recibe a ABC para poder conocer en profundidad este servicio educativo orientado a niños en edad de escolarización obligatoria en estancias largas de ingreso
La enseñanza privada de Andalucía alerta de la «infradotación económica» de centros de Educación Especial
Un alumnado con necesidades educativas especiales justifica la ampliación «excepcional» de personal en las aulas matinales de Andalucía
![Laura Peña y Loli Ruiz, en el aula hospitalaria del Virgen Macarena](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/08/aula-hospitalaria-maestras-kh8B-U603432144011yGD-1200x840@diario_abc.jpg)
Hay veces en las que la ilusión y el esfuerzo por aprender se acompasan a la cadencia de un gotero. Caminos a clase que cambian el caos sonoro del claxon de la hora punta por el traqueteo metálico de las camillas. Colegios que admiten un ... pijama azulado como el más adecuado uniforme.
En Andalucía existe una treintena de aulas donde no sólo se resuelven dudas sobre ecuaciones de segundo grado o análisis sintáctico, sino que además se comprenden desde bien temprano los problemas más profundos de la vida.
No se encuentran en ningún colegio ni instituto, sino en alguna de las plantas de los hospitales públicos. En los de las capitales de provincia, pero también en los comarcales, pues cumplen la necesaria función de brindar servicio educativo allá donde haya un niño enfermo o convaleciente.
Son las conocidas como aulas hospitalarias, un concierto que surgió en 1988 aunando los esfuerzos de las Consejerías de Salud (hoy también de Consumo) y de Educación y Ciencia (hoy de Desarrollo Educativo y FP ).
Mientras una brinda los espacios, la otra aporta el personal. Hasta ahora el perfil se centraba en maestros de Pedagogía Terapéutica (PT), pero desde comienzos del verano se ha abierto el campo a profesionales de Primaria.
Es uno de los cambios que han introducido las nuevas instrucciones de la Dirección General de Ordenación, Inclusión, Participación y Evaluación Educativa respecto a las aulas hospitalarias, actualizando el marco normativo vigente desde 2007.
Estancias largas
En el documento del 28 de junio queda constancia del criterio de prioridad a la hora de que el paciente pase a ser también alumno: un equilibrio entre edades y, sobre todo, duración de ingresos o tratamientos.
Las estancias largas —consideradas como tal a partir de los 14 días— priman, y también que los niños y adolescentes tengan entre 6 y 14 años.
Sin embargo la realidad es mucho más flexible, pues la vocación y ternura hacia la vulnerabilidad termina siempre imponiéndose a una hipotética limitación de espacio, tiempo o recursos. De eso saben muy bien en el Hospital Universitario Virgen Macarena, que abrió las puertas de su aula a este periódico para poder conocer de primera mano el día a día de este trabajo «que cuenta con el mismo calendario y horario que cualquier otro centro escolar, pero con una adaptabilidad brutal. Es muy frecuente que el niño tenga que dejar lo que esté haciendo para hacerse desde una resonancia o TAC a un simple control de orina, que le obliga a acercarse a su habitación».
Así lo explica la pedagoga Mª Dolores Ruiz Muñoz, la más veterana de las dos maestras titulares, nada más recibir la planilla en Admisión. En ella constan tanto los nuevos ingresos como los niños que permanecen y qué estado de salud presentan.
Mientras la revisa nos va conduciendo a ese oasis de «normalidad» entre las alas de medicina interna y neurología. Un vibrante cuadro de Cerezal junto a la puerta anticipa el colorido que rezuma en cada rincón del 'cole', como apodan cariñosamente a este espacio repleto de libros de texto y juegos de mesa.
«Gran parte de las veces los niños se encuentran con dolor. Entonces no abordamos la cuestión curricular y nos centramos más en que el aula simplemente sirva de vía de escape», aclara Laura Peña Tirado, la otra maestra PT con formación en Psicología. Eso sí, «todas las actividades que se llevan a cabo tienen trasfondo educativo, sirven para que adquieran habilidades de preaprendizaje».
![Imagen principal - Detalles del aula hospitalaria del Virgen Macarena y de las representaciones teatrales recurrentes que también sirven para enseñar, y entretener, a los alumnos pacientes](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/08/teatro-conciencia-agua-kUjH--758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Detalles del aula hospitalaria del Virgen Macarena y de las representaciones teatrales recurrentes que también sirven para enseñar, y entretener, a los alumnos pacientes](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/08/cartel-aula-hospitalaria-kUjH--464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Detalles del aula hospitalaria del Virgen Macarena y de las representaciones teatrales recurrentes que también sirven para enseñar, y entretener, a los alumnos pacientes](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/08/libros-texto-juegos-kUjH--278x329@diario_abc.jpg)
Sentados alrededor de la amplia mesa central, varios chiquillos son muestra palpable de este entretenimiento que instruye. Algunos sorprenden por su escasa estatura, que claramente evidencia que no tienen la 'edad mínima'. «Hay casos en los que se prevé un tratamiento muy largo, bien por procesos oncológicos o por patologías crónicas. Así los vamos acogiendo y se van sientiendo cómodos en el aula», explica Loli, hipocorístico por el que la conocen tras 21 años de docente en el Macarena. Este es un centro de referencia a nivel autonómico en el tratamiento del retinoblastoma, por lo que es habitual que lleguen pequeños desde todos los rincones de Andalucía para hacerse un examen de fondo de ojo.
De por sí es un día particular. Hay un murmullo generalizado en la planta de Pediatría porque, sobre un escenario dispuesto en la zona central, dos actores desenvuelven un teatro con marionetas para concienciar del uso racional del agua y el desecho de aceites y otros residuos. «Suele haber muchas efemérides que también les enseñan cosas, como el día sin tabaco, el de la higiene de manos, el de la salud... además de días oficiales como el de Andalucía», recuerda Laura.
Aula itinerante
Siempre se intenta que los pacientes acudan físicamente al aula porque les ayuda a alejar el pensamiento de la enfermedad. Pero si no se encuentran tan capaces, las maestras van a las habitaciones y establecen un itinerario formativo personalizado en base a su edad fisiológica y mental y a sus posibilidades de manipulación. Para ello también disponen de un sistema de préstamo de material.
Otro lugar donde es habitual verlas impartiendo sus clases es en el hospital de día, una unidad para pruebas puntuales, ambulatorias, dentro de tratamientos que requieren un seguimiento. Este es otro de los cambios recogidos en las nuevas instrucciones y en la propia estrategia sanitaria andaluza, que tiende a una mínima hospitalización. Salvo patologías que no lo aconsejen, se opta por ingresos lo más breves posible que se complementan con este hospital de día.
Las enfermeras del departamento, que se encuentra en la misma planta pediátrica. suelen ponerse en contacto con Loli y Laura para que sus pequeños pacientes no pierdan el día de colegio. Son viejos conocidos y la respuesta siempre es sí.
Hay casos más drásticos en los que, pese a recibir el alta hospitalaria, el niño se encuentra inmunodeprimido o con inmovilidad y el facultativo dicta que debe permanecer en casa. Si se prevé que este reposo va a durar un mes o más, se activa la figura del maestro de atención domiciliaria, que se coordina con el centro educativo en el que esté matriculado y con el personal de las aulas hospitalarias.
A esta ramificación del espacio de trabajo habría que añadir la propia rotación del alumnado. Sólo en el mes de noviembre fueron casi 200 los niños y chavales que, en mayor o menor medida, ocuparon un 'pupitre'. Algunos de ellos incluso tenían 17 años, pues aunque los estudiantes de Bachillerato son el grupo de menor prioridad según las reglas, también se les hace hueco. De hecho, se «implican especialmente ayudando a los más pequeños».
Sobre lo dura que puede llegar a ser su labor, ambas reconocen que su formación concreta les capacita para trabajar con niños con necesidades educativas especiales o que necesitan apoyo educativo, un perfil que generalmente presenta problemas físicos, síndromes, vulnerabilidad... «Lo que ocurre es que aquí algunos no terminan el curso y eso es muy duro. Nos trabajamos el apego, incluso con cursos de duelo, pero es inevitable», explica emocionada la pedagoga. Pese a todo asegura que el trabajo le aporta «muchísimo más» que lo pudiera llegar a restarle a nivel emocional.
De hecho, son maestras funcionarias con plaza definitiva en centros educativos o Equipos de Orientación Educativa (EOE), pero a través de un proceso de selección específico llegaron a este punto. «Es muy gratificante cuando vienen a sus revisiones y lo primero que hacen es buscar el 'cole'», aporta Laura.
En ese sentido, aseguran, llegan a captar otra información distinta a la que maneja el médico por una «mera cuestión de actitud del niño, que suele mostrarse más bloqueado o asustado que con nosotras». Especialmente aprecian el estado de ánimo y cómo llevan la enfermedad tanto el paciente como la familia. Ahí cumplen otra labor clave, la de asesorar y apoyar a los padres y parientes, que además deben estar presentes en las clases si el niño es menor de tres años.
En la mayoría de los casos no conocen la existencia de este servicio cuando llegan al hospital. Por lo general, terminan forjando un cariñoso vínculo. Tan fuerte como las lecciones de vida que se aprenden entre las cuatro paredes de este aula que, sin pretenderlo, logra cambiar la acepción del término 'hospitalario'.
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