Consejo Andaluz de Colegios de Médicos
Alfonso Carmona: «Las listas de espera tienen una solución tabú: la privada»
La máxima autoridad de los médicos andaluces desgrana su proyecto al frente del CACM y arroja luz sobre la situación sanitaria en la región
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Tras seis años representando los intereses de los facultativos sevillanos desde su organismo oficial, Alfonso Carmona Martínez dio el salto en noviembre al plano autonómico convirtiéndose en el flamante nuevo presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM). Este especialista en pediatría, ... que compagina su labor al frente del Grupo IHP con la dirección de un programa de cooperación sanitaria en África, tiene mimbres y experiencia suficiente para analizar la compleja realidad sanitaria andaluza. Con su habitual franqueza y cercanía, recibe a ABC en su despacho de la avenida de la Borbolla de Sevilla.
- ¿A grandes rasgos, hay diferencias entre las vicisitudes y aspiraciones de los médicos sevillanos y las de los andaluces?
- Sevilla es mucho más grande que las demás provincias en cuanto a número de colegiados -12.500-, pero más allá de eso los problemas son los mismos en toda Andalucía, y en toda España. Yo soy de una opinión muy clara: la sanidad, la educación y la justicia deberían estar centralizadas. Con sus matices, evidentemente, pero un paciente de aquí debe tener las mismas posibilidades y derechos que otro en Barcelona o en Bilbao. La fórmula que tenemos implica muchas más dificultades para llevar a cabo determinados procesos.
- Por aquello de que la salud es lo más importante...
- Sí, la sanidad es fundamental para una sociedad. Pero creo que el bien común mayor es la educación, porque un país debe ser rico en formación para que la gente pueda y sepa elegir.
- ¿Cuáles son las líneas maestras de su proyecto al frente del CACM?
- El proyecto principal es conseguir la dignificación del médico en todos sus apartados. En el profesional -a través de la formación-, en el deontológico, para vigilar que todo se haga dentro del marco de la actuación legal; y por supuesto en el económico. Hay que asegurar que la remuneración sea la que corresponde a un médico, que desde luego no es la que se percibe. Somos los peor pagados de España, y si nos comparamos con Francia, Alemania o Italia… no te digo nada.
- ¿Influye la titularidad?
-Esto pasa tanto en la medicina pública como en la privada. De hecho, en la privada es aún peor. Por ejemplo, en el trabajo a baremo, en función del cual les pagan una nimiedad por ver, operar o seguir a un paciente. Hablamos de entre 15 y 25 euros por acto médico a un especialista, y los de 25 euros son anecdóticos. Por no hablar de que a un médico de familia, que ya es un especialista también, se le paga aún menos. Y esto es una barbaridad porque tú pones todo: la infraestructura, la estructura y el conocimiento. ¿Qué pone la compañía? Encima sin derecho a vacaciones o a baja laboral.
-¿Por qué se consiente esto?
-Los primeros son los médicos, que no se unen 'ni para pedir dinero'. Pero el Gobierno debería vigilar que no se trate así a unos profesionales a los que ha formado el propio Estado.
- Antes hizo hincapié en la formación.
- Es una necesidad imperiosa, y dentro del proyecto del CACM vamos a formar a todos los niveles con cursos piloto, simuladores, herramientas virtuales… Porque antes la formación estaba al 80 por ciento en manos de la industria farmacéutica, pero ya ayuda menos porque está muy denostada. No dejaba de ser un quid pro quo. Yo considero que el grueso de los médicos es honrado y que recetaba el producto que se les ha ofrecido porque realmente era bueno y mejor que otro. Pero la realidad es que antes la farmaindustria aportaba bastante más en este sentido. Ese hueco deben asumirlo los Colegios.
- ¿Faltan realmente médicos?
- Más que faltar, lo que ocurre es que no están bien distribuidos. Si quieres llevar a un médico a una zona de difícil cobertura tendrás que incentivarlo, pero de verdad. Pagándole más, buscándole una casa en condiciones, garantizando que si tiene hijos accedan a un buen colegio… y que después todo ese esfuerzo se le puntúe. Trabajar en un Hospital como el Virgen del Rocío o el Macarena es fácil, lo complicado viene cuando te ves solo en estos lugares y surgen los problemas. Lo sé, porque yo he hecho guardias en todos lados. Un gran ejemplo es el de Manuela García, consejera de Salud de Mallorca. Es anestesista formada aquí en Sevilla. Lo primero que hizo al llegar al cargo fue cortar el requisito del catalán-mallorquín para poder trabajar allí. Si se cambian leyes que van en contra de la gente, ¿no vamos a poder cambiar otras que van en favor?
- ¿Confía en que la solución llegue con las medidas anunciadas por la Junta en el Debate de Estado de Andalucía?
- Lo que dijo Juanma Moreno no lo ha concertado con los Colegios de Médicos. En el CACM estamos en contacto directo con la gente que está en la 'batalla'. Porque en los sindicatos sólo están los que quieren estar afiliados, pero todos los médicos están colegiados. No digo que se tenga que hacer exactamente lo que pensemos, pero creo que una idea para solucionar las cosas tenemos. Lo normal es que nos hubieran enviado un borrador sobre el que llegar a un consenso, no lanzar así el mensaje.
- ¿Se pueden eliminar realmente las listas de espera?
- Es complicado, pero hay una solución que aquí es tabú: los conciertos con la privada. Pongamos un ejemplo al azar. Tienes el Hospital Virgen del Rocío con todos los quirófanos ocupados y más profesionales disponibles que pueden operar y, muy cerca, al Sagrado Corazón con un quirófano libre y todo el servicio de cuidados intensivos a disposición. No creo que el paciente prefiera esperar dos meses para intervenirse en la pública cuando en la privada puede hacerlo 'mañana' y sin costarle nada. Vamos, todo esto está más que inventado. En Francia o en Italia el paciente va a la consulta privada del médico, la paga, y luego se la reembolsan.
- Entonces por qué se critica constantemente la «privatización de la sanidad?
- Por un tema puramente político. Y sin mucho sentido, porque el primero que privatizó Andalucía fue el PSOE, con el 061 y la Epes. De hecho, gracias a eso se mejoraron los servicios, que es lo que quiere el pueblo.
- ¿Hay diferencia en los costes?
- Es mucho más barato. Los costes de base de un gran hospital como el Virgen del Rocío, que tiene unas infraestructuras de las mejores de España, son mayores a los que se pagan a las clínicas privadas. Los médicos, enfermeros, anestesistas… que te operan, son los mismos. También influye la idea de que la sanidad pública es gratis, y realmente cuesta un 'pastón' a Hacienda. Por eso, no debería importar a quién se paga, sino que sea rentable y eficaz para el paciente.
- Entiendo que también está a favor del modelo de Muface.
- Sí, porque ahorra tiempo y dinero. ¿Acaso no libera recursos de la pública? El profesional que ve al paciente está igualmente capacitado para dar el mejor diagnóstico. Además, sería muy difícil para el SAS asumir semejante carga asistencial.
- Recientemente usted pidió cordura en la negociación. ¿En qué debería ceder cada parte?
Igual que nosotros hemos reivindicado que los honorarios de los médicos llevaban 20 años sin actualizarse, el trasfondo de todo esto es que ya está bien de pagar los duros a pesetas. No se puede engañar a las personas diciendo que han subido más que en toda su historia cuando se paga a las compañías 1.200 euros por paciente de Muface frente a los 1.700 de la pública. ¿Para qué quieren los beneficios? La razón de ser de una Mutua es tratar, y bien, a los enfermos. Y eso no se consigue si las compañías no tienen dinero para pagar a los médicos como es debido. Eso sí, que Asisa, Adeslas y DKV no olviden que lo mismo que están reclamando al Estado es lo que los médicos esperan de estas compañías: que les suban los honorarios. También hay que ser consecuente con que no se puede subir de golpe un 40 por ciento. Pero eso es distinto a ir incrementando progresivamente cada año en porcentajes considerables hasta ponernos al nivel. Eso es algo que seguro que aceptarían los médicos. De hecho, creo que finalmente se llegará a un acuerdo.
- ¿Cree que la incorporación al mercado laboral de los residentes está a la altura de su formación?
- Tenemos que hacer que se contraten médicos en la pública, no podemos seguir perdiendo esta riqueza de profesionales porque el contrato que le ofrecen aquí es de un mes, después de que nos cuesta formarlos sangre, sudor y lágrimas. Y esto es la realidad, no una anécdota, tanto como que luego se van a Badajoz o a Ciudad Real y les contratan para tres años.
- ¿Qué cambiaría del sistema MIR?
- Echo en falta un censo real de toda España sobre los médicos que están trabajando -y en qué puesto-, y los que se van a jubilar. Así se sabría con exactitud cuántos, dónde y cuándo hacen falta. ¿Para qué queremos, por ejemplo, decenas de nuevos cirujanos cardiovasculares cada año? Sería más sensato repartir algunas de sus plazas en Pediatría, donde hacen más falta. No podemos olvidar que los residentes cobran y que las unidades y los hospitales docentes son limitados. Ese censo permitiría emplear dinero y recursos donde corresponde. Por otra parte, hay que reconocer muchísimo más la labor de los médicos tutores, que es inestimable y los terminan quemando.
- Usted siempre ha defendido una mayor rotación MIR por la Atención Primaria. ¿Por qué?
- Todos los especialistas tienen que rotar por ahí, para que sepan cómo se pasa. Seguro que entonces cuando un compañero de AP le llame para cualquier cuestión, le atenderá con más dedicación y cariño.
- ¿Se refiere al asunto de las agresiones?
- También. Desde el CACM pedimos una mayor proporcionalidad en el castigo a los agresores, que se cree una ley que preserve el acto médico para que, se desarrolle donde se desarolle, castigue a quien le pegue a un médico, enfermero, celador… Porque te agreden y no pasa nada. A veces por cuestiones como no darle la baja por un catarro o no recetarle una radiografía. En esto último, el paciente no es consciente de que toda la radiología que te meten en el cuerpo se te queda acumulada para toda la vida. Si no es necesaria para el diagnóstico, yo no voy a prescribirla.
- ¿Solucionaría esas cuestiones una educación activa para la salud?
- Creo que ganaríamos mucho si en vez de gastar dinero en tonterías, como pasa muchas veces, se destinara a la prevención y la educación para la salud. No me sirven esos lemas de 'consulte a su farmacéutico' o a su enfermero. Hay que dar una formación con profesionales que sepan y tengan la capacidad de transmitirlo para que llegue a la gente. Hubo un año en el que descendieron muchísimo los accidentes de tráfico porque la DGT lanzó una campaña muy impactante y realista. El que ideó el anuncio era un genio. ¿Es que no hay genios para la salud?
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