Alertas, suspensión de colegios, desalojos... El dispositivo andaluz supera su primera DANA tras Valencia
El engrasado modelo andaluz se despliega con coordinación interna, con el Gobierno central, con la Aemet y con los ayuntamientos
Juanma Moreno destaca la respuesta ciudadana en todos los ámbitos que ha contribuido a evitar que se produjeran daños personales
Juanma Moreno agradece a los andaluces la comprensión y la confianza en las administraciones y pide cautela hasta que termine de pasar la DANA
![El presidente andaluz, Juanma Moreno, visita una de las zonas afectadas de Málaga](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/15/morenodana-RaWu83Q42qcBy2cKfwWcu3J-1200x840@diario_abc.jpg)
El miércoles 13 de noviembre por la tarde cuatro consejeros (Educación, Fomento, Salud y Agua) se conectaron por vídeo conferencia con sus equipos desde el Parlamento a un gabinete de crisis sobre la DANA que coordinaba el titular de Presidencia, Antonio Sanz, desde Málaga. Era ... el segundo de la semana. Sobre la mesa estaban los informes que se habían recibido de la Aemet que mantenían la alerta roja en Málaga y amenazaban con cambiar el color a rojo para el resto de Andalucía y los análisis sobre la subida de cauces y comportamiento de las presas en las cuencas andaluzas y la cartografía de zonas inundables que manejan los servicios de emergencia. La información fluía con la Delegación del Gobierno central, con los ayuntamientos e incluso con los grupos de la oposición. Terminada la reunión, el presidente andaluz, Juanma Moreno, informado en todo momento, abandonó el Parlamento para dirigirse al Centro de Coordinación de Emergencia de Málaga.
La segunda Depresión Atmosférica en Niveles Altos (DANA) en un mes traía la amenaza de ser la peor que había atravesado Andalucía en los últimos años y sobre todo era la primera tras una tragedia de Valencia que sobrevuela a todas las instituciones y a la ciudadanía. El plan territorial de emergencia aprobado en marzo de 2024 y el dispositivo andaluz habituado a afrontar los grandes incendios todos los veranos se ponía a prueba con la presión de que todas las miradas estaban puestas en cada paso que se diera. En Valencia no funcionó ni la previsión ni la respuesta inmediata. Ahora le tocaba a Andalucía.
La reunión de coordinación del martes tuvo como consecuencia que por segunda vez Andalucía activó en Málaga su sistema de mensajes de alerta a los móviles y se iniciase un plan de desalojo en las zonas inundables que afectó a más de 4.200 personas, ocho veces más que las desalojadas en Jerez apenas quince días antes ante la amenaza de desbordamiento del Guadalete. También se cerraron centros médicos salvo emergencias y se suspendieron las clases en toda la provincia de Málaga. El miércoles, mientras el Parlamento debatía el presupuesto, el plan se amplió con la suspensión de clases en cinco provincias, una medida que entre empresas, familias y profesores afecta a 2,5 millones de personas. El Gobierno central, por su parte, desplegó sobre el terreno a 4.000 efectivos entre Guardia Civil, Policía Nacional y la UME.
La DANA fue progresivamente dejando Málaga y Granada y llegando a las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz sin que se hubiera producido ninguna víctima, pero con miles de incidencias por anegaciones, daños materiales, conexiones rotas y rescates de personas. «La tragedia de Valencia ha sido un aprendizaje para los servicios de emergencias de las comunidades y para la ciudadanía que se ha tomado muy en serio todas las alertas», resumió el presidente andaluz desde Málaga. Básicamente ha habido un antes y un después.
Las comparaciones son inevitables y se están haciendo dentro y fuera del territorio autonómico. En Valencia las alertas a los móviles llegaron tarde, en Andalucía con margen para reacciones. El Gobierno de Valencia no activó desalojos de zonas inundables ni suspensiones de clases, Andalucía fue al máximo de sus protocolos. El Ejecutivo de Manzón no logró trasladar la imagen de liderazgo y sensación de estar sobre el terreno, el consejero Sanz estuvo en Jerez y en Málaga al mando y el presidente se incorporó cuando fue necesario. Y, por último, el Gobierno central y el autonómico no se entendieron en ningún momento en Valencia, y en Andalucía trabajan de forma coordinada y con diálogo permanente con presencia permanente del delegado del Gobierno, Pedro Fernández, y conversaciones incluidas con ministros como Luis Planas.
Pero esto no es el resultado de un cambio profundo en Andalucía tras la tragedia de Valencia, sino la aplicación de un sistema engrasado desde hace muchos años que se ha adaptado a la nueva realidad que ha irrumpido en todas las instituciones y hogares tras constatarse en Valencia hasta dónde pueden llegar los efectos del cambio climático en cuanto a la pérdida de vidas y a daños humanos y materiales en algunos casos irreversibles. «Hay una gran respuesta ciudadana», destacó Moreno.
El sistema de emergencias ante inundaciones tiene un primer paso fundamental. La información. «Mantenemos un sistema muy engrasado de avisos de los distintos niveles de alerta metereorológica que en Andalucía completamos con una comunicación constante con el centro de emergencias del 112. Es un sistema muy trabajado por nuestra participación en los incendios», explica Juan de Dios del Pino, delegado Territorial de Aemet en Andalucía.
![Trabajos de recuperación en el municipio malagueño de Benagarmosa](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/15/danamalaga-U65745215805BOh-760x427@diario_abc.jpg)
Sus predicciones se han cumplido en esta DANA desde el aviso que se realizó el lunes. Era especialmente peligrosa por tres motivos: era grande en tamaño y en extensión; era persistente y se acercaba a sitios con flujos de humedad importantes como Málaga. Por eso se dio el aviso rojo en Málaga y el naranja en el resto de Andalucía con un seguimiento permanente por si había que alterar el nivel. Esta posibilidad fue la que derivó en la toma de medidas extraordinarias en esta DANA. Las alertas naranjas son habituales y nunca habían conllevado tal volumen de medidas preventivas. Pero es cierto que no es el único factor que se analiza.
La información viene también de las cuatro cuencas. Tres de ellas están coordinadas desde la Consejería de Agua que monitoriza las subidas de los cauces y el comportamiento de las presas. La otra, a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, con un sistema depurado de seguimiento de los caudales que emitió en esta semana varios avisos por la situación de Granada por el aumento de los niveles del río Genil en los puntos de control de Loja y de Puente Tocón, en Íllora.
Con estas variables, con el extenso mapa de zonas inundables, el plan de emergencia y, sobre todo la experiencia de Valencia, se adoptaron las medidas contundentes que llevaban preparándose varios días. Educación, por ejemplo, en la anterior DANA ya tuvo que suspender las clases en 60 centros en Jerez, en Alora y en algunos municipios de Sevilla. Pero nada comparable al volumen de la medida adoptada este miércoles: en una tarde se realizaron 2 millones de notificaciones a través del sistema Séneca que se ha vuelto a consolidar como un modelo para otras comunidades; y se realizaron miles de llamadas (hasta las tres de la madrugada) a empresas de comedores escolares o empresas de actividades. Afectó a 2,5 millones de personas. «La respuesta ha sido espectacular, de responsabilidad y comprensión incluso las llamadas a altas horas de la madrugada», apuntan desde la Consejería.
Salud, por su parte, tomó la decisión más drástica en el caso de Málaga, con la suspensión de toda actividad sanitaria que no fuera de urgencia. La Consejería realizó un seguimiento permanente para que en aquellas zonas más afectadas se pudiera limitar la atención presencial. Y todo estaba preparado por si una alerta roja obligaba también a un cierre.
Fomento activó un dispositivo especial con 500 efectivos de los servicios de Conservación de Carreteras para afrontar balsas de agua, desprendimientos de rocas, árboles caídos o piezas sobre las calzadas. Además, se realizó un seguimiento de todos los sistemas de transporte público (el Metro de Málaga tuvo que ser suspendido) y se activó a AVRA para que realizara un seguimiento de la situación de las 73.000 viviendas sociales.
Y, por último, las ayudas a la recuperación cuyos fondos le corresponde buscar a la Consejería de Hacienda. El fondo de contingencia de 2024, reservado para este tipo de incidencias, está dotado con 16 millones, con otros 16 para 2025. De la cuantía de este año, sólo restan siete millones porque el resto se dedicó a reparar infraestructuras por la borrasca Nelson. El resto hasta los 75 millones comprometidos hasta ahora se están buscando de fondos europeos o de partidas no ejecutadas. Y ahora tras esta DANA la Consejería asume que tocará aumentar aún más la cuantía.
Con complemento a este trabajo, se organizaron las presencias sobre el terreno en las zonas más afectadas. El presidente, Juanma Moreno, con Antonio Sanz por los barrios más afectados de Málaga; la consejera de Fomento, Rocío Díaz, por las carreteras afectadas de Granada y Málaga. Justo lo que en Paiporta evidenció cinco días después que la gestión no había funcionado.
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