sucesos
La mafia pone su mirada en el aceite andaluz
Un informe de la Universidad de Milán, la UE y Transcrime, alerta de operaciones delictivas en este marco
![La mafia pone su mirada en el aceite andaluz](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/201505/04/aceite-oliva-anda--644x362.jpg)
Vittorio «nariz torcida» Maglionni, Giusseppe «O Barone» Polverino, Lucio Morreone, Raffaelle Vallefuoco, Massimiliano D’Aria o Ciro Figaro, detenido en Marbella tras secuestrar al hijo de un capo rival. La conexión entre las distintas familias de la mafia italiana con el litoral andaluz se escribe a través de estos nombres.
Son solo algunos de los capturados durante estos años. Capos que en la Costa del Sol se entregaban a la «dolce vita» y donde a lo largo de los años han tejido una red de contactos fundamentales para interpretar un papel protagonista en el tráfico de drogas entre el norte de África y Sudamérca y el resto de Europa. Pero la presencia de estos delincuentes no se limita a esta actividad. Además de ser un tradicional lugar de escondite para los huidos de la justicia y «sentenciados» por grupos rivales, Andalucía es un nicho de negocios y blanqueo de capitales que va más allá de las tradicionales inversiones inmobiliarias.
Un informe elaborado por el Ministerio de Interior italiano, la Universidad Sacro Cuore de Milán, la Unión Europea y la organización Transcrime señala como estos grupos delictivos han encontrado en la agricultura —en general— y las explotaciones olivareras —en particular— un marco comercial en alza por el aumento de las exportaciones.
El documento, que analiza la actividad de la Cosa Nostra, la Camorra, la Ndrangheta o la mafia de Puglia durante el lustro 207-2013, consta de 471 páginas en las que se repite con más asiduidad de la deseada las palabras «Andalucía», «Costa del Sol» o «Málaga».
El texto, al que ha tenido acceso este periódico, explica que la presencia de la Camorra en España es relevante, sobre todo en Madrid, Barcelona, la Costa Brava y la provincia malagueña, donde en las dos últimas semanas han sido detenidos un enlace de la Camorra huido de la justicia y a Lucio Morreone, alias «Spalluzzella», considerado el líder del clan de las Teste Matte —«Cabezas Locas»—.
Nuestro país es percibido por los delincuentes de estas familias como un lugar más seguro porque «la legislación antimafia no comparable a la italiana»; a lo que se une que hasta hace poco la principal prioridad de las fuerzas de seguridad españolas era el terrorismo etarra.
Las tradicionales actividades económicas en las que han invertido en la comunidad andaluza han sido la restauración, la gestión de servicios turísticos y, sobre todo, el sector inmobiliario, con participaciones de la Camorra y la ‘Ndrangheta en urbanizaciones, villas, hoteles y resorts de lujo.
El informe destaca cómo estas organizaciones diversifican sus inversiones y se interesan por las casas de juego y los casinos, el sector textil y el comercio de productos falsificados.
Pero este tipo de delincuentes, como explican desde la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, siempre depositan su dinero en los negocios más rentables y en los últimos años se han interesado por el sector que mejor ha soportado los envites de la crisis: la agricultura y su floreciente comercio exterior. Un ámbito dentro del cual se pone el foco en las explotaciones de olivos.
Los autores del estudio documentan un llamativo caso que gira en torno al llamado «oro líquido» y que tiene su punto de partida en una investigación iniciada por un juzgado de Agrigento en torno a dos hermanos —I.A. y D.A.— presuntamente vinculados a la Cosa Nostra.
Las pesquisas revelaron que ambos supuestamente estaban detrás de tres sociedades —ISOA S.L., ASF S.L. y C S.L.— presuntamente creadas con el único objetivo de delinquir. Éstas fueron relacionadas con una serie de robos que sufrieron por otras explotaciones del sector afincadas en Jaén, Málaga, Granada, Córdoba, Tarragona y Toledo. El aceite, a través de un entramado de facturas falsas y empresas ficticias, presuntamente era revendido en los mercados europeos.
Estas firmas, una de las cuales figura en el registro mercantil como extinguida, estaban a nombre de dos individuos a los que relacionan con I.A. y D.A. y llegaron a facturar decenas de millones de euros, aunque el informe no puede concretar qué cantidad procedía de actividades ilícitas. Sí concreta que la estructura financiera, así como la forma jurídica de constitución y los porcentajes de costes e inversión son prácticamente calcados a las sociedades creadas por la mafia.
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