La víctima de la agresión homófoba dice que le cogieron «por sorpresa»

A sus 24 años J. J. S., aunque magullado y con grandes dolores, se podría decir que ha vuelto a nacer. Por lo menos así lo cree él después de que en la madrugada del lunes recibiera una brutal paliza cuando se encontraba con su pareja, otro chico, en la parte trasera de la caseta que el colectivo Colega tiene instalada en el recinto ferial de Almería. Este miércoles ha abandonado el hospital donde ha sido intervenido de las fracturas que presentaba en la mandíbula y en una mano.

«Sólo puedo comer líquidos con una pajita» , ha reconocido. El agredido, víctima de un ataque homófobo por parte de varios desconocidos, deberá llevar durante un tiempo dos placas fijas en la mandíbula y un tornillo en el pulgar izquierdo . De la agresión recuerda que «pasó un grupo de chicos y empezaron a gritarnos». Su siguiente imagen que tiene guardada en la mente es en el interior de la caseta de Colega donde pidió ayuda a sus compañeros, puesto que estaba trabajando como camarero.

La víctima hizo un descanso sobre las 03.00 horas y salió de la caseta para encontrarse con su pareja. Ambos se fueron la parte trasera y allí fueron atacados. «Pasó un grupo de chicos». A partir de ahí, «sólo recuerdo los gritos y que me ayudaron a ir a la caseta, donde me vi sangrando por la boca» . Quien le llevó de regreso al bar fue su pareja, que le arrastró como pudo.