Cómo cobrar las ayudas «exprés» de la Junta sin haber hecho ninguna obra
Empresarios del sector explican cómo se pueden saltar las normas para hacerse con dinero de la construcción sostenible
Las ayudas «exprés» de la Junta de Andalucía para la construcción sostenible concedieron subvenciones para 14.500 obras en la Comunidad. Y la consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo reconoce que cuenta con 26 inspectores para comprobar que el dinero que se le da a las empresas acreditadas llega al destino correcto. Constructores del sector cuentan a ABC de Sevilla que, conocedores de las pocas posibilidades de sufrir una inspección (tocan a más de 550 obras por inspector), hay quienes sacan dinero público sin llegar siquiera a hacer una obra.
«Si tú te dedicas a poner ventanas por ejemplo y tienes un amigo de confianza, le puedes decir que firme un presupuesto para una obra. Se pone en el papel que son 2.000 euros, y se queda 1.000 el supuesto cliente y 1.000 la empresa» explica un empresario del ramo que, como todos los demás consultados por este periódico, no quiere dar su nombre para evitar «represalias».
«Pueden pasar dos cosas: que no te inspeccionen nunca y ha ganado cada uno 1.000 euros. O que te llamen para quedar contigo y ver la ventana. Fijas la cita con el inspector unos días después y vas a poner la ventana». En todo caso añade: «Hay muy pocas inspecciones y al Junta además no tiene forma de comprobar cuánto cuestan los materiales que usamos».
Hay más formas de aprovecharse de estas ayudas. «Cuando llega un cliente se le puede decir directamente que se le sube el presupuesto para sacar más dinero. Si poner una caldera cuesta 2.000, la Junta te da unos 1.000 euros. Se le dice al cliente que se ponga 4.000 y así la Junta pone 2.000. Al cliente le sale gratis y la empresa cobra más».
La tercera forma de sacar dinero de algunas empresas con este sistema de ayudas de la Junta es no comunicarle al cliente la subida de precio. Es decir, hinchar los presupuestos para cobrar la empresa de construcción la subvención. «Si poner una chimenea cuesta realmente 1.000 euros, se le mete más dinero en la mano de obra o en otros conceptos. El cliente seguirá pagando lo mismo, pero la empresa gana más dinero». Dinero público, se entiende.
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