Riesgo sísmico en Andalucía: ¿estamos preparados para un gran terremoto?
La Junta aprobó en 2009 un Plan de Emergencia ante Riesgos Sísmicos y realizó dos simulacros en 2021 y 2022 para adquirir la experiencia necesaria con la que prevenir los posibles daños de un terremoto
![Bomberos andaluces participan en las labores de rescate del terremoto de Marruecos](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/18/bomberos-rescate-marruecos-R4kOOa1VnqkMPpr9kEHH5pM-1200x840@abc.jpg)
Hace poco más de una semana que un terremoto de magnitud 6,9 en la escala Richter con epicentro en Marraketch asoló por completo buena parte del territorio de Marruecos, dejando miles de víctimas, pueblos destrozados y una cifra incontable de desaparecidos. La intensidad ... del seísmo hizo que, a pesar de estar a más de 600 kilómetros, el temblor se sintiera en varios municipios de las provincias de Huelva, Sevilla, Jaén, Córdoba y Málaga. Y no fue por casualidad, pues lo ocurrido fue consecuencia directa del choque entre la placa tectónica africana y la placa euroasiática hacia el norte en la falla marroquí, que es la misma que cruza el sur de Andalucía.
La mayoría de los expertos coinciden en señalar que, por su ubicación, Andalucía es una de las zonas con mayor riesgo sísmico. Uno de ellos, el catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Granada, José Morales, aseguró a ABC que la región es «una zona sensible a los terremotos». De hecho, «el espacio formado por el Golfo de Cádiz, Alborán y el Norte de África es el más sensible de toda España». La Junta de Andalucía, por su parte, no es ajena a esta realidad y en el año 2009 aprobó el Plan de Emergencia ante el Riesgo Sísmico, ejecutando desde entonces medidas de prevención y de formación para actuar en el caso de que se produjera algún terremoto.
El Gobierno andaluz considera que la planificación ante un posible seísmo es «una herramienta que salva vidas» pero reconoce que «los terremotos son fenómenos que no se pueden prevenir pero que sus efectos sí se pueden mitigar si se cuenta con una población formada e informada en autoprotección». Por este motivo, ha venido desarrollando varios simulacros de terremotos en todas las provincias. En concreto, la Consejería de la Presidencia puso en marcha dos de ellos en los años 2021 y 2022 en los que participaron miles de efectivos y en los que se tuvieron en cuenta los diferentes escenarios y recursos desplegados. Estas operaciones, que fueron llamadas Respuesta 21 y Respuesta 22, ofrecieron la experiencia necesaria para actuar en caso de que se produjera algún seísmo.
Ámbito formativo
El otro aspecto en el que se ha centrado la planificación de la administración andaluza tiene que ver con la formación de los profesionales y de la sociedad en general. Así, en septiembre de 2021 se desarrolló un curso de Gestión de Riesgo Sísmico en el que se profundizó sobre los instrumentos de respuesta ante estos riesgos. También se pusieron como ejemplos las «lecciones aprendidas» en experiencias como los terremotos de Lorca o México, así como las herramientas tecnológicas para afrontar esta situaciones.
Sin duda, la prueba de fuego del dispositivo fue la serie sísmica que afectó a la Vega de Granada en 2021. En aquel momento, el Gobierno andaluz puso en marcha un despliegue «sin precedentes» en planificación, coordinación, asistencia, formación y autoprotección. Se ejecutaron medidas como la formación del voluntariado, de los técnicos de la Junta y del personal de los centros escolares. Hubo que activar el plan de emergencia durante más de tres meses, lo que permitió asistir a los municipios afectados. De hecho, el grupo de seguimiento de fenómenos sísmicos elaboró 151 informes de lo sucedido.
Más allá de este trabajo, la experiencia de lo ocurrido en Granada permitió a la Junta ofrecer un asesoramiento técnico a los municipios afectados. El Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) creó un modelo digital unificado de ficha de daños que permitió homogeneizar las peticiones de las localidades, agilizando los tiempos de respuesta en caso de emergencias. Una prueba sobre el propio terreno que aportó avances de cara al futuro.
El dispositivo andaluz también se centra en la formación de los profesionales y en el trato que ofrecen a los afectados. Desde el 112 se ha puesto en marcha una línea de atención psicológica a afectados por terremotos, a la que también acompañan dos guías de actuación –una para niños y otra para adultos– de la que se han distribuido más de 10.000 ejemplares. Estas medidas de planificación, unidas a la difusión por los canales oficiales, son las armas con las que Andalucía apuesta por hacer más livianas las consecuencias que un terremoto pudiera provocar sobre el territorio y sobre el conjunto de la población.
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